‘Dragon’s Dogma’. Impresiones PS3

Capcom ya ha creado referentes en géneros como la lucha y el ‘survival horror’, con sagas como Street Fighter y Resident Evil respectivamente. Si bien en el caso de Resident Evil, los últimos juegos se han decantado más a la acción, no podemos evitar que se nos venga a la cabeza algún juego de la saga al escuchar ‘survival horror’.

El género RPG, en cambio, aunque cuenta con sagas como Monster Hunter, que aunque se podrían incluir dentro del género, no acaba de llegar a la suficiente gente como para calar tan profundamente en la comunidad de jugadores. Los fans de Monster Hunter, entre los que me incluyo, somos más minoritarios. Y buscando un público más amplio, llega Dragon’s Dogma.

Lo primero que veremos cuando comencemos nuestra partida.

Lo que podría ser una nueva saga de Capcom, empieza con buen pie, pero por razones más bien técnicas, junto a la falta de un modo online cooperativo, que el juego pedía a gritos, no acaba de ser ese juego del que todo el mundo habla. Mas bien se ha quedado en un juego del montón. Pero no os engañéis, si Capcom lo acaba puliendo en una supuesta segunda parte, estamos ante un diamante en bruto, un juego que podría acabar siendo una verdadera obra maestra.

 

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Nuestro pueblo natal. Empezamos siendo un matado con armas de mierda.

Está claro que a nivel técnico, este juego era un reto para Capcom. La necesidad de un mundo abierto estaba clara, y era algo que no habían tenido que hacer nunca. Su motor no estaba preparado para ello, y se nota. Aunque han salido del paso, la inexperiencia en este tipo de entornos se nota bastante. Veremos texturas a baja resolución, cambios en el detalle de los objetos según la distancia que salta a la vista, incluso veremos aparecer enemigos y  personajes de la nada en nuestras propias narices. Además, el juego sufre de un frame rate inestable. A veces la acción se verá ralentizada si hay un gran numero de enemigos alrededor y explosiones y magias por todas partes.

El juego tiene problemas de rendimiento y un optimizado algo tosco. Pero también hay que reconocer que el diseño de los escenarios es bueno. No veremos grandes explanadas con cuatro plantas para hacer bulto, el mapeado está lleno de precipicios, playas, montañas, ruinas… El conjunto es bonito, y los enemigos están muy bien diseñados, con especial mención a los monstruos gigantes, donde el juego alcanza su climax épico y visual.

Acabaréis pareciendo un caballero del zodiaco. Con armaduras muy detalladas.

Es la jugabilidad lo que más lo desmarca de la competencia. Las posibilidades son tremendas, más aun cuando avanzas en el juego obteniendo nuevas habilidades y clases. Partes con tres clases iniciales a elegir, guerrero, mago y strider (arquero), pero no se tarda mucho hasta poder cambiar de clase a otras seis posibles, como hechicero, asesino, arquero mágico, combinando las clases, con habilidades comunes y otras únicas.

La posibilidad de agarrarse al monstruo gigante, al más puro estilo ‘Shadow of the Colossus’, trepando por su lomo para alcanzar ese punto débil que lo haga caer al suelo o le baje la vida de forma considerable. Además, los enemigos suelen ser más débiles contra algún elemento en especial, por lo que tiene un factor estratégico y una preparación para las batallas importantes, que puede marcar la diferencia en tus victorias. Porque, que os quede claro, no es un juego fácil. Moriréis muchas veces al principio. Cualquier banda de bandidos puede significar tu muerte si no vas con cuidado. La misma libertad que te dan para ir hacia donde quieras, también te hace dar palos de ciego al principio. No encontrareis ni una triste señal para saber si vais por buen camino. El principio es duro, pero si superáis las primeras horas, os encontrareis un juego que tiene mucho que ofrecer, y os enganchará sus luchas épicas y sus viajes, su ambientación, y el reto que supone en si.

La cámara os la puede jugar bien en alguna ocasión. Sobre todo cuando lucháis contra los monstruos gigantes. Podéis perder de vista vuestro héroe y saber que le estáis dando espadazos solo porque escucháis sus gritos y veis como le baja la vida al enemigo. La podéis dominar con el stick secundario, pero por alguna razón, entra en conflicto con algún movimiento automático de la cámara y os deja totalmente vendidos, ni se mueve ni se deja mover. Muy mal Capcom.

No todos los enemigos son gigantes.

Los peones, el gran invento de Capcom para suplir el online cooperativo, son los compañeros que te acompañarán en tu aventura, totalmente controlados por la IA. Solo podremos darle tres ordenes posibles, adelante,ayuda y aquí. Todo lo demás es por iniciativa propia. Tendremos un peón que nos acompañará durante toda la aventura, nuestro peón, que subirá niveles con nosotros, y seremos los responsables de equiparlo bien. Los otros dos los invocaremos, y pertenecerán a otros jugadores, por lo que no subirán de nivel. Podremos cambiarles el equipo, pero lo que le pongamos se lo quedará el otro jugador, sin poder recuperarlo.

Todos nos imaginábamos lo épico que podría ser un online cooperativo donde uniésemos fuerzas para vencer a ese enemigo invencible y gigante. Pero tendrá que ser en la segunda parte, porque en este no lo han implementado.

Resumiendo, el juego tiene detalles muy buenos y lo pasarás en grande cuando te hagas con él, pero tiene carencias técnicas muy palpables. Además, pedía a gritos un online cooperativo, con el que el juego hubiese ganado enteros. Tendremos un análisis con nuestra nota final muy pronto.

 

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