One More Dungeon. Análisis Nintendo Switch

One More Dungeon

Jugamos a One More Dungeon, la opera prima del estudio ruso Stately Snail, que llega a Nintendo Switch de la mano del estudio español Ratalaika Games. Se trata de un roguelike que adapta al género interesantes cambios como la vista en primera persona. Os contamos que nos ha parecido está obra repleta de luces y sombras en sus largos pasillos.

 

Sin rodeos

Todo comienza muy rápido en esta aventura de mazmorras. Nada más iniciar el juego y pulsar el botón de nueva partida ya estaremos controlando a nuestro personaje. No sabemos nada sobre él, únicamente que tendremos que buscar cómo salir vivos de la cueva repleta de peligros en la que nos encontramos.

Para lograrlo tendremos que explorar cada laberíntico nivel hasta dar con la puerta y su respectiva llave que nos dé acceso a un nuevo nivel. Cada escenario estará habitado por enemigos a los que tendremos que combatir. Pero antes de entrar a hablar del combate comentaremos un poco más las situaciones que nos propone One More Dungeon. En los primeros compases nos dedicamos a revisar cada rincón del escenario. Esto cambia cuando hemos superados las primeras fases debido a que rápidamente nos aborda la sensación de estar una y otra vez repitiendo lo mismo. Esto provoca que al cabo de un par de horas el juego pierda nuestro interés.

En cuanto al sistema de combate nos encontramos con un abanico de posibilidades bastante corto. En una mano llevaremos una espada mientras que en la otra portaremos un báculo que nos permitirá infringir daño a distancia. Los escenarios bastante pasilleros nos obligarán a mantener las distancias con nuestros enemigos para acabar con ellos sin sufrir demasiados daños. Esto tiene un inconveniente que rápidamente nos quedaremos sin munición y para reabastecernos tendremos que buscar por todos los rincones de cada estancia. Además hay que tener en cuenta que nuestros enemigos no cuentan con animaciones previas a atacar, por lo tanto será importantísimo guardar la distancia si no queremos morir rápidamente. A esto se le suma la curva de dificultad, que en muchas ocasiones opta por simplemente aumentar la vida de los enemigos para hacer así más complicados los niveles.

Lo más positivo que le hemos encontrado a One More Dungeon es, como pasa en el género del roguelike, que no sabemos a qué nos enfrentamos hasta el último momento ya que los escenarios se crean de manera procedural. Esta creación procedural sumada a la escasez de munición que hemos comentado antes marca la diferencia entre una partida y otra. Mientras que en algunas encontraremos lo suficiente para sobrevivir a base de magia en otras tendremos que afilar la espada y evitar los golpes para conseguir avanzar.

 

La dificultad de matar píxeles

En cuanto al estilo visual que nos presenta el estudio ruso, nos encontramos un pixel-art algo tosco. Esto de por si no es un problema, el inconveniente surge al mezclarlo con los rápidos movimientos de cámara habituales en un juego en primera persona. Los gruesos bordes se mezclan y resulta muy fácil desorientarse incluso en mapas tan pequeños como los que nos deja este One More Dungeon.

Por otro lado, hay que reconocer que con este aspecto el juego logra moverse de manera estable sin ningún tipo de problema. Pero como todos sabemos lo especial que es la última consola de Nintendo no podemos dejar de comentar las diferencias entre los modos de juego que nos permite la consola híbrida. Como es habitual la mejor experiencia la encontramos jugando en la tele, mientras que si pasamos al modo portátil la interfaz es algo reducida en cuanto a su tamaño.

No todo es malo, el equipo ha incluido detalles interesantes como la cara de nuestro protagonista que va cambiando a lo largo de nuestro periplo. En cuanto al sonido, sobre todo los efectos cumplen su función de crear ambientación. Cada enemigo contará con diferentes sonidos que nos ayudarán a saber a qué nos enfrentamos. Las canciones, diferentes en cada mazmorra, ayudan a disimular un poco la sensación de repetición de la que hablábamos al principio.

 

Conclusiones de One More Dungeon

Este primer trabajo de Stately Snail nos deja la sensación de que el estudio ruso ha querido hacer demasiadas cosas en su primer proyecto y se les ha quedado algo grande. Habría sido preferible hace un título menos ambicioso, pero más pulido en su finalización.

Encontramos remarcables problemas en casi todos los aspectos del juego que lastran una obra que no termina de aprovechar una idea interesante como es el roguelike en primera persona.

https://youtu.be/ecD3g8sLbfI

Política de notas
Salir de la versión móvil