CRÍTICA: ROBOCOP 2014

Debemos remontarnos al año 1987, ya que es de obligado cumplimiento comparar ROBOCOP 2014 con su predecesora, cosa que por otra parte puede ser injusta, pero es lo que conlleva el hacer un reboot de una de las sagas más famosas de la década de los 80’s.

Tengo que empezar diciendo que no soy un fan de esta saga como puedo serlo, por ejemplo, de Terminator. Vi Robocop (1987) en su día cuando era “más joven” y hace poco la volví a disfrutar cuando la adquirí en formato bluray. Es normal que esta cinta fuese un referente del cine de ciencia ficción/acción en su época, puesto que innovó de buena manera su género e hizo que el espectador experimentase las aventuras de este policía robótico donde la ley está por encima de todo.

Este remake 2014 posee muchísimas, por no decir todas las virtudes que tenía la original de 1987: se le da ese toque actual y su vez comercial que hoy en día se lleva tanto en  Hollywood, asegurándose así su triunfo en taquilla, pero olvidan esa esencia a serieB, característica de épocas pasadas, que hacían de éstas pequeñas obras de arte, aún hoy grabadas en nuestras mentes. Esto ya pasó con el remake de Desafío Total de Schwarzenegger que pudimos ver hace tres años y que nos enseñó que el dinero no lo es todo, pese a que fuese un producto final vistoso y entretenido. Sin embargo, como contrapunto a esta tendencia pudimos disfrutar de DREED (3D), dejando intacta la esencia de los comics y mejorando en su totalidad la anterior protagonizada por Stallone, allá por el año 1995, dándonos acción a raudales, escenas con una creatividad increíble y un guión típico/digno de las obras de  John Wagner creadas en 1977.

Volviendo a Robocop 2014, diré que el hilo conductor de la película, aunque parezca mentira, lo lleva un actor secundario, (por no decir terciario), que es Samuel L. Jackson, y que nos brinda momentos de política estadounidense basura que realmente son admirables desde el punto de vista interpretativo y narrativo; al igual hacen sus otros dos compañeros de reparto, Michael Keaton y Gary Oldman, bombas interpretativas capaces de convertir una cinta de acción burda en otra de lo más entretenida, pese a la mareante dirección de José Padilha en varios momentos puntuales del metraje.

También tengo que hacer hincapié en que no es una película que se vaya a recordar durante años y años. A ver, no aporta nada nuevo al espectador, acostumbrado ya a una sobredosis de testosterona por culpa de los innumerables Blockbusters estrenados cada verano, y además, cuenta con un protagonista soso y a su vez “desconocido”, como ya ocurrió en la de antaño. No obstante, hay momentos puntuales que es capaz de hacer que nos sintamos dentro de este robot humanoide, dándole sentimentalismo/realismo, y haciéndonos sentir que uno, como espectador pasivo, se plantee sobre la moralidad de los hechos que aquí se narran y sobre si merecería la pena tener esa vida, donde la delincuencia está a la orden del día y donde tus más profundos sentimientos no deben/pueden interponerse en ningún momento en tu nueva vida.

PD: Mucho he leído sobre Robocop 2014 y sobre su innecesario remake… Yo sigo pensando lo mismo que hace años cuando empezó esta moda de resucitar antiguas leyendas: si puedes tener dos de lo mismo, con mayor o menor calidad, ¿qué tiene de malo? Disfrútadlo.

Una máquina, un hombre, un hombre dentro de la máquina. ROBOCOP

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