Tras las declaraciones de un grupo de religiosos en contra de Call of Duty, la televisión china se une al espectáculo, si no a la moda, alegando que los juegos online son los culpables del problema de las drogas, los asesinatos e incluso los embarazos de las jóvenes.
El reportaje emitido por televisión y llamado “Confesiones de un asesinato – Pornografía y violencia en juegos online (parte dos)” comenta que hasta un 80 por ciento de los presos se hicieron criminales a causa de estos videojuegos. Por supuesto, la culpa, para la televisión china, es de los juegos violentos. Por lo visto, y esto lo digo yo, Super Mario debería entablar conversación con los hongos en lugar de tirarse de culo encima de ellos.
El gobierno chino, más preocupado por limitar el uso de Internet a determinadas páginas, debería hacer uso de su propia inteligencia en lugar de reprimir a su población con temas tan manidos como la violencia en los videojuegos. Ya es un duro golpe para nosotros saber que toda la culpa recae en los juegos en vez de en la propia conciencia del individuo a la hora de tomar decisiones.
Ahora, es el turno de los videojuegos online. Muchos chicos han consumido, al parecer, drogas estimulantes para hacer frente a los maratones de juego por Internet. Pero, ¿qué hay de los padres de estos menores? ¿Acaso no saben a qué se dedican sus hijos ni toman control sobre lo que hacen y dejan de hacer?
Estimo oportuno decir que la solución no parte de un control gubernamental, sino de un control por parte de los propios tutores del crío. Ya es hora de que la verdadera educación salga de casa y no de unos políticos que reprimen, y con mano dura, a mucha de su población contraria a ellos.
¿Por qué los videojuegos han de ser los culpables si es el propio país quien resuelve sus problemas a base de mamporros? Podría ser que los jóvenes no hagan más que imitar la forma de hacer cumplir la ley que tiene el propio gobierno chino.
Dejemos a los videojuegos a un lado de una vez por todas. Porque si la culpa es siempre de los ellos, también la culpa es del cine, de la literatura, de la música, de la pintura…