Bleeding Edge. Análisis para PC y Xbox One, lo nuevo de Ninja Theory

Ninja Theory se pone manos a la obra y nos trae su nuevo proyecto Bleeding Edge, primero bajo el sello Microsoft. Un electrizante título de acción multijugador que enfrenta dos grupos de cuatro luchadores en la toma de diferentes objetivos. ¿Está a la altura de lo que el estudio nos tiene acostumbrados? En absoluto, aunque sí estamos ante un juego prometedor con una jugabilidad la mar de atractiva.

Team Up. Cause Chaos

Bleeding Edge sale al mercado como un «hero-shooter» en el que podemos controlar diferentes luchadores con habilidades únicas. Cada uno de ellos pertenece a su vez a un rol concreto, diferenciándose todos en tres categorías: atacantes, tanques y sanadores. Según el que escojamos, tendremos un papel que cumplir ya que, como en todos los títulos del género, el trabajo en equipo es clave para alzarse con la victoria.

A priori estamos ante una premisa poco innovadora pero prometedora por partes iguales. Goza de un gameplay realmente adictivo y frenético, en donde las batallas se hacen bastante estratégicas gracias a las habilidades de los personajes. Movimientos que se pueden mejorar con una serie de chips, o implantaciones, que se consiguen a medida que se sube el nivel de dicho luchador. Dando un plus de profundidad a la mecánica.

Cada luchador cuenta con 3 habilidades especiales y un ultimate que puede ser escogido antes de empezar una partida. Podemos encontrar una gran variedad de movimientos según el luchador que hayamos adaptado. Ataques de invisibilidad perfectos para huir o crear emboscadas, otros que afectan en área capaces de ralentizar al equipo rival o curar a nuestros aliados. Un sinfín de habilidades, en donde se nota que Ninja Theory ha dedicado tiempo y sobre todo, mucho mimo.

Artísticamente estamos frente a un desarrollo bastante atractivo. Goza de un estilo steampunk algo más desenfadado de lo normal, con esos toques biomecánicos en los personajes y un rollo futurista en escenarios. Destacando por encima de todo cada uno de los luchadores, que cuentan con un nivel de diseño realmente impecable por parte del equipo creativo.

Por su parte, los escenarios aunque agradables a la vista, no cuentan con tanta suerte. Son bonitos y funcionales para su cometido, pero poco más. Posiblemente podrían haber sido más exigentes en este aspecto haciendo que resalten más de lo que lo hacen. Sobre todo por la escasez de estos, ya que tenemos disponibles aproximadamente unos tres, aún más conociendo de primera mano la creatividad del estudio.

Los mapeados son bastante grandes, en alguna que otra ocasión da la sensación de «vacío» a la hora de moverse por ciertas zonas. Por fortuna, la movilidad de los luchadores es ligera y cuentan con un modo vehículo con el que ir más rápido. No esperéis que estas velocidades sean vertiginosas, porque el ritmo al moverse en general es pausado. Pero se siente mejor que en ciertos campeones de títulos de la competencia, como Overwatch.

Un aspecto que me agrada mucho del diseño de escenarios, es que ellos también participan en la pelea de una manera indirecta. En algunos los puntos a tomar se moverán, complicando un poco más su captura. En prácticamente todos hay potenciadores de daño o de vida e incluso trampas que ayudan a acabar con el rival, o a fastidiarnos la partida. He encontrado mallas eléctricas, bombas que caen del cielo, trenes que pueden atropellarte e incluso fuego abrasador. Todas ellas son capaces de acabar contigo de un único golpe. Vigilad vuestras espaldas y vuestros pies, claro.

Un huevo a medio cocer

Si comparamos Bleeding Edge con la competencia que hay actualmente en el mercado, tales como Overwatch o incluso Paladins, vemos que a la obra de Ninja Theory le queda mucho trecho que recorrer. Cogiendo mejor a Overwatch como referencia, Bleeding Edge está muy por detrás del título de Blizzard en prácticamente todo.

El estudio inglés ha lanzado su proyecto centrándose únicamente en el combate y de dotar personalidad a sus personajes. Características que se sienten perfectamente a través de sus diseños y habilidades. Pero, desgraciadamente, estos elementos no son suficientes como para triunfar en un género donde ya hay unas bases bien establecidas.

La falta de contenido desde su lanzamiento es el mayor de sus problemas. A penas tenemos modos de juego, reduciéndose todo a únicamente dos modos. En primer lugar obtener unas células y depositarlas en una zona concreta, y por otro un modo de toma de puntos al más puro estilo Zona Caliente de Call of Duty. En ambos casos tenemos peleas y podemos derrotar al equipo rival para conseguir puntos extras. Ambas modalidades se jugarán de manera aleatoria, sin poder escoger a qué queremos echarle horas. Imagino que esta elección se debe a poder encontrar siempre una partida, asegurando el emparejamiento gracias al cross-save entre Xbox One, Windows 10 y Steam.

Otro de los graves problemas que encontramos en Bleeding Edge es su sistema de personalización. Aunque la parte de los chips me parece un acierto total, en sí no tenemos ningún otro aliciente de peso que nos incite a jugarlo de manera excesiva. Elementos como aspectos de luchadores, gestos o incluso cosméticos para las tablas, deberían haber sido puntos importantes a la hora del lanzamiento. Por desgracia, no es así. Afortunadamente no tiene cajas de loteo ni ningún elemento del estilo, pero contar únicamente con apariencias que cambian solo el color no es lo que se esperaba.

Por último, comentar que tengo constancia de que el título cuenta con serios problemas de red y optimización. En mi caso tengo la versión de Steam con más de 6 horas invertidas, durante todo este tiempo únicamente me he topado un par de ocasiones con algún jugador que se teletransporta por el escenario. Tanto enemigo como aliado.

Mientras que por la parte de lag y/u optimización no he tenido ningún problema grave, más allá de alguna caída de rendimiento puntual. Haciendo que sufra ralentizaciones, aunque ya os digo que la reducción de especificaciones no afecta a este molesto problema. No obstante, en su mayor tiempo consigo hacer que el juego corra en buenas condiciones utilizando todas sus especificaciones en la calidad más alta.

Conclusión Bleeding Edge

Bleeding Edge es un título con mucho potencial, que si no se da de lado por parte de Ninja Theory puede llegar a hacerse un hueco importante en el género. Su ritmo de pelea es realmente frenético, divertido y adictivo, pero echo en falta alicientes mucho más tentadores que únicamente chips de mejora. La falta de desbloqueables como aspectos especiales o gestos le resta peso a su calidad. Incluso haber dejado algunos personajes desbloqueables hubiera sido tentador para jugar.

Antes lo comparé con Overwatch porque sigue siendo el rey indiscutible en el género. Aunque tampoco es justo del todo, ya que la obra de Blizzard lleva años en mercado y ahora cuenta con un gran repertorio de contenido. Pero recordar que este, en sus primeros días de vida, llegó bastante justo en este sentido. Bleeding Edge aún tiene margen de mejora para arreglar este problema de contenido y otros tantos como los de rendimiento y red. Tiempo que Ninja Theory debe utilizar para pulir y mejorar su obra, para convertirla en algo grande o convertirse en un nuevo Battleborn.

Versión analizada: Steam.
Disponible también en Xbox One y Windows 10.

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Nota: 7

Lo mejor:

  • Sus personajes y habilidades únicas.
  • Un combate realmente frenético y adictivo.
  • Sistema de mejora de luchadores.
  • Juego Xbox Play Anywhere: Cross-play y cross-save entre Xbox One, Windows 10 y Steam.

Lo peor:

  • Poco contenido de lanzamiento.
  • Precio elevado para lo que realmente ofrece.
  • Problemas de rendimiento y red.
  • Algún fallo de traducción al castellano.
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