Pathfinder Kingmaker. Análisis de un nuevo RPG clásico

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Desde que Owlcat Games sacara adelante su proyecto en Kickstarter, no hemos sido pocos los amantes de los RPG clásicos al más puro estilo de Baldur’s Gate que hemos estado esperando con ganas este lanzamiento. Hay que tener en cuenta que este género está volviendo poco a poco a golpear con fuerza en nuestras pantallas y es que hay título que han cosechado grandes éxitos como pueden ser Pillars of Eternity o Divinity Original Sin, ambos con dos entregas en el mercado.

Pero meterse de lleno a hacer un juego de este estilo no es tan sencillo como pueda parecer, y Pathfinder Kingmaker da por supuesto algunas cosas que pueden asustar a los jugadores más noveles en el género. Vayamos por partes.

El camino del rey

Owlcat Games ha contado con la participación de alguien de renombre para contarnos la historia de Pathfinder Kingmaker, y es que esta corre a cargo de Chris Avellone, quien ya participó en títulos tan conocidos como Planescape Torment o Dying Light 2. Sin embargo no todo es contar con un nombre y esperar a que todo sea perfecto y es que, a pesar de contar con este peso pesado en sus filas, la historia del juego no es todo lo completa que se puede esperar de un título de esta clase.

Comenzaremos nuestra historia creando un personaje y, tras 12-15 horas de campaña, ya seremos el Barón de toda la región, teniendo a nuestra disposición todo un reino para gobernar. No es que la historia sea mala de por sí, pero sí que no aportada nada a un género que vive de conquistas épicas, males que azotan al mundo constante y que, por una cosa u otra, solo un héroe puede salvarlo.

A esto además tenemos que añadirle la densidad de todo un mundo que, si no conocemos, nos inundará con nombres de habilidades, criaturas, regiones, ciudades, pueblos… hasta que no sepamos ni dónde demonios estamos sentados. Este es uno de los mayores pecados de Pathfinder Kingmaker, algo que tiene su mayor crimen en la jugabilidad.

Nuevos jugadores: por favor, haceros a un lado

Nos duele decirlo, ya que la comunidad de los RPG siempre ha sido muy buena pero algo cerrada ya que son muchas las horas que hay que «estudiar» para saber sacar jugo a las reglas de un juego de rol de lápiz y papel, pero lo cierto es que Pathfinder Kingmaker no hace ningún favor a los que nunca han tocado Dungeons & Dragons. Esto se debe a que, básicamente, nos sueltan en un mundo totalmente nuevo, sin demasiadas explicaciones de las habilidades, protecciones, debilidades, conjuros… y nos encontramos con bastantes situaciones en las que no sabemos por qué hemos fallado, pero lo hemos hecho estrepitosamente.

Como cualquier jugador de rol clásico sabrá, cada monstruo o enemigo que nos encontramos, así como las distintas clase, tienen sus cosas positivas y negativas, teniendo que saber en muchas ocasiones qué punto débil debemos explotar para salir airosos de los combates. En este juego muchas veces no sabemos cuáles son ni por qué no funciona lo que hemos intentado, por lo que nos obliga a tener un vasto conocimiento de un juego de rol que es más que posible que no tengamos, haciendo que la frustración se parte inherente al juego. A nuestras espaldas tenemos más de 10 años disfrutando de la edición 3.5 de D&D, y en alguna ocasiones nos hemos tenido que dar cuenta de por qué el ataque que acabamos de hacer ha sido un tremendo error.

Como suele ocurrir en este género, estamos ante combates en el que necesitaremos sacar a nuestro mejor estratega, teniendo a nuestro mejor aliado en el botón de pausa. La acción ocurrirá en tiempo real, pero nada mejor que parar el tiempo y mirar lo que está pasando para pensar la mejor manera de salir airosos. Aquí volvemos al mismo tema sobre el conocimiento de D&D y que supone una gran ventaja, y que para nosotros ha sido una plasmación de lo más interesante de lo que debería ser un juego de rol clásico en una pantalla de ordenador, pero sin cuyos conocimientos lo pasaremos mal.

En cuanto a la gestión del reino no podemos estar más que satisfechos y es que las posibilidades que nos ofrecen son enormes, pudiendo gestionar recursos, controlar el poder militar, el religioso, la cultura, la economía… Con el tiempo surgirán distintos problemas que deberemos atajar, pudiendo utilizar a nuestros ayudantes o, en los casos más graves, teniendo que lidiar nosotros en persona, ya sea verbalmente o imponiendo nuestra fuerza.

Como cualquier RPG clásico que se precie, las consecuencias de nuestras acciones se pueden ver en cada una de las decisiones que tomamos, desde las más pequeñas hasta las más grandes, contando siempre con una idea bastante clara de qué es por lo que estamos optando gracias a que los alineamientos se detallan justo antes de la opción. Esto hará que con el tiempo se nos conozca como un bondadoso gobernante, un dictador o un despreocupado que pasa olímpicamente de su pueblo, todo depende de qué es lo que queramos hacer y cómo lo hagamos.

La exploración también es una parte muy importante e interesante, teniendo a nuestra disposición regiones enteras que visitar, ruinas, mazmorras… aunque quizás no de la manera más interesante. Las necesidades de descanso de nuestro grupo son a veces demasiado altas, y teniendo en cuenta que cada vez que nos movemos por estos lugares tendremos que hacer frente a enfrentamientos aleatorios, puede ser una experiencia un poco tediosa. Muchas veces la dificultad está más o menos bien implementada y es que, si tenemos los conocimientos necesarios de la edición 3,5 de D&D, podremos salir airosos sin demasiados problemas, aunque esto sufre a veces de algunos picos que lastran la experiencia.

Owlcat Games ha puesto a nuestra disposición varios parches desde su lanzamiento, suavizando muchos de los errores más criticados por la comunidad, algo que seguirán haciendo con el tiempo.

Un mundo clásico por descubrir

Si estamos esperando encontrarnos una tremenda experiencia en cuanto a diseño artístico como lo fue Pillars of Eternity, otro gran éxito en Kickstarter, no podemos daros buenas noticias, lo cual no quiere decir que Pathfinder Kingmaker sea un mal juego ni mucho menos. La excelencia que demostró InXile Entertainment pocas veces se ve en un título de estas características y para los recursos a su disposición Owlcat Games ha hecho un trabajo muy bueno.

Escenarios visualmente bonitos, aunque no tan detallados, junto a una gran variedad de entorno y enemigos hacen de este RPG clásico un título muy a tener en cuenta, tanto a nivel jugable como técnico. La banda sonora, como se puede esperar, nos introduce en el juego con melodías épicas, mientras que el doblaje también se ve muy conseguido. Hay que hacer una mención especial al idioma y es que solo tendremos el inglés como opción, algo que puede echar para atrás a más de uno ya que estamos ante un título donde nos pasaremos horas y horas leyendo, por no hablar de que tendremos que cumplir con un tiempo estipulado en ciertas misiones si no queremos fallarlas (o volver a empezar el juego con la principal).

Conclusiones de Pathfinder Kingmaker

Tras muchas horas nos hemos dado cuenta de que el título de Owlcat Games tiene muchísimo potencial, el cual se podría exprimir un poco más si no dieran por hecho que todos somos amantes de D&D y que ya nos sabemos la mayor parte de sus normas. Con algunos cambios en las mecánicas, como en la de exploración o las necesidades de descanso de nuestros personajes (especialmente cuando tenemos X tiempo para completar la historia principal), podríamos estar ante un juego de lo más divertido.

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