Solo. Análisis PC

Solo

La idea del amor moderno tal y como lo conocemos nace durante la Edad Media. En esta época es cuando las relaciones de pareja cobran sentido más allá del hecho de perpetuar la especia entre las clases bajas y de mantener el poder entre los reyes y nobles. Con más de cinco siglos de evolución de este concepto lo seguimos entendiendo como el dar gran parte de nosotros a otra persona a expensas de ser respondidos para sentirnos completos. De esto es de lo que trata Solo, de enseñarnos como estar sólo no hace imposible estar completo.

Una historia hecha para ti

Solo no da nada por hecho, por este motivo lo primero que nos pregunta es de que género queremos ser, algo bastante diferente a preguntarnos de que género somos. De la misma manera nos pregunta a que género queremos amar y si nos encontramos actualmente en una relación. Esto ya nos hace entender desde el primer momento que todo lo que suceda va a ser en torno a nuestra manera de entender el amor, lo que consigue rápidamente que sintamos a Solo como nuestra historia.

La aventura empieza cuando cogemos nuestro barco y visitamos una primera isla en la que rápidamente descubrimos cual va a ser la mecánica del juego. En cada isla hay un faro grande y otro más pequeño que se encarga de activar el primero. Nuestro objetivo será alcanzar primero el pequeño y después el grande. Cuando lo logremos este faro grande nos realizará una pregunta sobre nuestra forma de entender diferentes aspectos del amor como el tiempo o la distancia. Responder estas preguntas hará aparecer nuevas islas donde continuar nuestro viaje introspectivo.

Desde el comienzo del juego, Solo nos pide que contestemos a las preguntas en base a nuestras vivencias y pensamientos sobre el amor por lo que algunas preguntas serán complicadas de responder ya que tocan temas que muchas veces, sobre todo cuando tienes pareja, prefieres evitar pensar. Tras cada pregunta que respondemos nos encontraremos por la isla con un fantasma, que representa a nuestra persona amada y que hará un pequeño comentario sobre nuestra última respuesta. Todos estos detalles no hacen sino hacernos sentir que Solo es una aventura hecha para contar nuestra historia personal, concretamente para contárnosla a nosotros mismos.

Mientras completamos cada puzle podremos realizar otros opcionales que la mayoría de veces consistirán en mantener en perfecto estado el ecosistema en el que nos encontramos ya sea regando unas flores o juntando a una pareja de animales que han sido separados. Además de todo esto Solo tiene algunas mecánicas como la guitarra o la cámara de fotos que dejaremos que descubráis por vosotros mismos.

 

Puzles que nos dejan pensar

Como llevamos diciendo desde el comienzo de este análisis, los chicos de Gotham Team nos han dejado una experiencia en la que mirar dentro de nosotros mismos. Es cierto que para llegar hasta el fondo del asunto tendremos que completar una serie de puzles mediante cajas que nos darán más posibilidades conforme vamos avanzando, pero la dificultad de estos puzles en ningún momento se vuelve un verdadero inconveniente para llegar al final de Solo.

Todo está enfocado a que vayamos avanzando al ritmo que queramos sin prisas, dedicándonos a pararnos en el paisaje o a descansar con ese fantasma que aparece en cada isla. El hecho de no enfrentarnos a enemigos y el no poder fracasar, lo peor que nos puede pasar es caernos al agua y tener que buscar una escalera para volver a tierra firme, hace que podamos perder tanto tiempo como queramos.

Es también hablando de la jugabilidad donde encontramos la mayor pega de este Solo. Se trata de la varita, un artefacto que nos permitirá resolver los puzles y que conseguiremos al poco de comenzar nuestro viaje. El problema es que los controles, cuando la estamos utilizando, se vuelven algo más confusos y no son demasiado precisos. No es un gran inconveniente, pero puede hacernos perder algo de tiempo hasta que lo dominemos. A esto le podemos añadir que la sencillez en los rompecabezas puede hacer algo monótono el avance por Solo.

 

Una música a la altura

En el aspecto técnico, el equipo de Solo ha realizado un trabajo espectacular. Visualmente, el juego nos regala paisajes llenos de color y naturaleza, pero a la vez nos da la posibilidad, en cierto momento, de convertir nuestro viaje en una experiencia en blanco y negro. Es cierto que gráficamente el juego no es muy exigente, pero cumple sin problemas y no hemos notado nada más remarcable que un par de tirones en el framerate.

En cuanto a la banda sonora, que supone todo el apartado sonoro del juego consigue meternos en el ambiente introspectivo incluso antes de saber que Solo va a contarnos nuestra propia historia.

 

Conclusiones de Solo

Definiría a Solo como una experiencia disfrazada de videojuego. Sus puzles son algo que roza lo anecdótico y es el hecho de poder darle nuestro ritmo lo que lo convierte en videojuego. Team Gotham se mete en nuestra cabeza, algo que es realmente complicado sin resultar molesto, y consigue remover nuestros cimientos con el amor sin resultar incómodo.

A pesar de sus pequeños problemas en algunos rompecabezas, Solo es un nuevo ejemplo de que ya no debería existir discusión alguna acerca de si los videojuegos son arte.

Política de notas

Salir de la versión móvil