Cinco errores que estropean la campaña de Battlefield 3

Mucho ruido y pocas nueces, eso es lo que es la campaña de Battlefield 3, especialmente si tu PC no es  una máquina o si juegas en consola, aunque los mejores gráficos no pueden esconder la experiencia para un jugador más pobre de estas navidades.

Después de pasarme la campaña para un jugador que ofrece el juego sólo puedo imaginarme las caras de los empleados de Infinity Ward, suspirando aliviados al comprobar que estos suecos no saben hacer blockbusters para un jugador.

He reducido a cinco puntos los problemas de la campaña para compartirlos con vosotros. Os adelanto el resumen:  la campaña del Battlefield: Bad Company 2 era muchísimo más divertida.

1. Guión de TV movie.

El argumento de la campaña de Battlefield 3 es correcto, incluso tiene un pequeño giro sorpresa muy de agradecer. Sin embargo, la ejecución es muy pobre. El juego lleva a cabo varios intentos  de crear drama o hacernos sentir simpatía por ciertos personajes, pero todos los intentos son vagos, muy faltos de desarrollo, causando una sensación un tanto hueca. Es difícil de describir sin hacer spoilers masivos, pero en esencia, si Modern Warfare nos cuenta historias como Michael Bay, Battlefield 3 es una película de estudiantes de cine europeo con un presupuesto ajustado y un guión de TV movie. Al final, nos queda un elenco de personajes olvidables, una conclusión predecible y la sensación de que haber visto algo hecho como por encargo, sin alma. Al menos en Bad Company 2 conocía a mis camaradas y me caían bien.

2. Cutscenes eternas

El grueso de la historia no viene tanto entre cutscenes cinematográficas como en secciones del juego sobre raíles, donde nos vemos obligados a esperar largos minutos mientras nos explican dónde estamos, quiénes somos y qué vamos a hacer. Los diálogos acaban sonando igual entre tanta jerga militar y mensajes por radio de no sabemos quién.  Que esta confusión se pueda alargar durante minutos y que no tengamos opción a saltárnoslo crea un problema de rejugabilidad un tanto serio, porque  que un juego de tiros no me deje saltarme la exposición para, no sé, pegar tiros, tiene delito.

3. Tiros aburridos.

Y cuando llegamos a los tiros… no sé, son aburridos. El juego castiga con bastante dureza no tomar cobertura, hasta el punto que en lugar de intentar inspeccionar el terreno para tomar decisiones tácticas, uno se limita a quedarse en el suelo y acabar con los enemigos uno a uno, sólo para comprobar una vez acabado el tiroteo los muchos puntos desde donde se podría haber tenido mejor visibilidad o una oportunidad de flanquear al enemigo. Las animaciones impecables del juego no son suficientes para cubrir una experiencia sosa salvo en momentos muy puntuales. En mi caso, me encontraba deseando escenarios cerrados donde pudiera usar una escopeta, ya que los tiroteos en campo abierto, salvo en el tramo final del juego, son muy poco inspirados.

4. Misiones de vehículos metidas con calzador.

La campaña tiene dos misiones de vehículos: una con jets y una con tanques. Ninguna tiene nada que ver con la campaña.  En cada misión con vehículos controlamos un personaje distinto que no se cruza con el personaje principal de manera sustancial y cuyas acciones son  cuanto menos anecdóticas, aunque si no estuvieran la campaña habría perdido dos de sus mejores momentos.

5. QTEs sosos.

Los Quickt Time Events son, por norma general, un punto bajo en los videojuegos, una excusa para meternos una cutscene sin dejar de jugar o/y un simple momento de «aprieta este botón si no quieres morir». Battlefield 3 recurre a esta mecánica para ofrecernos peleas cuerpo a cuerpo ocasionales que aportan un pequeño momento de incomodidad de tanto en tanto. Lejos de los momentos climáticos en donde Modern Warfare o incluso Bad Company 2 se servía de estos aros por los que el juego nos hace pasar para dar un efecto dramático, Battlefield 3 se conforma con hacernos apretar tres botones  para derrotar al «jefe final» y rodar los créditos de repente.

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