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[Artículo] Manga Experience, así fue nuestra experiencia en Murcia

Ir a un salón del cómic o del manga ya no es solo buscar merchandising o hacer fotos con cosplayers: es entrar en un ecosistema cultural que se organiza a sí mismo como una pequeña ciudad simbólica. La Manga Experience — IV Edición viene a Murcia con la ambición de ser exactamente eso: un territorio narrativo donde convergen industria, afición y producción cultural local. En los últimos años los salones han dejado de ser lugares meramente comerciales para convertirse en laboratorios de experiencia: conciertos que producen memoria colectiva, talleres que forman oficio, concursos que reconstruyen filiaciones estéticas y paneles que legitiman carreras creativas.

Cuando un evento se dispone a ofrecer «más de 300 actividades» y un cartel de invitados que mezcla actores, ilustradores y creadores digitales, la pregunta no es únicamente qué encontrarás en el recinto, sino qué ocurre con la comunidad mientras ocurre el evento. ¿Se crean nuevas escenas? ¿Se consolidan redes profesionales? ¿Qué significa para una ciudad como Murcia albergar algo así? Este artículo trata de contestar esas preguntas desde la experiencia —la posible experiencia— del asistente que piensa con calma, graba con intención y observa con cuidado.

El Cuartel de Artillería como dispositivo escénico


El Cuartel de Artillería no es un recinto neutro; es, más bien, un interlocutor con el propio evento. Sus pabellones permiten segmentar la programación (escenario principal, zona gamer, artist alley, salas de conferencias, zona gastronómica) de manera que el visitante experimenta la feria como múltiples itinerarios simultáneos. La arquitectura del lugar —grande, con pasillos amplios y áreas diferenciadas— favorece esa lectura tipo ciudad-lúdica: puedes perderte y reaparecer en un concierto, entrar en una charla técnica y salir a una demostración de k-pop. El diseño espacial influye directamente en la narrativa del evento: el flujo del público, las colas para firmas o la visibilidad de los artistas emergentes en el artist alley.

Esta elección de recinto también es política: Murcia, al apostar por el Cuartel, busca consolidarse como un nodo cultural del sureste que puede atraer público nacional e internacional, no solo local. Eso transforma la experiencia: pasas de sentirte en un evento provincial a percibir —en ciertos momentos— la energía de un encuentro con proyección mayor.

Más de 300 actividades y un cartel ambicioso


La organización anuncia una programación extensa: más de 300 actividades que incluyen concursos de cosplay, exhibiciones de k-pop, combates de sable láser, exposiciones, torneos de videojuegos, conciertos y talleres especializados. Esa cifra, por sí sola, convierte el fin de semana en un calendario frenético donde elegir es ya una forma de autoría: el asistente decide qué relatos seguir entre docenas de narrativas que conviven en paralelo.

Exposición Lu&Cris

Lo relevante aquí no es solo el número, sino la tipología de actividades: se mezclan propuestas espectaculares (conciertos y pasarelas), formativas (masterclasses, talleres de ilustración y doblaje), competitivas (torneos y campeonatos) y de mercado (artist alley, fanzines y tiendas). Esa mezcla permite que el evento sea a la vez consumo, aprendizaje y espectáculo: el mismo espacio sirve para que quien va a comprar se convierta en espectador y para que quien va a aprender se convierta en creador. Esa multidimensionalidad es lo que ha vuelto relevantes a los salones modernos.

Cine, cómic y fandom con presencia internacional

Quizá uno de los vectores que más ha sonado en la comunicación previa es el del cartel de invitados. La IV edición incluye nombres con recorrido internacional y nacionales consagrados: actores relacionados con sagas como One Piece, The Mandalorian o Star Wars; ilustradores y autores de cómic; teams de cosplay internacionales; y creadores digitales con audiencias consolidadas.

Entre los nombres que han aparecido en la cobertura figuran Alexander Maniatis (One Piece), Chris Bartlett (The Mandalorian), Orli Shoshan (Star Wars), Dani Ramos y Nilly Cetin (vinculados a proyectos como Deadpool y Lobezno); y artistas como Salva Espín y Berni Sanjuán. En la vertiente cosplay y digital se han citado figuras como Giulietta Zawadzki, Ace Cosplay, San Pito Pato, Shenronz o Seldion. Estas presencias transforman la programación: no solo atraen público, sino que validan el evento como espacio de industria y diálogo creativo.

Es importante leer esa lista con una doble lente: por un lado, el reclamo mediático funciona y ayuda a llenar las gradas; por otro, esos invitados permiten construir actividades de fondo: charlas, mesas redondas y firmas que enriquecen el catálogo formativo. El equilibrio entre las estrellas y los creadores emergentes marca la calidad real de la edición.

Cómo se integra la competición en la experiencia


Los torneos y la zona gamer son otro de los pilares que atraen a un público específico. En ediciones previas se han organizado torneos con formatos por rondas y categorías, y para la IV edición hay anuncios de competiciones que estructuran buena parte del día. Para un creador de contenido, los torneos son ideales para narrativas de tensión: brackets, finales y problemas técnicos que generan drama (y a veces, momentos heroicos).

Si vas a cubrir esta parte, es recomendable coordinar con la organización (o con los responsables de zona) para fichar horarios de la final y obtener permisos para grabar desde ángulos que no molesten a los jugadores.

Economía creativa e independiente


El Artist Alley es, en muchos sentidos, el ecosistema simbólico del evento: aquí se compra arte y también se establece carrera. La presencia de fanzines, ilustradores y stands de artistas locales es la clave de la sostenibilidad cultural: muchos de los asistentes que hoy son profesionales empezaron vendiendo prints en mesas de estos espacios.

Para cubrirlo con sentido, cambia de escala: abandona la toma general y busca planos detalle —el gesto de firmar, la tinta aún fresca en un sello, la conversación entre artista y comprador—. Estas imágenes transmiten la economía emocional del evento y cuentan historias que el escenario principal no puede contarte.

Murcia, productor local


Que la Manga Experience crezca en Murcia no es solo buena noticia logística; es un síntoma. La ciudad apuesta por proyectarse como nodo cultural del sureste y la administración local ha mostrado apoyo, no solo como anfitriona sino como promotora de una oferta cultural contemporánea que incluye talento emergente. Esa confluencia entre esfuerzo privado y apoyo público es lo que permite que eventos de escala intermedia puedan aspirar a tener invitados internacionales y un catálogo extenso de actividades.

Esta dimensión local es clave para entender por qué el evento no solo atrae a fans, sino que también se convierte en una herramienta de imagen para la ciudad: turismo cultural, economía de fin de semana y proyección de marca territorial.

Rescatador de indies. Obsesivo de los JRPG. Amante de las grandes historias. Ignoro la «Guerra de consolas». Eso sólo existe en la mente del más necio.