[Análisis] Subnautica: Below Zero. Revisitamos un 4546B helado. PS5

Aunque llevaba en acceso anticipado casi 4 años, fue en 2018 cuando Subnautica lanzó su versión 1.0 y nos sorprendió con la profundidad de su universo. Tras aquel éxito, los jugadores estaban sedientos de nuevo contenido y por fin tenemos entre nuestras manos Subnautica: Below Zero. Os contamos qué nos ha parecido este nuevo trabajo de Unknown Worlds.

Sobrevive sin ayuda

Subnautica: Below Zero no se propone ayudarnos demasiado en ningún momento, sobre todo cuando aterrizamos en 4546B. El planeta helado nos da lo suficiente para vivir, pero también nos muestra muy pronto sus peligros. Desde que arranca la aventura el juego se encarga de dejarnos claro que la tierra será igual de peligrosa, o más, que el mar. Mantenernos fuera del agua puede hacer que nuestra temperatura descienda de manera peligrosa y nos deja expuestos a situaciones límite como intensas granizadas.

Como sucedía en su predecesor, Subnautica: Below Zero nos anima a investigar hasta el último rincón de su mapa. Tendremos que sobrevivir a base de comer peces ficticios para mantener a raya el hambre, buscar la manera de conseguir agua potable y recopilar elementos de debajo de las piedras para ser más eficientes en nuestro viaje.

Para los que jugaron a la primera entrega, este será su principal aliciente, aunque seguramente se encuentren que el aumento de recursos, fauna y posibilidades es bastante limitado como para una nueva entrega. A pesar de toda esa sensación de saber hasta donde podrás llegar cuando construyas un nuevo objeto nos ha hecho mantenernos pegados al mando más hora de las que podríamos haber esperado.

Lo que sí ha ganado mucho peso en esta secuela, y entendemos que es el principal motivo de que no se haya vendido como una simple expansión, es la narrativa. Aunque esta sigue contándose de una manera muy pasiva, con correos electrónicos, mensajes que vamos encontrando, conversaciones con personajes que van ganando peso… Todo eso desemboca en diferentes finales posibles y un peso narrativo mayor, algo que quizá si le faltaba a la primera entrega.

La importancia del terreno firme bajo nuestros pies es otro de los grandes cambios de Subnautica: Below Zero, pero le ha faltado un poco de pulido. Mientras bucear sigue sintiéndose muy bien, la libertad de movimiento es casi total y el oxígeno es la única barrera para llegar más lejos y profundo, no sucede lo mismo cuando pisamos el suelo. Las fases terrestres son bastante monótonas, los escenarios son poco más que pasillos, lo que nos hace añorar rápidamente volver a zambullirnos. Podría decirse que Unknown Worlds ha conseguido reconciliarnos con los tan odiados niveles acuáticos.

Salto de generación a medias

Subnautica: Bellow Zero supone el primer trabajo del estudio californiano para las consolas de nueva generación. El trabajo en lo técnico se nota, los biomas tienen mucha más vida y el equipo se ha lanzado a diseñar personajes con los que interactuar y que le dan mayor profundidad al juego. En lo visual el juego es el salto que se le podía pedir viendo la belleza que ya atesoraba el Subnautica original. Pero no todo ha salido tan bien, y es que mientras que el equipo ha sabido aprovechar la potencia extra que ofrecen las nuevas consolas, se han dejado en el tintero algunos upgrades que también se podían haber aprovechado.

Quizá lo que más hemos echado en falta es que se aproveche mejor el SSD ya que tras 6 meses con Playstation 5 funcionando este viaje submarino nos ha recordado demostrado de la peor manera lo fácil que es acostumbrarse a los veloces tiempos de carga. Por otro lado, está al menos en la versión que hemos jugado, el tema del DualSense. El mando desarrollado por Sony ofrece unas posibilidades que ayudan muchísimo a la inmersión gracias a los gatillos hápticos y su vibración super precisa. Todo esto apenas se ha aprovechado y pasa totalmente desapercibido.

En cuanto a los controles, hay poco que añadir. Siguen siendo sencillos de dominar, no hay grandes combinaciones de botones para poder sobrevivir. Las interfaces son intuitivas, craftear objetos se hace de manera sencilla y cuando tenemos la opción de gestionar instalaciones más grandes no se vuelve para nada enrevesado.

Conclusiones de Subnautica: Below Zero

Los fans del trabajo de Unknown Worlds esperaban con ansias esta segunda entrega de la saga. Pero Subnautica: Below Zero nos da una de cal y una de arena. Es imposible decir que sea peor juego que su predecesor, pero lo cierto es que tras la sorpresa que fue para mucho el Subnautica original, este ha dejado pasar muchas oportunidades.

No aprovecha las oportunidades que le brindan las nuevas consolas a la vez que utiliza en exceso la base creada anteriormente sin traer demasiadas novedades. Subnautica: Below Zero te gustará si disfrutaste del primero, pero descubrir el fondo marino solo te sorprende una vez.

Nota: 7.5

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