Tekken 7. Primeras impresiones PS4

Tekken 7

Una de las franquicias más famosas del género de lucha regresa después de 5 años a nuestras consolas para poner fin a uno de los conflictos familiares más longevos de la industria. Por nuestra parte, para celebrar este lanzamiento, os traemos unas impresiones sobre la última entrega Tekken que nos contará el final de la historia de los Mishima, una de las venganzas más deseadas del mundo que lo ha estado azotando durante 23 años. Prepararos bien, porque esto es Tekken 7.

Tras pisar las recreativas de Japón allá por el 2015, Tekken 7 se prepara para llegar a Europa el próximo 2 de junio del presente año para PlayStation 4, Xbox One y PC con multitud de mejoras como modos de juego, retoques gráficos gracias al motor Unreal Engine 4, más de 30 personajes disponibles -contando como invitado a Akuma de Street Fighter– y una gran cantidad de contenido a desbloquear en comparación a su versión de arcades. Nuestra sesión de juego ha sido a través de una PlayStation 4 Pro, por tanto las impresiones están basadas en esta consola donde os comentaremos qué nos ha parecido el título y su rendimiento en dicha plataforma.

Debemos admitir que con Tekken 7 Bandai Namco ha conseguido mejorar, y con creces, la fórmula presente a lo largo de su historia. En esta entrega dejamos a un lado los combates de parejas vistos en Tag Tournament 2 (que sinceramente eran fascinantes), para volver a un estilo más clásico de uno versus uno. Como viene siendo normal, en cada entrega se innova o se añade funciones nuevas y en esta ocasión la principal novedad recae en la cámara slow motion presente en ciertos momentos del combate. Avisamos que en absoluto hace que estos pierdan su encanto, sino todo lo contrario. Dicho efecto se activará únicamente cuando alguno de los personajes (o ambos) se encuentren con poca vida, a partir de ese momento entrará en juego el slow motion cada vez que los personajes tengan oportunidad de golpearse, dándole unos segundos de incertidumbre e incluso epicismo al momento. De esta manera podemos ver como el movimiento de los dos luchadores entran en contacto (o fallan) hasta que uno sea golpeado y caiga derrotado.

Aunque en realidad el verdadero protagonista de este Tekken 7 son los movimientos Rage Art únicos de cada personaje. El Rage Art nos permite llevar a cabo un impresionante combo de golpes a nuestro adversario arrebatándole aproximadamente un tercio de su vida, y todo a través de una cinemática dando espectáculo tanto al propio jugador como para el espectador que observa desde fuera. Mecánica implantada porque Tekken 7 estará muy enfocado al mundo de los deportes electrónicos (eSports), y como tal debe dar espectáculo.

El momento oportuno para saber cuándo utilizar el Rage Arts ya dependerá de la habilidad del jugador ante el mando, teniendo en cuenta la guardia del contrincante (ya que este se puede bloquear) y medir perfectamente la distancia entre personajes para no quedarnos cortos y golpear al aire. Estos movimientos especiales serán perfectos para darle la vuelta a un combate en un abrir y cerrar de ojos. Pero sí os podemos contar cómo activarlo y es que esta habilidad solo aparecerá cuando el luchador se encuentre con poca vitalidad, apareciendo una especie de aura de color rojo. Asimismo, para terminar de completar las habilidades especiales, tenemos el Power Crush que nos permite absorber parte de un golpe de daño medio o alto para continuar en combate sin caer al suelo y poder contrarrestar la ofensiva del adversario.

Dejando a un lado estas pequeñas novedades, las cuales tuvimos el placer de presenciar (por eso os las contamos), vamos a centrarnos más en la experiencia de juego a lo largo de los cinco combates que realizamos. Tekken 7 en comparación a otros títulos de la franquicia, sigue siendo igual de dinámico y frenético que siempre. Con la diferencia de que en esta séptima entrega notamos cierto aumento de agilidad en los personajes a la hora de realizar movimientos, haciendo que se sienta fresco en una fórmula que se lleva repitiendo desde hace años y aún posee capacidades de poder mejorarse a través de pequeños matices.

También hemos notado que el sistema de colisión ha sido mejorado, así como el tiempo de permanecer en el aire antes de que la espalda del personaje choque contra el suelo. De esta manera nos permite encajar un combo realmente largo a nuestro adversario antes de que este caiga. Por otro lado, el motor gráfico Unreal Engine 4 le sienta de maravilla a Tekken 7 haciendo que destaque de manera asombrosa en este apartado. El uso de UE4 ha permitido a Bandai Namco y a Katsuhiro Harada explotar todo tipo de partículas y efectos presentes en pantalla a lo largo de los combates, así como los modelados de personajes y los diferentes escenarios presentes, mostrando una calidad refinada. Funcionando en conjunto como uno de los mejores y más potentes títulos jamás vistos de lucha hasta el momento.

Tekken 7 es el único juego del género en contar con un formato de lucha en tres dimensiones, es decir, saber utilizar de manera adecuada la profundidad de cada escenario nos ayudará a esquivar movimientos o golpear al contrincante. Uno de los aspectos que siempre ha caracterizado a la saga y que se ha ido perfeccionando con los años. De la misma manera que su increíble apartado musical, compuesto por un gran abanico de temas clásicos reajustados para la ocasión además de nuevos, y acompañado por efectos sonoros reforzados para dar una mayor sensación de combate.

Para finalizar con nuestras impresiones, el título aún sufre de algunos problemas de rendimiento y que esperemos que estos se resuelvan en su versión final este mes de junio. Decimos esto porque, a pesar de haber jugado en una PlayStation 4 Pro, Tekken 7 sufría ralentizaciones en las escenas antes de comenzar un combate debido a los efectos de partículas y llamas presentes en estas. Incluso, al comienzo de uno de los combates, el juego se nos cerró por culpa de dicho rendimiento. Más allá de este aspecto, nada más negativo que comentar al respecto ya que Tekken 7 en su jugabilidad funciona a las mil maravillas. Golpes rápidos, animaciones fluidas, movimientos ágiles y mucha acción componen esta entrega que apunta realmente alto para convertirse en la mejor de la franquicia hasta la fecha. ¿Te vas a perder el fin de la familia Mishima? Nosotros, te podemos asegurar que no.

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