[Análisis] OlliOlli World. Playstation 5

Hace unos días se cumplieron 8 años desde el lanzamiento de OlliOlli. Sin apenas hacer ruido Roll7 nos dejaba un juego de skate arcade con estética pixel-art que fue una sorpresa muy grata. Apenas un año después el estudio se encumbraba con una secuela que perfeccionaba casi todo lo que ofrecían anteriormente y terminaba de poner a la compañía entre los grandes desarrolladores arcade. Finalmente, el año pasado llegaba en un evento de Nintendo el anuncio de la tercera entrega. OlliOlli World se lanza de cabeza al 2.5D y aterriza su truco final de una manera inmejorable. Os contamos qué nos ha parecido este viaje al Gnarvana.

Disfrutando el viaje

OlliOlli World es más grande que sus predecesores en todos los sentidos. El apartado visual es lo primero que percibimos, pero lo más inesperado aparece en el campo narrativo. Nada más poner nuestra tabla sobre este colorido mapa conocemos a Chiffon y sus amigos. Chiffon es una leyenda del skate, algo que ha logrado dominando todas las técnicas posibles sobre el skate. Esto le da acceso a las deidades del skate, pero Chiffon quiere descansar por lo que está buscando un digno sucesor. Y ese será nuestro viaje, avanzar por los diferentes escenarios aprendiendo a dominar ollies, grinds y wallrides para convertirnos en la próxima leyenda sobre ruedas.

El mapa se divide en cinco territorios, al final de cada uno de ellos conoceremos a su respectivo referente. Al final del viaje nos espera el Gnarvana. Pero no tardamos ni tres escenarios en darnos cuenta que el objetivo real no está en el Gnarvana, sino que disfrutar del viaje es lo que nos propone OlliOlli World. Cada nueva habilidad que dominas te invita a volver atrás y repasar los lugares donde sabes que eres capaz de mejorar tu puntuación. Cuando llevas un par de horas jugando apenas recuerdas que hay que seguir avanzando. A pesar de esto, hay que reconocer que esta trama nos ayuda a relajarnos un poco, sobre todo cuando no conseguimos encadenar ese combo infinito que se nos resiste durante un sinfín de intentos.

La excusa de la trama, aunque realmente no es vital para el juego, sí que nos deja algún cameo interesante, que, aunque ya se ha revelado no mencionaremos para no estropear una divertida sorpresa.

Media dimensión que aporta mucho

Las dos primeras entregas de OlliOlli son brillantes en 2D. El estudio no necesitaba arriesgar para mantener contentos a sus seguidores, pero por el resultado parece que tenían muy claro lo que querían. Apenas es media dimensión más, pero el equipo de diseño ha sabido exprimirla de una manera excelente. La sensación de profundidad ha permitido crear unos ambientes espectaculares, pero es algo que también ha afectado a nivel jugable.

OlliOlli World nos ofrece bifurcaciones en casi todos los niveles, un cambio de ruta. No tenemos que cogerlas si no queremos, pero le da a cada desafío nuevas posibilidades. Esto también ha generado la posibilidad de añadir más objetivos secundarios.

En lo visual, este salto le ha dado al equipo la posibilidad de dar rienda suelta a sus preocupaciones. Esto se ha traducido en un sinfín de mensajes a favor del medio ambiente y críticas al maltrato a los ecosistemas, un mensaje muy en sintonía con la atmósfera que respira todo el juego. Todo esto se agradece también con nuestro protagonista, al que podremos personalizar al comienzo de nuestra aventura. El atuendo se irá desbloqueando a medida que superamos zonas y logramos cumplir objetivos secundarios.

Volando sobre cuatro ruedas

Se podría hacer una muy extensa disertación sobre como el control de OlliOlli World es accesible y exigente a partes iguales. Es cierto que se han añadido algunas capas de dificultad con trucos más complejos, tenemos más posibilidades para lucirnos, pero alcanzar la línea de meta de cada mapa es muy asequible. Esto es algo que no nos ha sorprendido demasiado ya que el control ya rozaba la excelencia en las anteriores entregas.

El verdadero reto comienza siendo el llegar a la meta sin hacer uso de los checkpoints, después nos proponemos realizar los objetivos secundarios y sin darnos cuenta llevamos 3 horas intentando encadenar un combo que nos ocupe todo el nivel, para lograrlo y darnos cuenta que apenas estamos entre las 20 mejores puntuaciones. Como ya hemos comentado antes, la narrativa nos marca el camino, pero el verdadero objetivo que tiene OlliOlli World es que disfrutemos de cada paso del viaje.

Con el avance vamos aprendiendo nuevos trucos, dominamos los grinds, la manera de llegar más lejos en cada salto y como evitar que finalice un combo. Esto provoca que una vez conozcamos a todos los dioses, nuestro primer impulso sea volver al comienzo y pulverizar nuestros propios records.

OlliOlli World, un verdadero mundo nuevo

Desde el anuncio del nuevo juego de Roll7 se vio que el estudio apostaba por un gran salto de calidad. Lo cierto es que no era necesario arriesgar demasiado cuando tenían una saga tan pulida. A pesar de todo el equipo británico ha demostrado que sabían lo que querían y el resultado les da la razón.

Visualmente hemos pasado de una escala de grises a un amplio abanico de colores que nos ayuda a distinguir cada uno de los diferentes biomas por los que pasamos. Los escenarios están mucho más vivos, suceden cosas a nuestro paso. El apartado sonoro es mucho más importante de lo que parece ya que cuando ya manejamos la tabla, nos permite adelantar la mirada y conocer cuando finaliza un movimiento sin necesidad de estar tan pendiente. A esto le acompaña una playlist suificientemente extensa para que no se nos haga repetitiva durante las horas que vamos a estar cayéndonos de la tabla.

Conclusiones de OlliOlli World

Un videojuego indie nos vuelve a mostrar porque son tan necesarios. Arriesgan con una saga que ya era exitosa para traernos uno de los mejores títulos arcade que hemos jugado. No falla en nada y nos trae un mundo mucho más amplio.

Tiene una buena cantidad de contenido, su control es excelente, la narrativa tiene el peso preciso dentro del juego, en lo técnico no falla. Es cierto que se podrían pedir más cosas, pero todo lo que hace OlliOlli World es ideal.