As Far as the Eye. Análisis de un duro juego de estrategia

El mundo de los videojuegos está lleno de juegos de gestión de economías y ciudades, llamados city builders, que nos permiten crear nuestras ciudades soñadas. Unexpected ha ido por un camino diferente con As Far as the Eye, ofreciéndonos una interesante base con este género, pero haciendo que la estrategia y la gestión de materia prima y tiempo sea fundamental para poder sobrevivir, sin que haya un solo ápice de lucha.

Escapando de la gran inundación

En As Far as the Eye vamos a tener una curiosa mezcla entre distintos géneros, y es que la gestión de los campamentos nómadas y el roguelike estará a la orden del día, sin olvidar por supuesto el enorme componente de estrategia que vamos a encontrar.

En el título de Unexpected somos los responsables de conseguir que unas tribus nómadas lleguen hasta El Ojo, un lugar en el que ponerse a salvo de una inundación que va a acabar con todos los que no lleguen a tiempo.

Esta historia supone uno de los pilares centrales de su jugabilidad y es que estamos ante un juego de estrategia por turnos, necesitando ir avanzando de lugar en lugar antes de X turnos o la inundación acabará con nuestros pupilos.

As Far as the Eye va a ser un juego tremendamente complicado y ya desde el principio nos lo muestra.

as far as the eye

Un duro juego de estrategia

Lo primero que debemos saber de As Far as the Eye es que estamos ante un juego puramente de estrategia, donde la gestión de nuestros recursos, el tiempo y la exploración van a jugar un papel fundamental, añadiendo en ocasiones un punto de frustración al jugador más despistado o que no emplee una estrategia correcta.

Empezamos el juego con los tutoriales, una serie de misiones que nos irán mostrando poco a poco, y en orden, todo lo que debemos saber sobre la jugabilidad y nuestros pupilos, desde sus habilidades hasta la caravana. De esta manera comenzamos a comprender que el juego no va a ser nada sencillo, no solamente por la gran cantidad de cosas a las que tenemos que prestar atención, sino porque debemos planear todo con cuidado y mucha antelación si no queremos tener que volver a empezar.

Una vez tenemos todo en su sitio y comenzamos lo que sería la campaña, escogeremos nuestra primer tribu y comenzaremos a desarrollar nuestra estrategia en base al siguiente lugar al que queremos ir. Para llegar al Ojo debemos viajar por una serie de pantallas, para lo que necesitaremos X recursos para poder llegar a ellos. Dependiendo del lugar, esto nos dará la posibilidad de avanzar al siguiente que nos permita elegir y así hasta llegar al Ojo y salvar la tribu.

En cada mapa que visitemos deberemos conseguir una serie de recursos antes de que en X turnos nos alcance la inundación, lo que hará que la partida se acabe y tengamos que comenzar de cero (uno de los puntos que más frustración pueda crear en el jugador). En cada uno de estos lugares deberemos explorar con los pupilos para ver qué recursos tenemos y dónde está localizado todo, permitiéndonos ir pensando dónde vamos a colocar los edificios que podemos construir y que son necesarios para recolectar algunos recursos. Tenemos la posibilidad de crearlos fijos, no pudiendo moverlos después pero es más barato, o portátiles, siendo más caros de hacer pero que hasta podremos llevarnos al siguiente mapa.

Contaremos con entre 3 y 5 pupilos, los cuales tienen dos particularidades: un punto positivo, que va desde comer menos alimentos a tener más turnos de acción por asalto, y un punto negativo, desde consumir más comida hasta hacerse daño cada vez que cargan con algo. Estos personajes, los cuales podemos ir aumentando durante nuestro viaje si conseguimos acomodarlos en la caravana, irán ganando experiencia dependiendo de las tareas que les adjudiquemos, pudiendo ganar distintas habilidades e, incluso, desbloquear ciertos skills que tendremos que escoger entre unos y otros. De esta manera, utilizar el pupilo adecuado en cada tarea se va a tornar algo muy importante.

Pero no solamente vamos a tener que poner un ojo en los turnos que tenemos para que nos alcance la inundación o los materiales que necesitamos para avanzar al siguiente mapa, también deberemos tener en cuenta que nuestros pupilos necesitan comer y que a veces para avanzar también se nos pide cierto nivel de habilidades en algo, como puede ser recolector de nivel 2. De esta manera debemos tener no solamente un ojo en todos y cada uno de estos aspectos, sino que también deberemos planificar con mucha antelación ya que, si nos quedamos sin comida por ejemplo, tardarán unos 4-5 asaltos en morir, necesitando bastante más para poder generar comida la mayor parte de las veces.

Si todo esto no os parece lo suficientemente duro como para considerarlo un título complicado en el que avanzar, hay que tener en cuenta que todos los mapas son aleatorios (no habrá dos partidas iguales) y aun por encima tendremos que lidiar con distintos desastres naturales que hará que todo sea más complicado, aumentando sus posibilidades de aparición conforme se acerque la inundación. Así, puede pasar que los pupilos sufran una amnesia que nos obligue a volver a dar todas las órdenes, que se queden dormidos un asalto y no hagan nada, que una enfermedad los debilite durante cuatro asaltos obligándonos a tener que curarlos más tarde, que caigan rayos y ardan bosques enteros... Una gran variedad de sucesos que pueden volvernos la vida realmente imposible.

Entre mapa y mapa, una vez hemos recopilado todo lo necesario para poder seguir, deberemos montarlo todo en nuestra caravana antes de avanzar, algo que se hace mediante la gestión del inventario, como tantas y tantas veces hemos sufrido de aventuras los que hemos jugado al Diablo (compañeros caídos no sé si se dejarán de lado, pero una espada siempre es útil venderla). Con esta especie de Tetris debemos llevarnos todo lo posible, influyendo así en nuestro siguiente mapa si debemos dejar cosas (los edificios portátiles por ejemplo ocupan mucho espacio).

Entre todas estas dificultades una de las cosas más frustrantes que tenemos es que, de perecer en una determinada pantalla, debemos comenzar de nuevo. Si bien esto nos puede dar igual en la primera o incluso en la segunda, volver a comenzar cuando ya estábamos llegando al final es realmente un problema, y más cuando la aleatoriedad de todo puede hacer que una pantalla sea muy complicada de completar. Si queréis un buen desafío, As Far as the Eye lo es desde luego.

Precioso arte de estudio indie

El juego de Unexpected cuenta con un arte bastante vistoso, especialmente en lo que a escenarios se refiere, siendo muy sencillo en prácticamente todas sus facetas técnicas. Casa a la perfección con lo que vamos a ver y es bastante agradable de jugar, con suaves vientos meciendo los escenarios y una paleta de colores destacable.

En cuanto al sonido pocos peros podemos ponerle, con una banda sonora apacible y efectos sonoros bastante mísiticos, desde los sonidos de los pupilos, hasta lo que nos rodea.

En cuanto a los idiomas, no hay voces de doblaje porque tampoco hay diálogos, y los textos vienen perfectamente traducidos al castellano.

Conclusiones de As Far as the Eye

Si por algo destaca este título de estrategia y gestión es por su dificultad, ofreciendo a los jugadores la oportunidad de salvar a distintas tribus nómadas en el viaje de su vida. Llegar al Ojo no es una tarea sencilla, y no es por su alta dificultad, sino más bien por la paciencia que tiene que mostrar el jugador, ya que un par de errores nos lo harán pagar tan caro que vamos a tener que empezar de cero una partida, algo que se torna frustrante si estamos muy avanzados en nuestro viaje al Ojo.

En general una experiencia muy interesante y una apuesta arriesgada sin duda, que va a sacar lo mejor de nosotros en cuanto a gestión, si no queremos ahogarnos en un mundo de posibilidades.

Nota: 6,5/10

Lo mejor:

  • Un título de estrategia desafiante como hacía tiempo que no veíamos.
  • Un mundo precioso y espiritual.
  • Horas por delante…

Lo peor:

  • … Que pueden ser frustrantes por ser un constante ensayo/error.
  • Su gran aleatoriedad puede ser fatal sin importar lo que hagamos.

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