Padres por desigual (Daddy’s Home). Crítica

De la mano de Paramount Pictures podemos disfrutar ya en cines de Padres por desigual, comedia norteamericana cuyo título original es Daddy’s Home dirigida eficientemente por Sean Anders quien ya contaba con experiencia en filmes similares como “Desmadre de padre” con Adam Sandler, o también como guionista de “Los pingüinos del Sr. Poper” con Jim Carrey.

Padres por desigual nos cuenta la historia de Brad (interpretado por Will Ferrell), un ejecutivo de una emisora de radio de Smooth Jazz que vive desahogadamente con su familia formada por su mujer Sarah (Linda Cardellini) y los dos hijos de ésta. Brad se esfuerza constantemente por convertirse en un padre ideal, pero cuando lo tiene casi conseguido sus planes se complican al reaparecer en sus vidas Dusty (interpretado por Mark Wahlberg), el ex-marido de Sarah y el verdadero padre biológico de los niños. Dusty tiene una forma de ser y un estilo de vida totalmente diferentes al de Brad, y pronto se verá su intención de reconquistar a su familia. Es entonces cuando ambos padres se verán obligados a competir por el amor de los pequeños y de Sarah, lo que desencadenará una verdadera y tronchante lucha de poder.

Estamos ante un eficaz producto familiar que consigue desde el primer minuto entretener, emocionar y divertir gracias a una serie de gags sobresalientes tanto en los diálogos como en las situaciones. La base para el desarrollo argumental está en el duelo de rivalidad que se despliega entre los dos progenitores con personalidades antagónicas, pero que ante los demás tienen que aparentar cordialidad, lo que da lugar a lo largo del filme a un crescendo de lucha de poder y provoca situaciones delirantes. Cada espectador tendrá las suyas, pero nosotros recordaremos especialmente la escena de la de la moto, la competición de ski board, o los memorables momentos del partido de basket, que fueron rodados durante un partido auténtico de la NBA.

Padres por desigual es una película inteligentemente amena que sin duda hará disfrutar y pasar un buen rato a toda la familia. Su inteligencia es emocional, en el sentido de que implícitamente viene a dar un mensaje positivo acerca de la resolución de los conflictos y no contiene una visión conservadora ni retrógada de la familia. Al contrario, aunque realmente no es una película con pretensiones moralizantes, sí que invita amablemente a reflexionar con condescendencia y comprensión acerca de la situación de las familias modernas y la multiparentalidad.

En plano interpretativo el gran protagonista es Will Ferrell, una de las grandes estrellas cómicas americanas desde su paso por Saturday Night Light, pero cuyo público en otras latitudes como la europea se divide entre los que le adoran y los que le odian sin medias tintas. Quien no lo soporte debe de abstenerse de visionar esta película, aunque en nuestra opinión en esta ocasión su histrionismo queda algo contenido y está sobresaliente de modo que gran parte del desternillante aliento cómico del filme se debe a su intervención.

Le sirve de contrapunto en este duelo Mark Wahlberg, actor  más curtido en otro tipo de géneros aunque ya había tenido oportunidad de mostrar sus dotes cómicas esporádicamente en alguna otra película como Ted (2013) o en Los otros dos (2010) comedia de policías donde también Will Ferrell y Mark Wahlberg  eran la pareja protagonista. Hay que admitir que la comedia nos es el punto más fuerte del amigo Wahlberg, cuya inexpresividad en algún momento llega a ser casi irritante. Realmente el papel no era para él ya que originalmente Will Ferrell iba a interpretar en la película al padre real de los dos niños, y Ed Helms iba a ser el padrastro. Posteriormente, cuando Will Ferrell ya estaba confirmado como padrastro, se anunció a Vince Vaughn como al protagonista, pero al final se optó por Mark Wahlberg.

La parte femenina de la historia corresponde a la bella Linda Cardellini, cuyo papel no no tiene especial brillo y se limita a ser junto a los niños comparsa necesaria para la evolución de la trama. A quienes no olvidaremos será a dos secundarios que con sus intervenciones abundan en la comicidad del filme: Hannibal Buress, el chapuzas que se queda de invitado permanente en casa de los protagonistas haciendo chantaje emocional con un supuesto racismo, y Thomas Haden Church en el papel del cínico y despistado jefe de Brad.

Conclusiones Padres por desigual

Padres por desigual (Daddy’s Home) es una muy resultona comedia de rivalidad, que aún sin pretensiones moralistas resulta amable e integradora. Contiene situaciones, diálogos y gags muy divertidos y es un producto idóneo para ver en familia en estas vacaciones.

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