Outland, análisis XBLA y PSN

Desde que vi los primeros diseños, las primeras imágenes, los primeros vídeos, supe que Outland no sería un juego más. La profunda hermosura de su apartado artístico, con esa mezcla de luz y oscuridad (como veréis más adelante, algo muy importante, casi vital, en este juego) y esa mecánica de juego tan simple a la vez que elaborada, me lo confirmaron: Outland no era un juego cualquiera. Si queréis acompañarme en este recorrido por esta pequeña maravilla en formato descargable que nos ha regalado Ubisoft, os espero tras el salto.

Luz y Oscuridad, la Guerra Eterna

Es probable que la ambientación del juego no sea de lo más elaborada. El conflicto más antiguo, Luz contra Oscuridad, Orden contra Caos, Bien contra Mal. Pero en cuanto empezamos a movernos por el mundo de Outland, nos damos cuenta de que dicha ambientación sirve y define perfectamente el juego que tenemos entre manos. Un personaje anónimo, instruido por un anciano en una choza en medio de un bosque ancestral. Recuerdos que nos llegan a través de artefactos antiguos, memorias de un conflicto que sacudió los cimientos del mundo mismo. Ecos de las hazañas de un héroe ancestral, que se apoderó del poder de la Luz, que domeñó la fuerza de la Oscuridad. Para salvar a su gente. A su tierra.

Eones después, nos toca a nosotros repetir dicha hazaña. Deambularemos por un extenso mapeado, lleno de trampas, puertas ocultas, saltos mortales y temibles enemigos, que tendremos que superar para emular la hazaña del primitivo héroe. Y no dudéis que disfrutaremos del viaje, os lo aseguro.

Gráficos

Vale, es cierto que se trata de un juego 2D, sin ningún tipo de alarde tecnológico de última generación. Pero es que el aspecto visual de Outland es absolutamente delicioso. Un mundo en dos dimensiones, pero a todo color. El contraste de luminosidad y oscuridad lo hace irresistible a la vista. Los efectos de los movimientos del personaje son fluidos, al igual que el de los enemigos. Los fondos son hermosos, tanto que hasta llegan a embelesar. Y entre tanta luz y tinieblas, dos colores que serán muy, pero que muy importantes para la dinámica de juego: el azul y el rojo. Ambos desentonan notablemente con respecto a la paleta de colores utilizada, pero más abajo, cuando hablemos de jugabilidad, sabréis por qué. Baste decir por ahora que el azul representa a la energía luminosa, y el rojo a la energía oscura.

Música/FX

Outland puede presumir de una banda sonora que, sin llegar a ser impresionante por si misma, mantiene el tipo durante todo el juego. Es ese tipo de música que está ahí, de fondo, acompañándote, y en la que no prestas atención, hasta que te das cuenta que el juego no hubiera sido lo mismo sin ella.

Jugabilidad

Estaremos de acuerdo en que no solo de impresionantes aspectos visuales vive un juego. Outland, por supuesto, se apoya en el gran apartado gráfico para ofrecernos una experiencia de plataformas, acción y exploración en 2D como hace tiempo no se ven por estos lares. Recorreremos un enorme mapa, con varias zonas definidas y claramente diferenciadas tanto por su temática y colorido como por las duras pruebas y peligrosos enemigos que encontraremos en cada una de ellas. Avanzaremos saltando de plataforma en plataforma, evitando caer en pozos de pinchos, o ser victimas de peligrosas criaturas y trampas tanto normales, como afines a la luz o la oscuridad.

Y es que como os contaba más arriba, Outland se nutre de esa rivalidad entre energías opuestas para aportar algo más que saltos, exploración y combate. Hay multitud de lugares en el mapeado que disparan bolas o chorros de energía de uno de los colores, ya sea azul (Luz) o rojo (Oscuridad). Además, hay enemigos sin afinidad, o enemigos alineados con la Luz (de color azul) o la Oscuridad (de color rojo). Pues bien, resulta que llegados a cierto punto del juego, una vez pasada la introducción que jugamos a modo de tutorial, adquirimos la capacidad de «sintonizar» con uno de los dos colores, y por lo tanto, uno de los dos tipos de energía. De esta forma, si nos hallamos imbuidos de energía luminosa, seremos inmunes tanto a trampas como a enemigos de energía luminosa, y podremos ser afectados por trampas y enemigos alineados con la energía contraria. También existen plataformas elevadoras que solo podremos utilizar si controlamos en cada momento la energía a la que representan. De esta forma, avanzar por un pasillo con trampas y enemigos de ambos colores no solo requerirá habilidad y pericia en combate, sino que deberemos ser capaces de alternar rápidamente entre una energía u otra para poder completar con éxito la tarea. Interesante, ¿verdad?

Además, no faltarán las típicas reliquias que recolectar, los poderes que desbloquear y las monedas que acumular para obtener mejoras de salud, entre otras cosas.

También habrá épicas batallas contra enormes jefes finales, que nos pondrán en un serio aprieto, ya que habrá que encontrar la secuencia correcta para vencerlos y será fácil ser derrotados y tener que empezar de nuevo desde el principio de la batalla.

Debido a estos aspectos tan remarcados en su jugabilidad, muchos han visto similitudes con el shooter espacial Ikaruga (por la polaridad de los colores) y Super Metroid (por el componente de exploración y obtención de mejoras para el personaje). Yo, personalmente, le atisbo un toque a un clásico atemporal como es Flashback, aunque es cierto que este último era mucho más relajado que Outland, que por momentos puede requerir movimientos rápidos y complicados para resolver algunas zonas. Pero he de confesaros que una vez que uno se sienta a jugar a Outland, se da cuenta de que es un juego único. Comprobadlo por vosotros mismos.

Modos de juego/Online

Aunque hemos de dejar claro que Outland es una experiencia para disfrutar en solitario, jugando y aprendiendo al ritmo con que vas descubriendo el mundo o nuevas habilidades, no se trata de un juego que no disponga de características multijugador o modos de juego adicionales. En pleno auge del juego online no iban a dejar pasar los desarrolladores de Outland la posibilidad de dotar a su pequeña maravilla de estas capacidades. Así, además de poder jugar la aventura de forma individual, podremos jugar la historia acompañados de otro jugador, e incluso dispone de misiones especiales exclusivas para ser disfrutadas en cooperativo. Además, podemos acceder a un modo arcade en las zonas ya visitadas y desbloqueadas del mundo de juego donde competiremos contra nosotros mismos o contra una lista de marcadores online para conseguir los mejores tiempos o las puntuaciones más altas en cada zona.

Conclusión

Tenemos entre manos una verdadera obra de arte, que rentabiliza como pocos juegos el precio al que lo podemos adquirir. Se trata de una experiencia visual, sonora y jugable que disfrutaremos con total seguridad, y que enamorará perdidamente a los jugadores que disfrutamos del apogeo de los juegos en 2D. Cuando jugábamos con nuestras consolas de 16 bits, soñábamos con Outland.

Lo mejor

– El aspecto visual.

– La mezcla de características lo hace variado y especial.

Lo peor

– Los enfrentamientos con los jefes finales son algo peliagudos, ya comprobaréis el por qué.

 

Nota 9

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