Crítica: Mad Max – Furia en la carretera

Como podéis imaginar no nos hemos podido resistir a asistir al estreno de Mad Max: Furia en la carretera, en la cual esperamos encontrar una de las mejores películas de acción de este año 2015. ¿Ha conseguido Tom Hardy y Chalize Theron estar a la altura y hacednos olvidar de Mel Gibson? Sin duda alguna pero con algún «pero» que otro.

Sinopsis:  Mad Max no puede escapar de su pasado  así que decide aventurarse en solitario en ese mundo cuando se ve forzado a formar parte de un grupo que huye por el desierto,  liderado por la Emperatriz de élite (Furiosa). Tras perder una de sus posesiones a manos de este grupo, Immortan Joe moviliza a toda su banda para empezar una guerra y recuperar lo que le pertenece.

Warner lleva prácticamente un año haciendo una excelente campaña de marketing, aumentando el hype a los seguidores de esta saga y llamando a un nuevo joven público que no era seguidor de la trilogía original y que, puedo afirmar, que muchos de ellos no saben ni que existe una trilogía anterior.

Parece que fue ayer cuando George Miller hizo la primera Mad Max: Salvajes de autopista, cinta australiana de 1979 que no solo supo demostrar que la Serie B y un proyecto sin muchos recursos pueden ser muy rentable sino que abrió los ojos a Hollywood en cuanto a calidad en dirección e imaginación en historia se refiere.

En 1981 se decidió hacer Mad Max: El guerrero de la Carretera que no solamente era una continuación de la de 1979 sino que, por su historia, y la Warner pensando en el público estadounidense, era más un reboot que una continuación, cuyo hilo conector era únicamente su protagonista (Max), interpretado de nuevo por un joven y eficaz en pantalla Mel Gibson.

Visto el éxito de dichas cintas, George Miller decidió continuar y cerrar su saga con Mad Max: Más alla de la Cúpula del Trueno (1985) consiguiendo la mezcla perfecta en una primera mitad llena de acción y diversión con una espectacular Tina Turner y momentos realmente épicos (La cúpula), y otra segunda mitad más infantil pero por ello no menos divertida que no hace más que recordadnos a Los Goonies y que el público más joven agradeció pero que apenas contenía violencia explícita.

Después de esto, Miller se ha dedicado a proyectos más infantiles como son Happy Feet (si, el pingüino bailarín) y su continuación. Pero Miller aún tenía la «espinita» clavada de hacer una cuarta parte, y la Warner, después de varios años y pocas ideas originales, se decidió a producirla y me atrevería a decir que con un cheque en blanco. ¿Está a la altura de la trilogía original 29 años después?

Mad Max: Furia en la carretera no solamente está al nivel de lo visto en las anteriores sino que, aunque hayan pasado los año no ha perdido esa esencia de SerieB tan característica y que tanto nos gusta. Ese ambiente sucio, post apocalíptico, donde el sudor, la sangre y la gasolina parecen poder tocarse y olerse a través de la pantalla. Estos factores han sido bien plasmado en esta nueva cinta y llevándolos a un nuevo nivel superior, mucho más frenético y donde cada una de las persecuciones parecen inyectadas en adrenalina que harán que el espectador se agarre bien a la butaca del cine (las cámaras rápidas usadas por Miller ayudan a ello).  Muchas otras películas han intentado «copiar» ese ambiente como por ejemplo Waterworld y con sus «Smokers» o The PostMan (las dos dirigidas y protagonizadas por Kevin Costner) sin llegar a conseguirlo. Sin embargo, si solemos jugar a videojuegos, títulos como Borderlands o Rage han sabido hacer su pequeño homenaje al loco Max haciendo así que esta «suciedad en pantalla» sea su sello característico.

Volviendo a ésta «Fury Road«, hay que mencionar siendo casi el factor más importante de la película su dirección y montaje, una obra de arte que no para durante sus 120 minutos con un montaje que nos quitará el aliento. Nos parece increíble que Miller, con 70 años a sus espaldas, haya conseguido hacer una cinta tan salvaje, brutal y delirante y que, a su vez, ha sabido expandir su universo Mad Max de una manera que cualquier aficionado del genero no podía imaginar, mostrándonos un desfile de coches, villanos, engendros y situaciones que solo a una mente retorcida como la del señor Miller se le podía ocurrir.

En cuanto a la banda sonora, esta la compone de nuevo Junkie XL (el Michael Bay de las B.S.O), y digo de nuevo porque ya se hizo responsable de la música de 300: El Origen de un imperio y donde mostraba unas melodías realmente parecidas. No digo que sea un «copia y pega» de la anterior pero es fácil identificar su compositor sin mostrarnos nada nuevo pese a que realmente no queda mal en su conjunto.

En Mad Max hay muchos efectos especiales o más bien retoques digitales pero también es un blockbuster como los de antaño, donde se ve que el rodaje se ha hecho realmente en el desierto y donde puedes ver que casi la totalidad de coches en pantalla que explotan lo han hecho en la realidad, sus efectos son muy sutiles y gusta que sea así.

En cuanto al reparto utilizado y como sabréis, Charlize Theron hace un papel que eclipsa completamente a Tom Hardy encarnando a Imperator Furiosa que, sin lugar a dudas, es la imagen de la nueva Mad Max. Hardy no lo hace mal pero las comparaciones son odiosas y es inevitable hacerlo con Mel Gibson, que aportaba mucho más al espectador y tenia mucho más diálogo. Nocholas Hoult hace un papel realmente divertido, al igual que Hugh Keays-Byrne encarnando a Immortan Joe (el cual ya actuó en la primera Mad Max), el villano definitivo.

Lo mejor:

– Imaginación desbordante en situaciones, escenarios y puesta en escena.

– Charlize Theron y su Imperator Furiosa.

– El resurgir de Mad Max después de 29 años. ¡¡¡ Ya era hora !!!

Lo peor:

– No es una película para todos los públicos (ver trailer).

– Puede pecar de tener demasiada acción y un guión prácticamente nulo.

– Pocas sorpresas en la historia con un Tom Hardy que se podría haber explotado más.

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Conclusión: Esperamos que Mad Max esté aquí de nuevo para quedarse, continuando el reboot de la franquicia. Puede que el publico «nuevo» y que no conociese a este dueño y señor de la carretera no llegue a entender del todo esta nueva película de George Miller pero que, para todos aquellos que hemos crecido con estas sucias historias nos ha hecho soñar de nuevo con persecuciones, tiroteos y personajes imposibles. Para gran parte del publico será el blockbuster de acción del año y para otros supongo que será más que olvidable. Pese a todo lo dicho, Miller lo ha vuelto a hacer, ha vuelto a llevarnos a un mundo, su mundo, que supura hemoglobina, fuel y sudor creando un cocktail molotov definitivo del cine de acción.

NOTA: 8,1

 

 

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