Counterspy. Análisis PS4

Desde los comienzos de las andaduras de PS4, Sony se propuso demostrar su apoyo a estudios indies, y ahora, de manera escalada, vemos como estos títulos van llegando a nuestros dispositivos. En este caso nos referimos a Counterspy, un plataformas en el que tendremos que sacar al mejor espía dentro de nosotros para salvar al mundo.

Desde Rusia, y Estados Unidos, con amor

Nos situamos en un universo paralelo y caricaturístico durante la Guerra Fría, el largo y tenso contencioso entre las dos potencias máximas resultantes de la 2ª Guerra Mundial, los Estados Imperialistas contra los Estados Socialistas, ambos inmersos en una carrera por ser el primero en lanzar un cohete a la luna…un cohete nuclear. ¿Quién salvará al mundo esta vez entonces? Pues aquí entra en acción la agencia internacional COUNTER, que enviará a su mejor hombre contra ambas potencias para evitar el holocausto nuclear.

Para ello, deberemos conducir los pasos de nuestro desconocido héroe, cuya existencia en caso de ser capturado será negada, a través de diversas bases atómicas de ambos contingentes eliminando guardias, esquivando cámaras, robando secretos y planos, y todo ello manteniendo el delicado equilibrio de la contienda.

Con licencia para espiar

Ante nosotros tenemos un título de plataformas 2D que juega con escenarios 3D. Nuestro hombre, como agente secreto infiltrado, siempre estará en situación de desventaja, pero no nos preocupemos, es capaz de disparar, ponerse a cubierto, neutralizar guardias de forma rápida y silenciosa, rodar, colgarse de salientes y hacerse con todo secreto a su alcance. Como vemos, las acciones que podemos realizar no son pocas, y todas están bien resueltas y tienen su lugar.

La mecánica clave del juego que sienta sus bases es la siguiente. Nuestro objetivo es acceder a ciertos ordenadores de los que robar planes del enemigo para llevar a cabo su malévolo plan y luego escapar, y todo ello sin dejar testigos conscientes de nuestros hechos, y así precipitar tal funesto evento.

Por ello, siempre en pantalla tendremos el nivel de alerta, o DEFCON en el juego, que se encuentran nuestros adversarios. Desde el nivel 5, en el que todo va bien, hasta el nivel 1, que superarlo llevará a una cuenta atrás de un minuto, que es el tiempo que tendremos para evitar el lanzamiento del cohete.

¿Y cómo sube y baja este nivel? Lo subirá ser detectados por una cámara o un guardia informando por radio de nuestra presencia, abandonar una habitación de enemigos que nos buscan o muriendo, y lo descenderá el obligar a un oficial enemigo a rendirse. Como se aprecia, esto crea un componente estratégico claro, puesto que evita que vayamos a lo loco por los niveles, o que nos lo pensemos muy bien entre pasar sin ser detectado o robar un secreto que alerte a varios oponentes.

Ardua tarea, ¿no es así? Pero para ello nuestro agente tendrá a su disposición un buen número de armas y habilidades para salir victorioso. Si puede pagarlos claro.

Estos elementos a desbloquear, que incluyen armas silenciadas, una pistola de oro, lanzagranadas, el poder de correr sin hacer ruido, o minimizar el efecto de las cámaras, se encuentran distribuidos en forma de secretos en cajas fuertes que debemos reventar en nuestro itinerario por terreno hostil, y una vez desbloqueados, deberemos pasar por caja invirtiendo el dinero que iremos consiguiendo por los secretos sustraídos.

Y como última bomba, se implementó en el juego el elemento de que cada mapa que se carga cada vez, lo hace de forma aleatoria, es decir, nunca pasaremos dos veces por el mismo escenario, idea brillante y que llena de vida al juego, pero que, no es todo lo que debería, y si bien es cierto es verdad que no nos toparemos con el mismo escenario dos veces, sí que veremos ciertas secciones repetidas antes de darnos cuenta, y además, como efecto secundario negativo inherente, la curva de dificultad puede variar de una habitación a otra de manera espectacular.

Solo para sus ojos

En el apartado técnico, sin virguerías, se ve un buen trabajo por parte de Dinamighty. En cuanto al tema visual, la compañía ha elegido un estilo algo añejo a propósito para menús y pantallas de presentaciones, quedando como un guante para la temática e idea. Del mismo modo han acertado plenamente en el estilo gráfico del juego, con ese mezcla de 2D y 3D en un mundo caricaturizado, con nuestro espía como una silueta en un mundo de bases ultrasecretas, guardias, cajas fuertes y carteles propagandísticos acerca de qué sistema político es el mejor. Siempre con humor, siempre bien.

Hablando del sonido, aprobamos de nuevo el trabajo hecho, melodías del género que acompañan bien la acción del momento, buenos efectos de sonido y vida dentro de las bases, ya sea los disparos, explosiones o voces, dependiendo el idioma, de donde estemos geográficamente en ese instante, y con textos en castellano. Nada que pedir.

Para acabar, yéndonos a hablar de la duración tenemos un juego con una dificultad aceptable: tres niveles distintos, que cuenta con esa baza de imprevisibilidad que aporta esa generación aleatoria de escenarios, y amén de desbloqueables en forma de armas, habilidades o documentos con información acerca de la trama.

Podemos decir que Counterspy se mueve bien, es bonito, pero por desgracia, esa baza de la aleatoriedad le llega a lastrar en ciertos momentos por sus efectos secundarios. Pese a ello, una buena opción del catalógo indie de PS4.

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