Little Nightmares 2 – Análisis PS4. Las pesadillas vuelven a invadir el sueño

Hoy en Game It vuelven las pesadillas. En una época ya complicada de por sí, gracias a Bandai Namco y los chicos de Tarsier Studios, podemos sentir de nuevo ese “pequeño terror”. Tras casi cuatro años de espera, por fin tenemos aquí Little Nightmares 2, la secuela de uno de los títulos más sorprendentes de la generación.

Con la gran Six en nuestras manos, en la primera entrega conocimos lo que era el miedo, la tensión, el desamparo e incluso el asco. Ahora, esta segunda parte promete hacernos revivir todos esos sentimientos, e incluso acrecentarlos.

Con un nuevo protagonista, aunque con la eterna presencia de nuestra vieja amiga del chubasquero amarillo, el estudio sueco vuelve a sumergirnos en estas no tan pequeñas pesadillas.

En esta ocasión analizamos la versión de PS4 en una PS5 (no tiene versión propia a día de hoy), aunque el título también se encuentra disponible en Nintendo Switch, Xbox One y PC. A continuación, y sin posponer más nuestros sueños más horribles, os traemos el análisis de este Little Nightmares 2.

Little Nightmares 2

Una pesadilla compartida

Como mencionábamos en la introducción, en esta ocasión no estaremos controlando a Six durante nuestra aventura. Nuestro nuevo protagonista es Mono, un niño con un físico y habilidades similares a la superviviente del primer título.

Esto implica que, a grandes rasgos, las mecánicas y el objetivo sean similares, por lo que, veremos una continuación de lo visto en el Little Nightmares original, aunque con ciertos añadidos que aportan un puntito más de versatilidad.

El principal de ellos, es que en esta ocasión no caminaremos solos. Nuestra queridísima Six se unirá a nosotros para hacernos más llevadera la aventura, bien sea con su ayuda, o simplemente con su presencia.

Y es que el hecho de no sentirnos solos, aunque a nivel mecánico no afecte demasiado la mayor parte de las veces, se agradece en un juego de este estilo. No es un juego terrorífico, no vas a pasar miedo, pero la tensión y la vulnerabilidad de tu personaje se sienten a cada pequeño paso que das.

Para resumir, el objetivo, al igual que en la primera parte, era sobrevivir mientras huíamos por los distintos escenarios que íbamos encontrando en nuestro camino hacia la libertad. En esta ocasión tenemos cinco zonas, las cuales superaremos en unas 6-7 horas, si vamos relativamente directos, y que mantienen toda la esencia del original.

Un miedo conocido

Además de la ambientación, el otro pilar que mantenía la solidez de la propuesta de la primera entrega eran sus mecánicas, simples pero eficientes. Little Nightmares 2 mantiene todo esto, aportando alguna que otra novedad, pero sin alejarse del camino establecido.

En esta ocasión se añade una tercera dimensión en forma de profundidad. Seguimos ante un juego de movimiento lateral, en el que avanzaremos hacia la derecha, sin embargo, ahora tenemos la posibilidad de movernos en ese eje Z. Esto, sin revolucionar la jugabilidad, da la posibilidad de añadir habitaciones, esconder más si cabe los coleccionables, e incluso obligarnos a ser más precisos a la hora de los saltos, agarres o de otra de las novedades del juego: el combate.

Este es lo más básico que te puedes echar a la cara, pero también forma parte del encanto y le da consistencia ludonarrativa al título. No tendría sentido que nos sintiéramos vulnerables durante el 95% del tiempo, y que durante el combate pareciésemos samuráis. Esto, que ocurre en contadas ocasiones, no va más allá de agarrar y arrastrar algún hacha, cuchillo o tubería y golpear a esos enemigos que pretendan acabar con nuestra vida.

Quitando este par de añadidos, tenemos un desarrollo muy similar a lo visto en el Little Nightmares original. Básicamente tendremos que huir y resolver puzles, tampoco demasiado complicados. Para ello podremos saltar, agarrar y lanzar objetos, llevarlos en nuestra gabardina (esto no era así en el anterior, en el que teníamos que cargar con el objeto) e interactuar con Six para avanzar juntos.

Eso sí, uno de los problemas del título, aunque en juegos así tampoco es algo capital, es que nos obliga a abusar del ensayo y error. En unos cuantos compases nos encontramos con que realmente no sabemos que hacer, o como hacerlo. Por lo que, después de morir una o dos veces, es ahí cuando se nos puede encender la bombilla tras conocer lo que hace nuestro enemigo. En esos momentos ese Little Nightmares 2 peca de injusto, aunque como decimos, morimos, vemos como se las gasta nuestro rival, y para delante.

Breve pero intenso. Esta frase resume perfectamente la filosofía del título de Tarsier Studios. Hablamos de una aventura corta, pero te mantiene en tensión desde el principio hasta el final. Alargarla mucho más la volvería repetitiva, y acortarla la haría escasa. Un juego corto, para disfrutar unas horas, pero también para volver a él una tarde meses después.

Living the nightmare

Es el momento de hablar del gran pilar de este Little Nightmares 2: el diseño y la ambientación. El juego pretende introducirte en una pesadilla desde el primer minuto, y sin ningún género de dudas, lo logra.

Desde el inicio se nos transmite esa inseguridad, ese miedo y esa vulnerabilidad de nuestro personaje. El bosque, la escuela, el hospital… todos estos entornos funcionan a la perfección generándonos tensión y unas ganas incontrolables de escapar lo antes posible. Con muy poquito, Little Nightmares 2 consigue hacer aflorar nuestro instinto de supervivencia.

Tanto los escenarios como los personajes (todavía tenemos algún sueño tétrico con la profesora), están excelentemente trabajados. Lúgubres, con juegos de luces y sombras maravillosos… creando una eterna inseguridad, pero siempre mostrándonos la posibilidad de despertar de esa terrible pesadilla.                                                   

El apartado sonoro consigue transmitir las mismas sensaciones e incluso potenciarlas. No hay voces, pero no se necesitan. La imagen y la BSO transforman un juego con personajes entrañables en sus miedos y en los nuestros.

Conclusiones Little Nigthmares 2

Poco se puede objetar sobre el título de Tarsier Studios. Si la primera parte enganchaba y sorprendía a partes iguales, esta secuela amplía y mejora lo visto en la anterior. Esto se resume en: si te gustó el anterior, este lo hará incluso más.

La tensión, la vulnerabilidad y la sensación de desamparo son constantes durante todos los compases de este Little Nightmares 2. En ningún momento te sientes del todo cómodo en sus lúgubres escenarios, y es que incluso los puntos tranquilos pueden dejar de serlo de un momento a otro.

No estamos ante una obra maestra, no hablamos de un título atemporal, pero sí de una propuesta que brilla en su ambientación y hace un uso de sus mecánicas en el que “menos es más”. Simple, con desafíos moderados, pero capaz de introducir al jugador en ese universo de tensión. Sin duda indispensable si has jugado el primero. Si no lo has hecho, dale una oportunidad, y este Little Nightmares 2 será el siguiente.

Nota: 8.5

Lo Mejor

  • Una magnífica y tétrica ambientación.
  • Mecánicas sencillas y resultonas.
  • Divertido de principio a fin.

Lo Peor

  • Momentos en los que resulta injusto.
  • Duración justita.
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