[Análisis] Hell Architect o cómo crear el cielo en el infierno más perverso

Los títulos de gestión están a la orden del día, especialmente gracias al universo indie que cada vez nos traen más propuestas originales y divertidas. Hell Architect se puede catalogar entre estas, con un cierto toque de humor ácido que sacará nuestra vena más macabra y nos hará echarnos unas risas en compañía de demonios. Woodland Games nos pone al cargo de una pequeña porción del infierno para ponernos a prueba y ver de qué somos capaces. ¿Superaremos la prueba?

El paro también existe en el infierno

La burocracia y los problemas de trabajo no solamente afectan al mundo de los mortales, sino que tantas almas descarriadas han saturado el sistema infernal, con multitud de demonios que todavía esperan su oportunidad de demostrar lo que valen. Así comienza nuestra aventura en Hell Architect, donde seremos un demonio en paro en busca de trabajo. De esta manera, necesitamos ir creándonos un CV para poder llamar la atención del Señor del Infierno y que nos contrate.

Con este gracioso pretexto comenzaremos a las órdenes de un pequeño demonio que nos irá enseñando qué es lo que tenemos que hacer y poniéndonos a prueba. Esto comienza con un tutorial que podemos o no hacer, pero que desde ya os aconsejamos ya que no solamente nos enseñan a jugar, algo muy necesario, pero también nos lo pasaremos muy bien. Una vez superado, no es demasiado largo, podremos jugar una partida libre o comenzar a hacer misiones para labrarnos un nombre en el Averno.

Gestión de recursos, construcción y montones de risas

Hell Architect va a aunar varios géneros, basándose principalmente en el de la simulación, pero con cosas de los RPG, los RTS, supervivencia… Para empezar tendremos que tener siempre un ojo en los recursos, algo fundamental para poder construir edificios. Los pecadores serán nuestra mano de obra principal, haciendo que sean ellos mismos los que consigan los recursos recolectando o picando en la tierra. Además también construirán no solo los edificios, sino también las máquinas de tortura de la que sacaremos sufrimiento, una moneda de cambio muy importante.

Aunque los pecadores hayan muerto y estén en el infierno, esto no quiere decir que tengamos que descuidar sus funciones básicas. Comer y beber serán muy importantes para el correcto funcionamiento de nuestro inferno particular, así como la posibilidad de hacer caca, que sí, va a ser también un recurso importante. De sus excrementos sacaremos todo lo necesario para que puedan beber… Lo cierto es que por momentos Hell Architect va a gozar de mucho humor escatológico, y es que las cosas que les daremos de comer y de beber van a ser una de las peores torturas, incluso para nosotros que tendremos que verlo.

No solamente tendremos que construir una caja de cartón para que puedan dormir, un comedero que no tocaría ni un cerdo o un cubo para beber, a nuestra disposición hay un gran abanico de construcciones que nos permitirán prosperar en esto de la recolección de materiales. Comenzaremos con pocos pecadores en nuestro haber, pero cada 10 minutos uno se unirá a nuestras filas, algo que es muy importante no solamente por la mano de obra, sino por las reservas de comida, cama y bebida que deberemos tener. Además también existe la esencia, un preciado material que solo se consigue matando a un pecador y que deberemos conseguir con cuidado. Sí es cierto que estos pecadores sacrificados se pueden volver a resucitar, pero costará y no van a quedar nada contentos.

La variedad de máquinas de tortura que tendremos a nuestra disposición es enorme, además de que cada una de ellas se puede mejorar unas cuantas veces. Esto hace que no nos vayamos a aburrir demasiado con Hell Architect, aunque sí es cierto que puede volverse algo repetitivo con el tiempo, especialmente si hacemos misiones sueltas. De esta manera vamos a tener la sensación de que estamos empezando una y otra vez.

Otro de los puntos divertidos es que a nuestras manos a veces llegarán leyendas pecadoras. Esto se consigue construyendo el muro de la fama, algo que hará que cada vez que llegue un visitante nuevo pueda ser una megaestrella.Así, hemos asistido a las visitas de la Condesa de Bathory o Billy el Niño, los cuales poseen auras especiales.

Cada pecador va a tener sus propias características, habiendo tareas que se les den mejor o peor, pecados que pueden repercutir en las torturas y hasta características que hace que sean buenos candidatos para la doncella de hierro y malas para el resto. De esta manera siempre tenemos que tener un ojo en sus habilidades, especialmente a la hora de construir, cavar, cocinar… En ese sentido es como un juego de supervivencia, donde podremos crear listas de preferencias para que cada uno vaya haciendo lo que mejor se le da. También mejoran al ir ganando experiencia, por lo que somos libres de hacer que aprendan nuevas habilidades.

Todo esto se resumen en una enorme cantidad de posibilidades, cada vez más sádicas, en las que Hell Architect brilla con luz propia. Nos reiremos mucho en sus partidas, aunque por momentos puedan resultar algo lentas en cuanto a su ejecución. Pero esto se solventa bastante elegantemente con la posibilidad de subir y bajar la velocidad.

Arte caricaturesco con posibilidades de desnudez

El apartado técnico de Hell Architect es sumamente sencillo, con prácticamente monigotes como avatares de los pecadores. En su sencillez radica su atractivo y es que no le hace falta mucho para poder agradarnos. Además nos permite utilizar varios filtros como usar o no la sangre e incluso la desnudez, añadiendo unas elegantes hojas de parra a los pecadores y demonios si no queremos ver tanta cosa colgando.

En cuanto al apartado sonoro no tenemos mucha queja, no obstante el de la traducción ya es otro cantar. El juego nos llega traducido al castellano, pero sin que se haya creado un equipo coordinado por lo que hemos podido comprobar. De esta manera nos encontramos con que a veces una misión nos pedirá construir un edificio que en realidad se llama de otra forma en la lista de construcciones. Habrá textos que no han sido traducidos y también hay bastantes erratas, producto seguramente de un presupuesto de lo más ajustado. No es algo que nos vaya a dar grandes dolores de cabeza, pero sí puede estar haciendo que hagamos alguna que otra construcción que no tocaba.

Conclusiones de Hell Architect

Woodland Games nos pone a los mandos del infierno como pocas veces hemos visto, mezclando bastante bien varios géneros como es el RTS, simulador de construcción, supervivencia… La experiencia es bastante divertida, especialmente si nos va el humor ácido y macabro, pero con el paso del tiempo puede haber momentos en los que se desarrolle un poco lento. Las posibilidades son enormes, y tiene muy buenas ideas como la de los pecadores famosos y la posibilidad de contratar demonios menores, pero por momentos le pesa algo tanta densidad en el desarrollo. No obstante, cualquier amante de los simuladores y que tenga ganas de pasar un rato divertido torturando pecadores, debería darle una oportunidad.

A continuación os dejamos con nuestro primer directo donde vemos el tutorial de Hell Architect y comprobamos de primera mano cómo es el juego.