Bizarre Creations echa el cierre

Apuntad el 18 de Febrero de 2011 como un día triste para la historia del entretenimiento virtual. Después de más de 20 años de andadura, la desarrolladora Bizarre Creations cierra sus puertas. Un amargo final, sin duda, después de que Activision (como siga así vamos a cogerle manía) decidiera ponerla en venta. Lamentablemente, ningún comprador ha acudido en su rescate, y se han visto obligados a poner fin a su periplo en el mundo del desarrollo de videojuegos. Desde Es la última, nos gustaría despedirnos de ellos como se merecen.

¿Qué va a ser lo próximo, Activision, tomar gatitos para desayunar?

Si echamos la vista atrás, quizás nos vengan a la memoria juegazos de la talla de «Project Gotham Racing» o «Geometry Wars», ambas, sagas de peso dentro de sus respectivos géneros, pero si ahondamos un poco más en la trayectoria del equipo inglés (son de Liverpool), veremos que han editado otros títulos, puede que menores en comparación con los anteriormente citados, pero no exentos de calidad y buen hacer. Seguro que muchos recordáis el exitazo que supuso en el año 1996 el «Formula One» de Playstation y compatibles, lider de ventas en el territorio europeo durante ese periodo.

Que tire la primera piedra el que tuvo una play y no se echó unas partiditas a este título...

Pero fue en el año 2000 cuando pusieron toda la carne en el asador y le dieron una vuelta de tuerca al que sería su género favorito, el automovilístico. Nacía Metropolis Street Racing, nacía la leyenda. Y es que se podría decir que MSR fue un juego adelantado a su tiempo, al igual que Dreamcast, la malograda plataforma para la cual fue desarrollado. Gráficos superlativos para la época, coches de lujo con licencias oficiales, emisoras de radio con todo tipo de música, efectos de luz noche-día bastante logrados y más de 250 trazados distintos, basados en algunas de las ciudades más famosas del planeta.

Ese bordillazo te va a costar un montón de Kudos, amigo.

Todo un juegazo redondo, que superaba a toda su competencia, e introdujo un concepto nuevo para todos los que nos dedicabamos a hacer el cafre con el coche en nuestras consolas, la conducción elegante. Y es que con la introducción de los Kudos, unos puntos que se iban sumando a nuestro marcador, se premiaba el «jogo bonito» y se castigaba el «macarrismo» al volante. En fin, toda una delicia de juego que supuso la piedra de toque para lo que luego sería la evolución de esta saga, el «Project Gotham Racing».

A partir de entonces, la compañía viviría sus años más dulces, entre sublimes juegos de conducción, ositos de peluche malhumorados y geniales juegos  arcade. Hasta que en el año 2007, se anunció la adquisición de la compañía por parte de nuestros (devolvedme el DJ Hero) «amigos» de Activision. Desde este momento la compañía intentó alejarse un poco de los juegos de conducción, hecho bastante curioso, porque lo hicieron publicando el título «The Club» en 2008, y digo curioso, porque, si lo analizáis friamente, era un juego de carreras sin coches, pero con muchos tiros. El caso es que a pesar de no ser mal juego, no vendió todo lo que se esperaba.

¿Dónde llevará esto el freno...?

Quizás por eso, en el año 2010, Bizarre volvía a la carga con lo que mejor se le daba,los juegos de conducción, y anunciaba, entre toneladas de Hype, el que sería su penúltimo videojuego, Blur, del que podéis encontrar un grandísimo analisis aquí. De nada. Al final el título resultó ser una suerte de Super Mario Kart vitaminado, con una IA bastante lograda y gráficos vistosos que, pese a resultar divertido y trepidante, lastraba una falta de carisma que a la postre supuso que el juego no cumpliera con las expectativas.

«Si sale en un anuncio de cerveza, no puede ser malo, no…?»

La paciencia de Activision comenzaba a mostrar síntomas de agotamiento, pero a los chicos de Bizarre les quedaba una bala en el cartucho. Desgraciadamente, esa bala era «James Bond 007: Blood Stone». Polvora mojada, amigos. Un acabado gráfico bueno, pero irregular, y una gran diferencia jugable entre las misiones a pie y las de conducción (no en vano, estamos ante unos maestros del género…) hicieron que, saliendo a la vez, el Golden Eye vendiese el doble de copias. Eso fue una bofetada en toda la cara para los chicos de la calabaza. Y, quizás,  la gota que colmó el vaso.

Hoy, los componentes de bizarre, nos dejan un video a modo de despedida. Esperemos que tan solo sea un hasta luego. Por si acaso, desempolvemos el Metropolis Street y demos la vuelta más elegante en honor a estos grandes creadores.

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