Noahmund. Análisis PC

Noahmund

El mercado de los videojuegos independientes se ha tornado en los últimos años una feroz lucha por llamar la atención de los consumidores. En esta batalla acaba de entrar el malagueño estudio Ábrego con su juego de rol Noahmund. Os contamos que nos ha parecido esta aventura con toques de JRPG.

 

En busca de la paz

Es evidente que en los últimos años el número de títulos independientes que se pone a la venta en las diferentes plataformas ha aumentado de una manera remarcable. Esto hace que cualquier juego que quiera destacar entre esta numerosa producción constante debe ofrecer un aspecto diferenciador, algo que lo haga fácilmente reconocible.

Lo primero que conocemos de Noahmund cuando arrancamos nuestra aventura es la historia que va a ofrecernos. Por desgracia, no podemos decir que este sea el apartado que haga único al juego malagueño. Como hemos visto en muchas ocasiones en este género, el mundo se encuentra en guerra, existe un arma capaz de desequilibrar la balanza y nuestra tarea es asegurarnos de que no caiga en las manos menos indicadas.

A cada paso que damos vamos descubriendo una historia que, sin demasiadas florituras, está bien estructurada pero que en todo momento se nos muestra demasiado previsible. La narración avanza a la vez que se entrelaza con diferentes flashbacks que nos cuentan el pasado de los protagonistas. Tras pasar unas horas delante de Noahmund podremos anticipar con mucha facilidad cual va a ser la dirección que va a tomar la historia ya que los personajes son demasiado arquetípicos y guardan pocas sorpresas. A esto hay que sumarle el que nos ha parecido el peor de los problemas que sufre el juego. En varias ocasiones nos hemos encontrado con bugs que nos han impedido continuar avanzando y nos han hecho cargar la partida con la pérdida de tiempo que esto conlleva.

 

Una innovación a medias

Como hemos comentado al inicio, para destacar en el mercado indie hace falta un elemento diferenciador y los creadores de Noahmund lo saben. Para ello diseñaron el que se ofrece como el gran atractivo del título. Se trata de un sistema de combate al que han bautizado como Battle Chess Motion. Esta singularidad combina los combates en tiempo real con la posibilidad de movernos de manera limitada por una especie de tablero cuadriculado. De esta manera si nuestro personaje es más ágil que el rival podremos aprovecharlo para flanquearle y así hacerle más daño.

El sistema está bien pensado, pero no tardamos en encontrarle la primera pega y es que los escenarios no están bien adaptados. Los límites de la cuadricula son fácilmente confundibles lo que en más de una ocasión nos hará intentar irnos hacia un lateral del que ya hemos alcanzado el borde o pensar equivocadamente que estamos en la misma fila que un enemigo.

Este sistema de combate nos ha generado la sensación de que desestabiliza un poco la dificultad de Noahmund. A pesar de que los grandes jefes son más poderosos que el resto, como es lógico, el hecho de que varios enemigos puedan rodearnos hace mucho más desafiantes estos combates que aquellos en los que únicamente enfrentamos a un rival.

 

La ambientación como salvación

Entre todos estos aspectos que calificaríamos como mejorables, cabe destacar uno que realmente consideramos de una buena factura. Hablamos de la atmósfera que crea Noahmund. Los diseños de los escenarios están realizados con mucho mimo y la paleta de colores empelada en cada momento nos ayuda a adentrarnos un poco más en la historia.  Por su parte la banda sonora también cumple las expectativas con algunas letras en castellano, lo que siempre se agradece en nuestro país.

Es cierto que estos aspectos en ningún momento se muestran al nivel de las grandes producciones, pero podemos asegurar que el apartado técnico es la cara de la moneda de Noahmund.

 

Conclusiones de Noahmund

Desde que superamos el primer tutorial, Noahmund nos ha dejado sensaciones encontradas. El equipo ha trabajado con buenas ideas como la historia elegida o el Battle Chess Motion, pero en todo momento queda patente que les ha faltado trabajo para pulir una obra que, sin ser mala, podría haber sido algo realmente bueno.

Como ya hemos comentado, su fuerte nos lo encontramos en un apartado visual y musical que consiguen transportarnos de lleno a la historia, pero que es incapaz de levantar por si sólo un juego de esta envergadura.

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