Análisis de Blood Bowl (PC) en EsLaÚltima.com

El género de la estrategia lleva varios años viviendo una edad de oro en el mundo del videojuego. Los títulos más habituales, que proliferan por doquier, son aquellos que recrean diferentes épocas históricas. Nos introducen en la piel de descubridores, emperadores o caudillos; ponen al alcance de nuestros dedos la prosperidad y el desarrollo de las civilizaciones; o nos llevan a un futuro incierto, especulando sobre el mismo y convirtiéndonos en el demiurgo capaz de inclinar la balanza hacia la utopía o la distopía.

En un panorama como éste, lo complicado es evolucionar, ofrecer al jugador una experiencia diferente a las que pueblan el mercado. Es en este terreno donde debemos situar el juego que ocupa este análisis. Porque Blood Bowl, lejos de lo que pueda parecer a simple vista, es un juego de estrategia. No es un simulador deportivo más que en apariencia, ni una mera alternativa al fútbol americano. En esencia, reúne todos los elementos que han consolidado su éxito como juego de tablero durante años, con el aliciente de poder trasladar al ámbito online el enfrentamiento real entre jugadores. Games Workshop, creador del universo Warhammer y todas sus ramificaciones (además de otros universos menos conocidos, como Space Hulk), ha depositado su confianza en la compañía Cyanide, para trasladar su creación al entorno virtual de la manera más fiel posible. Podemos decir que el resultado final es muy positivo, y sin duda no defraudará a los veteranos. El reto de este título, por tanto, está en captar a nuevos seguidores, con objeto de conseguir una retroalimentación (sin duda lucrativa) entre el nuevo formato y el tradicional.

Touchdowns mortales

Antes de profundizar en las características de esta versión para PC, no está de más echar un vistazo a los elementos que definen Blood Bowl. Su propio nombre deja clara su principal influencia: el fútbol americano (no hay que olvidar que la liga oficial de este deporte se conoce como Super Bowl). Simplificando, podríamos decir que se trata de una versión mucho más agresiva de este deporte, situada en el contexto de fantasía épica popularizado por Warhammer. Dos equipos de once miembros se enfrentan en un terreno de juego con el objetivo de llevar el balón hasta la línea de meta del contrario, esto es, marcar un touchdown. Los jugadores pertenecen a las mismas razas que se enfrentan en las terribles batallas del citado universo: elfos oscuros, hombres lagarto, skavens o enanos, entre otros. Cada uno tiene sus puntos fuertes y desventajas, por lo que deberemos seleccionar nuestro equipo en función del tipo de juego que queramos llevar a cabo.

Una partida de Blood Bowl se extiende a lo largo de dieciséis turnos (ocho para cada jugador), aunque la duración puede extenderse en función de los avatares particulares de la partida. Cada equipo cuenta con un número de jugadores ofensivos y defensivos, que a su vez poseen diferentes roles: algunos estarán especializados en los pases, otros en anotar y otros en placar o interceptar al contrario. La brutalidad de los partidos puede acabar con jugadores seriamente heridos o incluso muertos.

El juego de PC respeta al máximo la esencia del tablero en su versión por turnos. Los jugadores cuentan con diferentes habilidades expresadas de manera numérica, y las acciones que pueden realizarse en cada turno se ven determinadas por éstas, por los modificadores que se apliquen y por las tiradas de dados necesarias. En este aspecto, el juego hará las delicias de los amantes de la estrategia de tablero, y sacará las pequeñas espinas de aquellos que no pudieron (o pueden) costearse el gasto de jugar “en vivo” con las miniaturas. Quienes no tengan paciencia para esto, sin embargo, pueden optar por el modo de juego en tiempo real. En él, las tiradas de dados son determinadas exclusivamente por la máquina, así como la mayoría de los modificadores; nuestro cometido será únicamente el de decidir las jugadas y contemplar su resolución. Este modo es más adecuado para los que se pierdan ante la complejidad estratégica del sistema por turnos y busquen algo más “clásico”, pero sin duda empobrece la originalidad y las posibilidades del juego.

Legendary Edition

La versión del juego que analizamos es la llamada Legendary Edition. Lanzada al mercado casi dos años después de la original, corrige algunos aspectos de su predecesor y añade nuevos elementos. Los más destacados son los siguientes:

El resto de apartados no han experimentado grandes mejoras respecto al título original:

Gráficos:

El movimiento de los personajes es fluido y no es difícil distinguir a los jugadores entre sí, algo que resulta de agradecer para poder recordar y diferenciar sus roles y habilidades. Los terrenos de juego, personalizados para cada raza, poseen numerosos elementos accesorios, decorativos o útiles (determinados ítems pueden emplearse para introducir modificadores en el partido). El equipo de Cyanide ha sabido trasladar el colorido y el nivel de detalle de las miniaturas a la pantalla del PC; algunos de los jugadores, incluso, serán reconocibles por los veteranos de la versión de tablero. El apartado gráfico cumple a la perfección con el cometido de facilitar la asimilación visual del terreno por parte del jugador, un detalle importante en todo juego de estrategia.

Sonido:

Los gritos, maldiciones y golpes serán constantes en los partidos, puesto que la sutileza es una virtud que escasea en el mundo de Blood Bowl. La música resulta acorde con el ámbito deportivo y no molesta a la hora de encontrar la concentración necesaria. Sin embargo, sí resultan a veces más machacones los comentaristas, con los que se pretende añadir un punto cómico, con mejor o peor resultado.

Jugabilidad:

Como hemos comentado, el sistema por turnos se encuentra elaborado y cuidado al máximo, y será una delicia para los amantes de la estrategia con un mayor grado de complejidad. Estos jugadores no encontrarán especial dificultad en hacerse con los controles y con la mecánica de los partidos, incluso aunque no hayan jugado anteriormente a Blood Bowl. Los neófitos, no obstante, corren el riesgo de sentirse abrumados por la gran cantidad de aspectos a tener en cuenta, y quizás encuentren el sistema por turnos excesivamente lento. En todo caso, la posibilidad de poder cambiar al modo en tiempo real probablemente convencerá a los reticentes. La originalidad del título es un aliciente suficiente como para llamar la atención, aunque no todos estén dispuestos a dedicarle el tiempo necesario o a cambiar el chip de lo que resulta habitual en juegos de este estilo.

El modo multijugador merece una mención aparte, puesto que es la principal baza de Blood Bowl. Indudablemente, aunque la máquina ofrezca un reto interesante, no es comparable a la emoción que supone un contrincante real. A través del online es posible el enfrentamiento directo entre dos jugadores o la cooperación entre ambos, dirigiendo un mismo equipo. Podremos participar, asimismo, en una liga pública (un emparejamiento aleatorio) o privada (gestionada a través de los foros externos del juego).

Conclusión:

Blood Bowl es un soplo de aire fresco para los amantes de la estrategia que busquen algo diferente. Los seguidores de la versión clásica verán satisfechas sus expectativas. Su aparente complejidad inicial, sin embargo, puede tirar para atrás a los más indecisos, o a quienes no se sientan especialmente atraídos por la temática. Pero, tras una segunda oportunidad, quizás lleguen a descubrir que un partido de “fútbol americano” puede ser más parecido al ajedrez de lo que habían pensado hasta entonces.

PD: Gracias a Fran y Mariela por el análisis.

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