LastFight. Análisis PS4

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El estudio Piranaking debuta en el mundo de los videojuegos con LastFight, un juego de lucha brawler basado en los personajes de uno de los cómics franceses más laureados de los últimos años como es LastMan.

Del cómic a las consolas

Quizás para el gran público se trata de una obra desconocida pero para los más afines a las novelas gráficas es uno de los grandes pelotazos de 2014. Si bien no es necesario entender muy bien de qué va la historia original para entender el juego sí que conviene hablar un poco por encima del cómic para que, a grandes rasgos, sepamos más o menos a qué nos enfrentamos y de dónde viene la idea de LastFight.

La historia de LastMan parte de la premisa de un cómic manga, de hecho, éste bebe mucho de esa cultura y de esa manera de contar la historia. El protagonista principal es Adrian Velba, un joven aprendiz de artes marciales que junto a su Maestro Jansen se está preparando para el gran torneo anual de artes marciales de la región.

Cuando, prácticamente, Adrián está preparado para apuntarse al torneo descubre que una de las nuevas normas del campeonato es la obligatoriedad de competir en parejas y su compañero se encuentra indispuesto, por lo tanto deberá buscar un nuevo socio de pelea para el torneo, encontrando a Richard Aldana un desconocido que acaba de llegar a la ciudad con el mismo propósito que Adrián.

La obra rinde muchos homenajes a la cultura manga, reuniendo entre sus páginas una gran cantidad de clichés y temáticas propias de las obras japonesas así como el argumento principal: la rivalidad de ambos compañeros obligados a entenderse puede ser la temática de cualquier obra nipona manga.

El juego nos permitirá, en el modo historia, seleccionar con cual de los dos personajes seleccionables queremos jugar, Richard Aldana, el compañero de Adrián en el cómic original o Duke Diamonds otro de los personajes principales de LastMan. La historia del juego parte de la misma base que la novela gráfica en la que se basa, pero en esta ocasión los protagonistas deberán plantar cara a una panda de drogadictos que está invadiendo Paxtown ocasionando graves disturbios en la zona causado por una temible droga que poco a poco se va haciendo con el control de la ciudad. Nuestro protagonista deberá derrotar a todos los miembros del Tomie Sector (un grupo de supervillanos) que son los encargados en crear y distribuir la droga del caos.

Un intento de Power Stone

Los más nostálgicos no tardarán en ver cómo el juego es prácticamente idéntico en mecánicas a aquella saga clásica de 1999 que nos ofreció Dreamcast como era Power Stone.

En aquella época los juegos de lucha eran prácticamente más de lo mismo: pegarte mamporros con tu rival y de vez en cuando soltar algún combo. Sagas como Street Fighter, Mortal Kombat e incluso Tekken tenían mucha fuerza en una industria un poco saturada ya de tantos juegos de peleas uno contra uno. Power Stone dio un giro de 360 grados a las mecánicas de este género, por lo menos en lo que a consolas distintas de Nintendo se refieren (recordemos que ya existía en aquella época otra locura muy del estilo como era Super Smash Bros de Nintendo 64). Power Stone en seguida se convirtió en el Smash Bros de Sega con su toque desenfadado y con mucho, mucho sentido del humor.

LastFight bebe de la fuente de Power Stone y no lo disimula ni un momento, se puede decir que LastFight es el nuevo Power Stone pero ¿es suficiente? Para mucha gente podría ser suficiente si lo que buscamos en un juego de peleas competitivo para jugar desde el sofá de casa, pero para quien busca algo más puede llegar a aburrir un poco cuando «te pasas» el modo historia al completo.

Corto, pero intenso

El modo historia no es para nada largo, de hecho es muy pero que muy corto y el juego lo sabe, es más, hay un trofeo de PS4 dedicado a ello, se trata del trofeo «Más rápido que flash» un trofeo que desbloquearás si te pasas el juego en menos de 20 minutos, y ya os decimos nosotros que, o lo haces muy pero que muy mal, o en la primera pasada al modo historia es muy probable que lo desbloquees.

En algunos juegos del estilo a este, un modo historia corto se compensa con amplios modos de juego que te inviten a rejugar cada vez que tienes un rato libre. LastFight peca de poco contenido. Tenemos a nuestra disposición (a parte del modo historia) cuatro modos de juego, pero muy repetitivos entre sí. Por un lado tenemos el modo clásico versus, en el que nos enfrentaremos o bien a un amigo o dos amigos en o bien a la propia máquina teniendo a nuestra disposición (todos salvo uno desbloqueados desde el principio) un total de diez personajes jugables con un total de ocho escenarios para dar rienda suelta a nuestra adrenalina.

El modo más divertido de todos los que nos podemos encontrar es, sin jugar a dudas, el modo clasificación que te permitirá luchar de manera online contra otros jugadores e ir sumando puntos para ir avanzando en la clasificación y en el matchmaking, algo así como lo que nos encontramos en el modo online de Mario Kart 8, sumando puntos si ganamos o restándonos si perdemos.

Algo así como un «rey de la pista» se puede definir el Modo Interminable en el cual vas peleando contra otros jugadores online hasta ver cuánto aguantas sin ser derrotado, este modo es posiblemente el que más viciados nos tenga ya que, intentar batir tu récord descubriendo que eres el mejor jugador online de LastFight siempre es una satisfacción para todos los jugadores que buscamos superarnos y competir.
Para acabar tenemos el modo más curioso de todos en el que tenemos que intentar dar a nuestros enemigos (hasta cuatro) con una increíble bola gigante. Sobran las palabras, digamos que es una locura muy divertida.

Conclusiones LastFight

Si eres fan de los juegos Brawler y creciste con Power Stone y Smash Bros, este juego te va a gustar, aunque pueda parecer a simple vista que se queda algo corto, según vayáis jugando os vais a dar cuenta que estáis viciados y que habéis perdido horas de sueño gracias a que os ha atrapado en su modo competitivo online hasta altas horas de la madrugada.

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