Ted 2. Crítica

Ted 2 llega a las pantallas este fin de semana. Seth MacFarlane ha conseguido casi monopolizar la animación para adulto, con el permiso del rey Matt Groening (The Simpsons), con Padre de Familia y el Show de Cleveland entre otros. Y en la gran pantalla a pesar de que Mil Maneras de Morder el Polvo no tuvo el éxito esperado, sí triunfó con Ted, la historia de un osito de peluche que cobró vida y se convierte en el colega de fiestas y borracheras de John un treintañero que hacía muchos años deseó que su peluche cobrara vida propia. Tras ese éxito, y con la intención de explotar la gallina de los globos de oro, llega de la mano de Universal la secuela, Ted 2.

Ted 2 nos sitúa tras la boda de Ted y Tami-Lynn, después de superar riñas matrimoniales debido al dinero, ambos se tienen que unir para hacer frente a un duro revés. Ted es considerado como objeto y se le retiran todos los derechos humanos, el trabajo y el matrimonio. Para ello y sin dinero, consiguen la ayuda de Samantha, una joven abogada pro-bono que se une a Ted, Tami-Lynn y a su inseparable amigo John, para conseguir otra vez los derechos humanos para el osito de peluche.

Como ya nos tiene acostumbrados, Seth MacFarlane vuelve a demostrar que no tiene pelos en la lengua y que su humor es visceral, directo, negrísimo y sin ningún tipo de filtro edulcorante, valentía que hay que reconocer como tal. Aunque también es verdad que al no tener filtro, se encuentran gags muy poderosos y divertidos, hay otros mucho más polémicos que están en el límite del buen gusto.

La trama, la odisea de una persona, en este caso un oso de peluche para conseguir poder disfrutar de sus derechos, es convencional y muy funcional, solo el humor irreverente la diferencia de otras similares y la convierte en producto único. La trama funciona y la introducción de nuevos personajes para las nuevas líneas argumentales también, además de dar el juego esperado.

A nivel interpretativo Mark Wahlberg vuelve a convertirse en ese treintañero dubitativo que solo tiene una cosa clara, Ted, su colega es intocable. Simpática pero poco exigente para un actor del que se podría esperar más. A este le acompañan Amanda Seyfried como nueva incorporación en el papel de Samantha, una abogada recién graduada, Morgan Freeman como Patrick Meighan, prestigioso abogado, Jessica Barth como Tami-Lynn y Giovanni Risibi repite como Donny. Pero no hay que olvidar que el principal protagonista no deja de ser Seth MacFarlane quien pone voz a Ted además de dirigir, escribir y producir la película. La obra se presta a cameos, algunos que ya salieron en la primera película y otros nuevos que funcionan muy bien. El mejor sin duda el de Liam Neeson. Hay escena post-créditos.

Conclusión de Ted 2

Esta película es Seth MacFarlane 100%. Irreverencia, humor negro sin filtro para una trama sobre los derechos humanos previsible y vista, pero con una vuelta de tuerca que va de menos a más.

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