Probamos Resident Evil 7 con Playstation VR especial Halloween

Hoy jueves 27 de octubre hemos sido agraciados con el evento especial de Halloween por parte de Sony donde pudimos disfrutar de la versión VR de Resident Evil 7 (la “demo de la vieja”, como lo han llamado ellos) y una pequeña performance muy currada al estilo Rob Zombie. ¡¡Vamos a destripároslo!!

Hay un curioso personaje que sale en la saga La casa de los mil cadáveres (la segunda película se llama Los Renegados del Diablo) del director, y músico Rob Zombie llamado Capitán Spaulding, un payaso venido a menos de un circo casposo y muy lúgubre, un tipo muy asqueroso y repleto de falsa condescendencia para con sus clientes. Gracias a la performance de Playstation en VR Gate en Madrid (a caballo entre la típica casa de la bruja y el trenecito de dicha bruja), hemos podido disfrutar de este evento especial de Halloween en donde quedaba retratado de forma más o menos literal, por un actor que daba totalmente el pego. Con unas bambalinas, cortinas y escenarios preparados nos han guiado poco a poco hasta dar con La Vieja, un personaje de de la demo de Resident Evil 7 (del cual os hablaremos más adelante). Debíamos escondernos de ella, y nos buscaba, se reía de nosotros por no ser capaces de escondernos debidamente. Esto simplemente era la entradilla para lo que vendría a continuación, la esperada demo de Resident Evil 7 con las gafas de realidad virtual para la consola de Sony, las PS VR.

Para los lectores que no lo sepan, en esta nueva entrega de la aclamada saga Resident Evil ya no predominarán las armas ni la acción, cambiando el tercio y viviendo una experiencia mucho más survival horror que en anteriores títulos. En muchas ocasiones nuestra única opción es escondernos, al igual que ocurría en la anterior demo distribuida para PlayStation 4, llevamos a un indefenso personaje (por ahora poco se sabe de él) que se enfrenta a lo desconocido con una única arma, la entereza. Estamos ante la época del auge de los “Juegos de terror indefensos” (Outlast, el cancelado P.T.), donde agradecemos el uso de la narrativa, la ambientación y la trama por encima de la acción obligando a los developers a exprimirse la cabeza y contactar y/o contratar a creadores de buenas y sesudas historias.

Como ya hemos comentado, debemos escapar de las garras de La Vieja y de toda la familia Baker (compuesto por abuela, padre, madre e hijo) de una ruinosa casa escondiéndonos de ellos. Ella va con un lámpara de aceite como único indicador de dónde está, avisándonos mientras nos grita insultos e improperios. Pero hablemos de la experiencia.

Es la primera vez que he sido capaz de probar la realidad virtual (salvo el Oculus Rift dev kit de hace unos 3 años y la montaña rusa de 2 minutos) y el resultado me ha sorprendido gratamente salvando algunos detalles. El reconocimiento del movimiento de la cabeza es excepcional, muy real y se siente fluido. Para un mayor control, con el joystick derecho del mando servirá para hacer giros bruscos de 30º (para no convertirnos en Regan MacNeil, la niña de El Exorcista) con lo que evitamos levantarnos del asiento, y el derecho era el movimiento (L3 correr y R3 agacharse). El 3D es brutal con un efecto de profundidad conseguido que es muy efectista, y la inmersión que eso genera (headset, gafas y reconocimiento del movimiento cuando movemos, estiramos el cuello o miramos a otro sitio) es admirable, un arduo trabajo cognitivo. Como ya he comentado, me ha sorprendido a su favor. Y estamos hablando de una tecnología que está dando sus primeros pasitos.

Ahora, sentémonos y hablemos de los contras. Muy a mi pesar, las físicas del juego son (a mi parecer) nulas. Es como un cuadro, podemos mirar (y admirar) las texturas de todo, una obra maestra (me he quedado varias veces embobado mirando un trozo de madera de la pared, una cañería o las bolsas de residuos que no me atrevería a adivinar su contenido) pero no interactuar con nada. Un pequeño puzle de juego de sombras era la única interacción posible con el entorno, pero tan solo podía ver lo que tenía delante, un fundido a negro evitaba ver más allá del acertijo que nos atañe. Y pese a que los scripts de agua fluyendo (había un río en medio del salón) eran merecedores de un Oscar, en una cinemática donde uno de los integrantes de la familia era agredido y sangraba, el efecto me recordó a las partículas de las recreativas del año de House of the Dead, muy poco realista. Amén de decir que en algunos momentos (escasos, eso sí, sobre todo en las letras) ocurría la llamada “aberración cromática” o lo que viene siendo lo mismo, disfunción en la unión de los colores creando sombreados de colores vivos en el borde de los objetos. Pero como recalcamos, en muy contadas ocasiones.

La experiencia ha sido una maravilla en términos generales. Algo bonito de ver y sentir. Porque ahí radica todo eso. Aún con las pegas expuestas, la realidad es que ha sido una experiencia genial, como la primera vez que haces puenting o cosas similares. Luego te puedes tirar más veces, pero esa primera vez nunca se olvida.

 

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