Pastel de pera con lavanda, crítica

Pastel de pera con lavanda

Pastel de pera con lavanda no es la típica película que desborda los carteles de nuestros cines y que hace que la gente cante maravillas y monte vídeos de Youtube criticándola airadamente, pero sin duda es una maravilla de película francesa.

Dirigida y escrita por Èric Besnard, Pastel de pera con lavanda es una película del 2015 que ha tardado casi un año completo en llegar a nuestros cines. De origen francés, posee todas las buenas cualidades del cine de este país: una fotografía excelente, un guión realmente bien trabajado y novedoso y una aproximación al alma humana con un gran sensibilidad. 

El argumento

La premisa es realmente sencilla: Louise es una mujer que se siente con el agua al cuello. Trabaja sin parar para conseguir mantener a flote los terrenos y el negocio de las peras de su marido difunto. Viuda, se siente sola y desbordada por el trabajo, su hija adolescente que parece madurar demasiado rápido y un niño pequeño que obtiene continuamente malas notas en el colegio. Louise siente que no puede más, y para colmo tiene que soportar las atenciones de un vecino ambiguamente malvado (Paul) que claramente quiere cortejarla, o el hecho de que el banco pretende llevarse la casa. La Cofradía de Negocios de Agricultura no le paga desde hace más de un año y se ha quedado sin soluciones.

Sin embargo, Louise no se podía imaginar que su vida se acabaría complicando todavía más. Un día al volver a casa ve cómo su vida cambia de la noche a la mañana cuando, sin pretenderlo, atropella a un hombre un poco extraño. Rápidamente descubre que este hombre, Pierre, es especial, un genio incluso. Al ver que Pierre tiene un problema de Asperger, Louise se arma de paciencia al tratar con él, sin darse cuenta de que poco a poco, este pintoresco personaje irá cambiando su vida.

Nuestra opinión: una película sublime

Es complicado bordar una película en cuanto a composición y fotografía como ha hecho Pastel de pera con lavanda. Continuamente vemos planos osados, en 3/4 o estableciéndose en la línea del horizonte. Las composiciones de los encuadres sirven perfectamente a la trama (un punto de fuga cuando Pierre se marcha para no volver, o incluso un plano extremadamente cercano cuando este está teniendo una crisis para sentirnos atrapado como él.

Pastel de pera con lavanda es tan brillante que es capaz de venderte un romance cuando uno de los personajes no soporta que le toquen.

Emplean a menudo cambios de objetivos, macros para mostrarnos el campo y acercarnos las sensaciones de proximidad con la naturaleza que las emociones amplificadas de Pierre perciben. Y al mismo tiempo no pretende ser tremendamente hermosa. No es un ejercicio de ilustración grabado en el que cada situación y cada escena tengan que ser hermosas y donde el guión se quede cojo. No. Al menos Pastel de pera con lavanda  no es lo que pretende.

Para empezar, se nota enormemente la documentación que ha llevado a cabo Èric Besnard para Pastel de pera con lavanda. No se limita a mostrar un personaje con ciertas particularidades y la incapacidad de entender la ironía o de empatizar con otros humanos como ocurre en «La máquina de Turing» o incluso en el personaje de Sheldon Cooper en «The Big Bang Theory». No. Pierre realmente tiene reflexiones y manías que son recurrentes en personas con este síndrome: le molesta el desorden y el caos hasta el extremo de que puede provocarle entrar en una crisis, asocia colores a los números y se obsesiona por ellos y tiene problemas con el estado.

El director mismo declaró:

Ya que Pierre es autista, se mantiene siempre igual. No cambia a lo largo de la película. Pero su presencia hace a otra gente cambiar y madurar, gracias a él.

Los personajes es otro de los aspectos más brillantes de la película. Virginie Efira, la actriz que interpreta a Louise, realmente parece cansada. Extasiada de vivir. Agotada. No es una mujer súper maquillada y delgada fingiendo tener una crisis. No. Es una mujer real, con sus kilos de más que no intenta disimular, con un cuerpo tan normal que resulta liberador y tremendamente agradable. Los niños hacen preguntas capciosas y se comportan como se esperaría que lo hicieran a su edad y Pierre, que es extraño a más no poder, gesticula y se mueve como haría alguien con Asperger.

El guión, la banda sonora, el montaje de la película y el ritmo la convierten en una película buena, pero es precisamente la belleza de la composición y lo bien que explotados que están los recursos del paisaje lo que hacen que despliegues a soñar. 

Conclusiones de Pastel de pera con lavanda

La película trata sobre una mujer viuda, desbordada y endeudada que ve cómo su vida cambia radicalmente cuando atropella a Pierre, un hombre autista y con una percepción del mundo extraordinaria.

Pastel de pera con lavanda dura exactamente 1 hora y 40 minutos y es un film de romance y con una maravillosa capacidad de plasmar el alma humana de personajes tan contrarios como el de Louise y Pierre. Su guión engancha en todo momento, empatizas con los personajes y sientes con ellos. Pero sin duda lo mejor de la película es la fotografía y la estética, que plano a plano se ha ido cuidando hasta crear una verdadera obra maestra del cine francés.

 

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