Saints Row IV. Análisis PC

¿Qué iba a ser de los Saints? Una pregunta que, para muchos, no hallaba respuesta tras el cierre de THQ. Los chicos de Volition tuvieron verdadera mala suerte al ver cómo su principal distribuidora caía en picado justo cuando la saga empezaba a tomar personalidad propia. Con The Third dieron un paso de gigante y dejaron claro que lo que ellos hacían no era «una mala copia de GTA», como muchos desgraciadamente entendían hasta la segunda entrega.

Meses antes del hundimiento del barco de Jason Rubin, los creadores de la tercera entrega de Saints Row se sentían más ilusionados que nunca con el rumbo que había tomado su franquicia, que por fin la hacía única y no «un sanbox más». Su creación dejaba de lado el trasfondo decadente y realista protagonizado por pandilleros frente al claro triunfo de Rockstar, e hicieron de ella un loco espectáculo lleno de humor y situaciones y personajes estrambóticos.

Enter the Dominatrix sería una expansión completa que llegaría a The Third unos meses después de su lanzamiento, a la misma vez que Volition pensaba de cara al futuro y confirmaba los rumores que apuntaban a una cuarta entrega. Pero pronto, como bien sabéis, sus planes se verían truncados por la quiebra de THQ, y los padres de Saints Row quedaron en la calle. Al poco tiempo, Koch Media compró Volition y otras compañías de la talla de Ubisoft, Take Two o Sega se repartieron el resto de equipos, quedando Vigil Games fuera de juego. Tras recuperarse del susto, los de Illinois tenían que ponerse a trabajar de nuevo, ahora bajo el mando de nuevos jefes. Enter the Dominatrix se convirtió en Saints Row IV, y, a pesar de su naturaleza de DLC, estamos ante un título bastante a tener en cuenta.

De hecho, lo alcanzado con Saints Row IV es muy parecido a Far Cry 3: Blood Dragon en términos de estructura. Aunque se trata de un producto claramente continuista (repetimos localización y muchos elementos son compartidos con The Third), incluye bastantes novedades que lo hacen más grande que su predecesor. Se ha conseguido dar una explicación bastante razonable a por qué estamos en el mismo sitio, y la estética ha cambiado nos atrevemos a decir, radicalmente. Pese a ser un juego completo, y no una expansión como sí se considera Blood Dragon, pensamos que su precio es algo desorbitado para lo que ofrece. Estamos ante un híbrido expansión-juego completo que igual sorprende como decepciona. Los innumerables problemas que ha sufrido la compañía justifican en cierto modo el producto resultante, pero desde GameIt sabemos que unos meses más de desarrollo le habrían sentado genial. Aunque, antes de juzgar, vayamos al análisis.

Don´t fuck with the president

Zinyak siembra el caos en la Casa Blanca

Volition se desmarca de cualquier lazo que mantenga su saga unida a sus orígenes y va más allá de lo visto en The Third hasta rozar lo absurdo. Si este último sentó las bases de una nueva generación de sandbox, la cuarta entrega va más allá rozando límites impensables y metiéndose de lleno en la ciencia-ficción. El hecho de que ahora los Saints sean una organización gubernamental que lucha contra el terrorismo ya es un buen ejemplo del hilo que ha tomado el argumento. Pero vamos más allá, y es que nuestro personaje se convierte, resultado de una heroica hazaña, en el presidente de los EEUU, pasando los Saints de mandar en la calle a hacerlo en el país más poderoso del globo. Pasados unos años, mientras el presidente en uno de sus atareados días se ve abligado a tomar decisiones tan importantes como en qué parte del cuerpo arrear a un senador de la oposición, el país se ve víctima de una invasión de la raza extraterrestre Zin, comandada por el emperador Zinyak. Estas criaturas esclavizan a la población de todas las grandes ciudades del mundo y recluyen a cada persona a su Matrix particular (simulaciones virtuales del mundo real). Sin desvelar mucho más del argumento, nuestro personaje deberá hallar el modo de destruir los planes del malvado coronel desde esta versión no-real de Steelport, donde siempre es de noche y los alienígenas son la autoridad. Por otro lado, algunos de nuestros amigos Saints que no han sido capturados por los extraterrrestres establecen contacto con nosotros y nos proporcionan apoyo en todo momento.

Como gran parodia del videojuego que es la saga Saints Row, no faltan las referencias a otras decenas de sagas y títulos que han marcado la industria, al igual que películas como»Tron», que ya influyó notablemente en muchas misiones de The Third y aquí repite. Por poner un ejemplo, e intentando no chafaros nada, en una determinada misión hay un grandísimo homenaje a las aventuras conversacionales de los 70 y principios de los 80. El juego, siempre en tono de humor, cambia inesperadamente su mecánica para ofrecernos algo sorprendente. Desgraciadamente, estas situaciones solo se dan en contadas ocasiones de las misiones principales, y tampoco distan demasiado de lo visto en la anterior entrega. Eso sí, los más veteranos de la industria recibirán con alegría estos pequeños guiños, reflejo del amor por el mundillo de los chicos de Volition.

Pero, qué demonios, estos dos últimos párrafos podrían haberse resumido en que Saints Row no es un juego de historia (eso queda claro). El argumento, topicazo muy visto, es solo la excusa para una jugabilidad extremadamente divertida y llena de gamberrismo. La historia tiene toques que se salen de lugar, más propios de los hermanos Zucker que de la propia ciencia ficción. Saints Row IV, como vamos a ver ahora, es gamberrismo puro y duro.

Jugabilidad

Saints Row alcanzó con The Third altísimas cotas de diversión, convirtiéndose por fin para muchos en una alternativa mejor que el enorme GTAIV, que se movía en otros mares. Esta cuarta entrega es continuista en todos los aspectos, pero existen una serie de mejoras que hacen de su jugabilidad ligeramente más interesante que su predecesor. Por un lado, tenemos los superpoderes, uno de los principales alicientes de esta entrega. Supervelocidad, ultrasalto, congelación, telequinesis… cualidades que nos será muy fácil manejar a los pocos minutos de utilizarlas. Por otro lado tenemos las armas, un abanico muy completo que incluye los típicos fusiles, pistolas y escopetas junto a otras armas un pelín más «especiales» que dotan al juego de esa inconfundible personalidad loca propia de Saints Row. Sondas anales, un arma que dispara agujeros negros, un violador, otra que dispara rayos «dubstep»… diversión a raudales. Una diversión sencilla y directa, sin obstáculos, pero que puede aburrir a muchos a largo plazo.

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Decimos esto por varios motivos. Dejando a un lado estas armas y poderes, sin duda lo mejor del juego, tenemos una ciudad que ya hemos visitado y que se ve un tanto carente de vida. La interacción con el escenario es prácticamente nula, quitando las típicas tiendas de ropa o armas. Las misiones de la historia principal son bastante típicas, que lejos de ese humor que las salva no aportan nada al género. Las secundarias son más de lo mismo: una serie de categorías que incluyen desafíos contrarreloj, de oleadas, de buscar y robar vehículos… que al primer intento encantan, al segundo te dejan indiferente y el tercero ni siquiera llega. El sistema de mejora de nuestro personaje es muy simplón: con dinero ampliamos nuestras habilidades y con clústeres (una especie de coleccionable repartido por todo el mapa) nuestros poderes se ven desarrollados. Volition ha intentado dotar al juego de una condición «rolera» pero apenas se acercan, aunque en cierto modo nos motiva a mejorarnos al máximo.

El manejo de los vehículos es muy arcade, lógicamente, y existe una razonable cantidad de ellos. El problema es que pierden bastante protagonismo, pues a la hora de desplazarnos por el mapa es mucho más rápido utilizar los poderes. De hecho, es el mejor método de huída. Si utilizas un coche, prepárate para vértelas con la policía. Desde luego, existe un desequilibrio que es pertinente apreciar.

Probablemente lo mejor de Saints Row IV es lo más sencillo: ir por una avenida a toda hostia con un lanzacohetes haciendo explotar cosas y lanzando a peatones por los aires.

Gráficos

Steelport es una simulación informática, un Matrix creado por los Zin

Si en términos de diversión este Saints se encuentra por encima de The Third, estéticamente nos gustó más este último. El hecho de que sea siempre de noche, y la ciudad entera esté cubierta por luces de neón puede resultar algo molesto tras un largo tiempo jugando. A mi, como amante de los sandbox, siempre me ha resultado atractivo el paso del día, la aleatoriedad de las condiciones meteorológicas, etc. Aquí siempre estaremos cubiertos de un oscuro techo libre de estrellas, como si Batman hubiera tapado la ciudad con su capa. Al menos, la historia nos da una buena razón para repetir localización y también para esa oscuridad virtual, aunque nos hubiera gustado ver más zonas nuevas de Steelport, o al menos más activas. Aún así, los más amantes de la ciencia ficción, ya acostumbrados a títulos con este tipo de iluminación (Blood Dragon, DE: Human Revolution) no encontrarán problema y se habituarán fácilmente al escenario.

Si dejamos de un lado la estética y nos metemos más en aspectos técnicos, aquí es donde se encuentra uno de los puntos más flojos del juego y donde se percibe a distancia su naturaleza de DLC. Gráficamente hablamos del mismo motor que The Third con muy pocas mejoras, pues muchos de los errores de la tercera entrega vuelven a aparecer en la cuarta. Aunque los modelados de los personajes son bastante notables, sus animaciones son algo toscas y poco realistas. En PC, aparte de los típicos bugs que esperamos se arreglen pronto, no hemos tenido problemas de popping, aunque el mundo de las consolas es diferente. Aún así, el juego no pide mucho dado este motor reutilizado, y con un PC de medianas condiciones podremos jugarlo prácticamente sin problemas.

 Sonido

Saints Row IV pretende que juguemos con un personaje a nuestra medida: física y psicológicamente (aunque esto último no tiene mucho sentido dado el desequilibrado estado mental de esta banda). Es tan exhaustivo el juego hasta el punto de darnos a elegir qué voz queremos que tenga nuestro personaje. Si elegimos la versión masculina, tenemos a Troy Baker y Nolan North (dos grandes del doblaje en videojuegos), mientras que las versiones femeninas no son tan populares. Desgraciadamente, el título no está doblado y tenemos que aguantarnos con esos dichosos subtítulos «sandbox». Aunque la versión original sea bastante buena, nos encontramos de nuevo frente al problema de tener que leer mientras conducimos y disparamos, lo que se hace infinitamente incómodo. Al final, ante la necesidad de centrarnos en el gameplay, nos acabamos perdiendo decenas de líneas de hilarantes diálogos. Así que, aunque valoramos la calidad de la VO, en este género específico se valora mucho menos que en una producción en la que predominan escenas cinemáticas. La música destaca en las diferentes emisoras de radio disponibles, aunque a rasgos generales el trabajo hecho se resuma en la obtención de diferentes licencias de canciones. Por lo demás, en cuanto al FX, no hay demasiado que aclarar: el resultado es suficiente para garantizar la inmersión.

Conclusión

Aunque, a la hora de hacer este análisis, hayamos tenido siempre en cuenta que se trata de un proyecto que ha tenido un desarrollo confuso y lleno de inconvenientes muy gordos, hay que reconocer lo a primera vista apreciable: Saints Row IV es una gran expansión de 50€. Los amantes de la saga lo recibirán con gusto y verán en él una oportunidad de continuar las locas aventuras de su banda favorita, con un desarrollo lleno de humor y referencias satíricas y la diversión característica de la saga. Pero, por otro lado, no termina por aportar algo a un género que sigue dominando Rockstar. Si buscáis diversión directa y reíros un rato, esta puede ser una buena opción. Pero, por otro lado, estamos ante un producto a todas luces continuista (en sus aciertos y sus errores) que muchos usuarios podrían dejar de lado al poco tiempo de juego. No habíamos comentado que el juego cuenta con opciones en cooperativo online, y podemos compartir nuestros récords y resultados obtenidos en las diferentes misiones con nuestros amigos (así como publicar el modelo de nuestro personaje con su ropa y accesorios). Así podremos alargar unos días más la vida útil del juego porque, una vez acabemos la campaña, solo nos quedará la ciudad para sembrar el caos, una ciudad que ya destruimos varias veces en The Third y puede despertar en el usuario una sensación de ya saber adónde va. ¿Nuestra recomendación? Si nunca habéis jugado a un Saints Row es la mejor oportunidad para entrar en la saga, y si ya le echasteis muchas horas a The Third… esperad a que baje de precio.

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