Al apostar o participar de la lotería, estamos consciente que la probabilidad de ganar es baja. A pesar de saberlo, disfrutamos el riesgo y nos cautiva la posibilidad de ganar dinero con poco o ningún esfuerzo. Por supuesto, las razones para apostar difieren entre una y otra persona, pudiendo ser culturales, económicas, de entretenimiento o predisposiciones psicológicas.
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Una breve historia de los juegos de azar
Siempre nos ha encantado jugar por dinero y acceder a ganancias exorbitantes por una inversión mínima. Un promedio de 40 millones de personas visitan Las Vegas cada año. Considerada la meca de los casinos, en la ciudad conviven 1701 lugares de juego, 122 casinos, 176 995 máquinas tragamonedas, entre otras curiosidades de la conocida ciudad del pecado.
Pero el azar y las apuestas no son una actividad moderna. En realidad, es algo que se realiza desde unos 3000 años a.C., y de lo cual se encontró evidencia arqueológica en la zona que hoy se conoce como Irak, e igualmente, podemos encontrar muestras de azar en civilizaciones como la romana y en la China antigua, cerca de 2300 a.C.
¿Cuáles son las razones por las que nos encanta apostar?
La popularidad de los juegos de azar y las apuestas tienen un fundamento psicológico. A continuación, te contamos sobre seis de las razones por las cuales nos encantan las apuestas:
- Competir es parte de la naturaleza humana
Nos encanta apostar porque nos encanta competir y existe un factor psicológico que nos hace pensar que tenemos mayores probabilidades de ganar que el resto de jugadores, incluso cuando no es así. En personas con poco control de sus emociones y acciones, puede derivar en un problema conocido como ludopatía. - Buscamos resolver problemas financieros
Con las constantes crisis financieras que van y vienen en nuestros países, muchas personas convierten a las apuestas en una potencial fuente de ingresos (aunque en realidad se trata de una fuente de entretenimiento). Ciertamente, algunas personas ganan, pero quienes no gestionan el nivel de riesgo asumido, terminarán con pérdidas.
- Cumplir con la fantasía de hacerse millonarios
La libertad financiera y el despreocuparse para siempre de las deudas es una de las principales razones por las cuales nos encanta apostar. Esto se asocia a la fantasía de que un golpe de suerte nos rescatará de la situación actual con apenas esfuerzo y cambiará nuestras vidas para siempre, lo cual incentiva a que se asuman determinados riesgos como las apuestas. - Por razones sociales
Tenemos mentalidad de colmena, es decir, una suerte de pensamiento global. En este sentido, cuando todos realizan la misma acción, no queremos quedar excluidos de la tendencia y por tanto terminamos cediendo de manera ocasional a las apuestas, especialmente cuando nos desenvolvemos en un entorno donde nuestros familiares y amigos son apostadores. - Obtener beneficios a bajo riesgo
Las apuestas, el azar y las loterías, son actividades que ofrecen beneficios bajo riesgo, según la cantidad de dinero apostada. La mayor parte de las personas analiza la cantidad de dinero que potencialmente podrían ganar y, al compararla con la ínfima cantidad de dinero a invertir, entienden que existe una recompensa enorme por un riesgo bajo. - Por el golpe de adrenalina
Existen personas que apuestan por el simple hecho de disfrutar el golpe de adrenalina involucrado en la actividad. Se trata de una forma de incrementar la emoción durante encuentros deportivos, garantizando que por un momento seremos capaces de olvidarnos de todo lo que ocurre a nuestro alrededor y concentrarnos en el resultado de la apuesta.