Quantic Dream y el nuevo concepto de videojuego

Es interesante ver cómo a lo largo de estos últimos 15 años una pequeña desarrolladora parisina ha conseguido cambiar la visión que podíamos tener de un videojuego, de pensar que un juego podía trasmitir tanto.

Quantic Dream se dio a conocer a través de su primer juego Omikron: The Nomad Soul en 1999, al cual no tuve el placer de llegar a jugar, pues mi edad y mi ignorancia no alcanzaban a conocer tales títulos. Más adelante lanzaron Fahrenheit en 2005 que tuve la ocasión de jugar en PS2 y que también volví a rejugar en PC. De Fahrenheit se guardo bonitos recuerdos, era una de las aventuras gráficas pioneras en jugabilidad, la introducción de los estados de ánimo del personaje fue una baza muy bien jugada por Quantic Dream y que nos mostró que en un videojuego había cabida para los sentimientos de los personajes, unos sentimientos que cobraban una importancia muy determinante, pues de mantener a nuestro personaje emocionalmente estable, dependía que pudiésemos avanzar o no en la aventura en algunos casos. Las decisiones que tomábamos, las acciones que realizábamos, dependían mucho de ello. Gráficamente no podíamos notar mucho la expresión de tales sentimientos en los personajes, pero aún así conseguían sumergirte en la historia, te hacían en cierto modo empatizar en algunos momentos con ellos, esto último quizás no se notase tanto como ha ocurrido con sus dos últimas producciones.

En cuanto a la historia de Fahrenheit, no tengo más que decir que esta muy bien guionizada, con una trama argumental que te mantiene hasta cierto punto de la aventura. La premisa principal (evitando en lo que puedo los spoilers) nos pone en la piel Lucas Kane un joven neoyorquino que se ve involucrado en una serie de misteriosos asesinatos que comienzan en los lavabos de un pequeño restaurante. Con este inicio de partida tan solo podemos ir subiendo a más la intensidad de la historia, pero ocurre que en el final del juego este nivel argumental para muchos se ve manchado, emborronado, al menos para mi personalmente y para otras personas con la que compartí tal impresión fue así. Aún con todo esto, Fahrenheit es un juego que ningún gamer de las aventuras gráfica puede perderse.

Sin profundizar mucho más en Fahrenheit pasamos a la pasada generación de consolas, debido a la aparición de PS4 y Xbox One, en donde nos encontramos con dos grandes obras para los amantes de las aventuras gráficas: Heavy Rain y Beyond: Dos Almas. No puedo evitar que se me ponga la piel de gallina al recordar lo que sentí al jugar la primera vez a Heavy Rain, las decisiones que tomé y el como estas condicionaron tan fuertemente la historia y su final. David Cage consiguió hacer que el peso de la decisión recayese sobre el jugador que soportaba el mando, indeciso sobre que hacer y el si tal decisión determinaría en mayor o menor medida el transcurso de la historia, como en la vida misma vamos.

La potencia de PS3 le sirvió al equipo de Quantic Dream para poder reflejar el sentimiento del que hablábamos en Fahrenheit, las expresiones de los personajes te hacían empatizar sobremanera como ningún videojuego había conseguido hasta entonces. Te hacía sentir responsable de las decisiones que tomabas, pues algunas podían llevar a tus personajes a la muerte, eso tan solo era decisión tuya. Ese sentir que si fallabas los quicktime events podría hacer que tu personaje muriera, era algo que llevaba la historia un paso más allá. En Beyond este proceso jugable da un paso más adelante sin que podamos saber que realmente que tenemos que hacer exactamente, pues en Heavy Rain se nos indicaba todos los botones a los que teníamos que pulsar y el movimiento que realizar con nuestros controles analógicos, pero con Beyond esto cambia y los quicktime events pasan a ser escenas slow-motion en donde hay que seguir el movimiento del personaje con el stick, proceso que muchas veces se nos volverá frustrante al no intuirse bien el movimiento que Jodie realiza.

Mucho también en estos juegos de elementos de exploración que ayudan a pausar un poco la desenfrenada acción que dirige toda la historia. El drama esta muy presente en sus producciones, Cage es capaz de conseguir llevarte hasta el borde de la lágrima si eres un poco sensiblero o sensiblera. La interpretación de los personajes es sublime, sobre todo la de Ellen Page y Willen Dafoe en Beyond. La captura de movimientos y gestos faciales esta tremendamente conseguida en esta ultima obra maestra, solamente el detalle de lo conseguidos que están los rostros de Jodie a lo largo de todas sus edades es impresionante.

El elemento jugable, en Beyond, de poder compartir la aventura con otra persona hace que la experiencia ya no solo sea compartida con el mero mensaje después de haberla jugado, sino que puedes compartir los momentos al mismo tiempo con otro compañero o compañera de juego.

La banda sonora en todas las aventuras es increíble, siendo un elemento más que te sumerge en la historia. Dotada de tintes dramáticos que le dan una mayor carga sentimental a la narrativa tan lograda por David Cage.

Sin mucho más que decir, y siendo esta una mera muestra de lo que, a juicio de un servidor, nos otorga Quantic Dream en un mundo videojueguil rodeado de shooters y aventuras de acción de masas y casuales, se nos presentan estos videojuegos como un golpe de aire fresco en la industria y que se quedan grabados en la mente de muchos amantes de la aventura gráfica yendo más allá del simple entretenimiento, creando un nuevo género del videojuego, que aunque para muchos resulte ser un mera película interactiva, para otros es un experiencia para los sentidos.

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