Akiba’s Beat. Análisis PlayStation 4

Akiba's Beat

Hoy en Game It, y gracias a Badland Games os traemos el análisis de Akiba’s Beat, la secuela de Akiba’s Trip: Undead & Undressed, un título que, si bien no alcanzo unos estándares de calidad demasiado altos, tenía cierto encanto gracias a ese humor absurdo y desenfadado.

Pues bien, ahora esta tercera parte de la saga llega con cambios que quizás no le hayan sentado demasiado bien a una saga que tenía que mejorar si quería hacerse un hueco en un género tan poblado como el rol japonés.

En un barrio de Tokio

Como es habitual, una vez más nuestra aventura se desarrolla en el barrio japonés de Akihabara, justo después de los hechos representados en la segunda entrega. A pesar de esto, Akiba’s Beat nos cuenta una historia totalmente distinta, por lo que no será necesario haber jugado a los anteriores para disfrutarlo.

En esta ocasión nos ponemos en la piel de Asahi, un chico vago y aburrido que vive una vida tranquila y sin muchos quehaceres. Un día mientras pasea por las calles de su barrio descubrirá un extraño fenómeno: la manifestación de los delirios de un ciudadano.

Gracias a Saki y su criatura voladora Pinkun, nuestro protagonista descubrirá que es una de las pocas personas con la capacidad de percibir estos extraños delirios, extraños e incluso tóxicos en muchas ocasiones.

En medio de un desconocido bucle temporal que sume a la población bajo su efecto, nuestra misión será invadir en estas fantasías y luchar para corregirlas y enderezar las mentes de los curiosos habitantes de Akihabara.

Uno de los grandes cambios que ha sufrido esta entrega respecto a sus predecesoras, es el acercamiento hacia la saga Persona en lo que a la narrativa se refiere. Esto no le ha venido nada bien a Akiba’s Beat, que ha dejado gran parte de su frescura y diversión por el camino, tratando ahora con personajes de lo más insulso y con una historia que flojea por muchos sitios.

Una nueva técnica de lucha

Acquire ha dejado en esta tercera parte mucha de la esencia de la saga. En esta ocasión nos encontramos ante un JRPG con una jugabilidad un poco extraña, y es que pretende ser un ARPG con toques roleros, y ni la acción es demasiado buena ni los toques de rol están demasiado justificados. Esta decisión acaba convirtiendo a Akiba’s Beat en un quiero y no puedo de la industria.

El título nos lleva a mazmorras genéricas en la que las batallas se desarrollan en un sistema fundamentalmente 2D, para hacerlas más cómodas y accesibles, aunque también dispondremos de opción 3D si así lo deseamos. En estos combates controlaremos a uno de los cuatro miembros de nuestro equipo mientras que el resto estará automáticamente controlado por la IA.

Dada la escasa influencia de las mejoras que podemos darle a nuestro equipo y personajes, las batallas se convierten en continuos intercambios de golpes en el que podremos rellenar un indicador circular que nos permitirá realizar golpes especiales o ataques más potentes.

Como podéis intuir estamos ante una jugabilidad muy poco profunda y que no es capaz de cumplir ni en el apartado del rol ni en el de acción, y esto, en un mercado tan saturado, acaba por tumbar una propuesta que flojea en demasiados lugares.

Akihabara se apaga

Es el momento de hablar de hablar de un apartado artístico que tampoco supera demasiado la mediocridad (como todo el juego, en definitiva). Presumiblemente la llegada del motor Unity a la saga debería suponer un salto decente en la calidad, sin embargo, parece que no se ha trabajado lo suficiente y al final el resultado deja bastante que desear.

Todo ha adquirido un toque mucho más genérico en Akiba’s Beat. Los colores se han apagado, el contraste se ha reducido notablemente, la iluminación está menos trabajada, y ese cel shading característico ha dejado de existir en la saga. Es más, incluso los NPC no son más que meras siluetas de una ciudad semivacía. Nada de lo visto anteriormente está aquí presente, y esto hace reducir más si cabe el encanto de este título.

La banda sonora, supuesto eje central del juego, ni mucho menos maravilla. Si bien al principio resulta curiosa y nos genera cierto interés, según pasan las horas se acaba volviendo monótona y totalmente prescindible.

Por último, comentar que Akiba’s Beat nos llega traducido al inglés y con voces en inglés y japonés. La cantidad de texto es relativamente alta y no está especialmente bien localizado, por lo que, si no tienes cierto nivel en el idioma, puede volverse una tarea bastante ardua.

Conclusiones Akiba’s Beat

La saga Akiba’s nunca destacó por su enorme calidad, pero sí por ser una propuesta desenfada y entretenida. Pues bien, Akiba’s Beat ha perdido gran parte de su encanto, quedándose en un claro quiero y no puedo.

Si te gustaron los anteriores podrías darle una oportunidad, aunque siempre teniendo presente que pierde mucho en relación con los anteriores, tanto a nivel jugable como gráfico e incluso en temas de guión. Sin duda un mal movimiento de Acquaire en un momento que podría haber aprovechado para darle vida a la saga.

 

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