Shadow Warrior. Análisis PS4

Si hablamos de Shadow Warrior, los más veteranos del lugar lo recordarán en el año 1997, creado por 3D Realms, y como uno de los juegos de acción más violentos de la época. No fue un título tan recordado como Duke Nukem 3D, también de 3D Realms, pero sí mantenían en ambos casos ese toque de gore, humor, y sobre todo, violencia y acción a raudales. Esta semana llega para la nueva generación (para PC está desde septiembre del año pasado), el remake de este clásico en un juego que no ha perdido ninguno de los toques característicos del original, pero que no ha sabido traspasar la puerta de la next gen, con deficiencias técnicas notables y un sistema de juego, frenético y loco al principio, pero demasiado monótono al final.

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Dame mi katana y corre

El protagonista de Shadow Warrior es Lo Wang, un sicario experto en el uso de la katana y bastante «pasado de rosca». Este curioso protagonista nos ofrece grandes momentos durante todo el juego, puesto que el humor prevalece tanto como las grandes dosis de acción. Hay que estar atento a cualquier comentario o reflexión de Wang porque seguro que os hace sacar más de unas risas. Nuestro objetivo es conseguir la poderosa katana Nobitsura Kage, lo que parece una tarea sencilla pero que se complica al aparecer una horda de demonios y monstruos con el único objetivo de eliminarnos sin piedad.

No estamos ante un juego que destaque por un guión sacado de una película Hitchcock, pero tampoco importa. La gran fuerza del título reside en no tener un minuto de descanso repartiendo espadazos, apoyándonos en nuestras armas secundarias o en la técnicas que vayamos aprendiendo. Saber disfrutar de este ritmo de acción es lo que hará que el jugador disfrute del juego, y no buscarle una mayor profundidad o compresión, porque no la tiene. Shadow Warrior es un juego para descargar adrenalina y olvidarnos de nuestros problemas durante la partida. Durante los 17 capítulos del juego (unas 10 horas en modo normal) iremos recorriendo niveles configurados a modos de pasillos eliminando las hordas que nos vayan aconteciendo. En ciertos momentos, el juego ofrece la posibilidad de tener que recorrer ciertas zonas más extensas para desbloquear puertas cerradas por poderes mágicos, para ello destruiremos unas estatuas de los mismos colores que el bloqueo de dichas puertas. Más allá de encontrar objetos secretos o las mencionadas cerraduras, el juego se resumen en avanzar y matar.

En esta guerra contra los demonios no solo contamos con nuestra katana, también vamos recopilando un selecto equipo de arma, que la mayoría de veces son más efectivas que la propia espada. El cambio de armas se hace de forma rápida por lo que ir combinando nuestro armamento será fundamental en distintas partes del juego, sobre todo, con los jefes finales. Las armas podemos mejorarlas comprando diferentes piezas a través del dinero que vamos consiguiendo con los cofres, por lo que registrar todos los rincones del mapeado es fundamental para llevar el equipo de la forma más avanzada posible.

Nuestro personaje también tiene mejoras de dos tipos, podemos conseguir diferentes habilidades a través de los puntos de Ki o mejorar nuestros poderes con los cristales de poder. En el primer caso a medida que vayamos derrotando enemigos, el juego nos califica nuestra matanza, cuanto mejor y más despiadados hayamos sido, mayor número de Ki conseguiremos. Con estos Ki conseguimos desbloquear nuevos ataques o movimientos, que la mayoría de veces son complejos de realizar cuando estamos rodeados de enemigos y nos golpean por todas partes. En el caso de los cristales de poder, nos sirven para aumentar nuestra vida, mejorar nuestra resistencia o hacernos más fuerte. Este toque «rolero» hace que el juego gane algo de profundidad, pero no esperéis que sea un complejo entramado de habilidades que elegir.

A pesar de ser un juego cargado de acción, las fases se hacen demasiado monótonas y no ofrecen otras opciones para que el juego llegará a ser más dinámico. Shadow Warrior es un continuación del mismo tipo de acción en diferentes localizaciones, un juego que no atrapa y que después de varias horas puede llegar a cansar por no ofrecer nada distinto a lo que hemos jugado en el minuto uno del título.

Matando a la next gen

Shadow Warrior llega a 1080p a Playstation 4 y a 60 fps, pero la caída de la tasa de imágenes por segundo cuando hay muchos enemigos en pantalla es demasiado notable, sobre todo en un juego que una de sus claves son las grandes oleadas de demonios en pantalla. Los escenarios no podemos decir que sean grandes y tampoco están muy detallados, pero un punto positivo es el juego de luces, que es lo mejor del conjunto técnico del título. En cuanto a los enemigos, son todos demasiado parecidos y hay una gran escasez  de modelos diferentes, además de que se mueven de forma alocada y robótica en la mayoría de las veces.  Entendemos que un juego que llega a una nueva generación de consolas debe cumplir un mínimo técnico evidente, pero en el caso de Shadow Warrior no lo hace, es más, si fuera un juego para Playstation 3 tampoco sería un alarde técnico a considerar.

El apartado sonoro tampoco se salva de la quema. Para empezar el juego está en inglés, a pesar de no ser un título que tenga un gran volumen de conversaciones. Un juego que contiene ese toque humorístico tendría que haber estado doblado para poder disfrutar de este aspecto de forma optima. En cuanto a la banda sonora, la verdad que pasa sin pena ni gloria, con toques japoneses dada su ambientación pero que no acompañan al frenético estilo de Shadow Warrior.

Conclusión

Este nuevo Shadow Warrior no es un reflejo fiel de lo que hace 17 años nos trajo 3D Realms. Es un juego cargado de acción, sí, pero de forma desmedida y que no sabe controlar los tiempos para que el jugador pueda tener otras motivaciones con el título. Los toques RPG, con las mejoras de habilidad, hacen que el juego gane algo de profundidad, pero nunca llega a ser un ejemplo de juegos de acción clásicos, si a ello le añadimos un apartado técnico y sonoro algo decepcionante, podemos decir que Shadow Warrior puede ser una opción para aquellos que quieran rememorar tiempos lejanos, pero no como un aporte para el catálogo de la nueva generación.

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