Kingdom Come Deliverance. Análisis Xbox One

Kingdom Come Deliverance Game It

Hoy en Game It os traemos un título de estos que logran destacar en un género tan saturado como el de los RPG. Esto por supuesto tiene sus puntos muy positivos, pero también tiene otros que han generado unas cuantas polémicas, con las que podemos estar más o menos de acuerdo, pero que al fin y al cabo han dado que hablar y han generado cierto runrún entre el público.

Estamos hablando, como no, de Kingdom Come Deliverance, el título de Warhorse Studios y que llega a España de la mano de Koch Media. Financiado a través de Kickstarter, este título de rol nos lleva a la Europa de inicios del S.XV en una de las experiencias más fieles históricamente que hayamos visto en un videojuego.

La vida bohemia

Kingdom Come Deliverance nos sitúa en la Bohemia del Siglo XV, más concretamente nuestra historia comienza en el año 1403. Nos ponemos en la piel de Henry, el hijo de uno de los mejores herreros del este, y cuya relevancia va más allá de su labor de forjador, sobre todo en una época tan sacudida como aquella.

Henry es un joven del pequeño pueblo de Skalice sin más actividad que salir con sus amigos, su novia y emborracharse de cuando en cuando, sin embargo, sus inquietudes van un poco más allá, haciendo que salga de su lugar de nacimiento y nos lleve a vivir esta gran aventura.

A partir de este momento comenzará nuestra compleja historia, en donde nada será fácil, sino que el pasar de ser un triste chaval a un héroe nos costará sangre sudor y lágrimas. Es aquí donde nace el realismo de este Kingdom Come Deliverance, en nuestra vulnerabilidad inicial, y sobre todo nuestra incapacidad para enfocar las decisiones siempre como queramos, y es que, al igual que en la vida misma, no siempre somos capaces de todo y nuestras posibilidades se ven limitadas por esto.

Esto es precisamente lo que le da el mayor encanto al título de Warhorse, esa exigente adaptación, sobre todo en los primeros momentos en los que somos auténticos don nadie, indispensable hasta que nos hayamos creado un nombre en la región de Bohemia.

Un RPG encubierto

Como decimos desde el primer momento, Kingdom Come Deliverance es un juego atípico, que si bien no deja de ser un RPG clásico, hay ciertas mecánicas que las lleva a su terreno y les da su toque propio, como siempre, acercándolas al realismo.

Lo primero es la progresión de Henry, existente y palpable por supuesto, pero que funciona de una forma mucho más sutil, basándose en la práctica o repetición de las distintas mecánicas. Esto quiere decir que cuanto más usemos el arco, más diestros seremos con él, o que cuanto más tratemos de negociar mayor será nuestra diplomacia.

Básicamente iremos notando como poco a poco somos mejores en lo que hacemos, pero no notamos un gran salto al subir de nivel, volviéndonos capaces de hacer algo que antes no sabíamos, sino que simplemente comenzaremos siendo torpes en tareas que a lo largo del tiempo iremos dominando.

El sistema de combate del título es bastante similar a lo visto en juegos como For Honor, un sistema direccional de seis posiciones que funcionará eligiendo una de ellas tanto para pegar como para bloquear.

Desde la primera pelea nos damos cuenta de que Kingdom Come Deliverance no es un juego hecho para el enfrentamiento cuerpo a cuerpo. Por supuesto que es una opción válida, pero este realismo extremo hace que lo más lógico no sea liarnos a mamporros siempre que se pueda, sino que las opciones de negociar o pasar desapercibido cobran fuerza frente a la complejidad del combate.

La dificultad de la vida

Sin ninguna duda estamos ante un título bastante desafiante que, aunque no tiene una dificultad extrema, posee una serie de factores que lo hacen más complejo de lo que en un principio podríamos pensar.

Lo primero es que no existe la posibilidad de elegir niveles de dificultad, sino que tendremos que jugar con el preestablecido por los desarrolladores. Esto hace que vivamos un juego bastante compensado, pero con picos elevados que nos exigirán tener unas habilidades bien desarrolladas si no queremos morder el polvo.

Lo segundo, y quizás lo más importante, es el sistema de guardado, y es que no podremos guardar como queramos ni donde queramos, siendo necesario esperar a los escasos puntos de autoguardado que existen en el juego. Tenemos otra opción, y es que existen una serie de bebidas que nos permitirán hacerlo cuando queramos, pero estas no son precisamente baratas, por lo que no deberíamos de malgastarlas.

Todo esto es así para hacer que nuestras decisiones cuenten, es decir, es muy fácil inclinarse por una opción, y que si esta tiene resultados negativos podamos volver a un punto de guardado previo. Kingdom Come Deliverance quiere eliminar esto de nuestro pensamiento y hacer que las consecuencias sean permanentes, algo que añade realismo y dificultad a partes iguales.

Al final, lo que acaba logrando el juego es que nos convirtamos en los abanderados de la previsión, y si a esto le añadimos que tenemos que mantener el nivel de funciones básicas como comer y dormir, al final estamos ante una experiencia ardua como la vida misma, pero no con la comodidad del S.XXI, sino con los riesgos y los peligros de ser un guerrero del S.XV.

La belleza bohemia

Kingdom Come Deliverance es un juego exigente en todos los aspectos, y por supuesto el apartado gráfico no lo iba a ser menos, y es que desarrollar un mundo tan amplio e intentar reflejar la belleza de la región de Bohemia no es una tarea precisamente fácil.

Los chicos de Warhorse han decidido utilizar el motor CryEngine, el cual no funciona nada mal y cumple notablemente. Sin embargo, esto no quita que el título sufra en muchos momentos de caídas de frames, de popping, o de una distancia de dibujado bastante limitada.

Con todo y con eso, el efecto de generar el interés en pasear por los bosques, trotar a caballo solo viendo el discurrir del río, o simplemente echarse a caminar buscando una aventura, está más que logrado y no defrauda en ningún momento, al igual que ocurre con el modelado y las animaciones de los personajes, que muy lejos de ser fotorrealistas, quedan de lo más resultonas.

Por último, hay que mencionar una BSO de corte bastante épico que encaja perfectamente con la filosofía del título y de la época. Respecto al idioma, estamos ante voces en inglés pero son textos en español, permitiendo perfectamente la comprensión independientemente de nuestros conocimientos.

Conclusiones Kingdom Come Deliverance

Warhorse Studios ha conseguido gran parte de lo que pretendía, y es que la ambiciosa idea de reflejar una historia hiper realista en la Bohemia del S. XV está bastante bien conseguida.

Lógicamente el título tiene fallos, peca de un control tosco, sobre todo en combate, la dificultad es demasiado alta a causa de su sistema de guardado, y el apartado gráfico flojea en ciertos momentos.

A pesar de esto a este Kingdom Come Deliverance le sobran argumentos para mostrarse como un título realmente atractivo en el género, un juego que encandilará a aquellos que busquen complejidad, dificultad y realismo a partes iguales.

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