Vikings Wolves of Midgard. Análisis PC

vikings wolves of midgard

Hubo un tiempo en el que el género del action RPG estaba totalmente dominado por un par de títulos que no permitían que nadie se subiera a sus hombros. Por suerte esta época ya pasó y cada día son más y más las opciones que tenemos para satisfacer nuestras ansias de dominar el mundo a golpe de espada y conjuros. Hoy os vamos a hablar de un nuevo título, Vikings Wolves of Midgard, el cual nos llega a PC, PlayStation 4 y Xbox One en formato físico de la mano de Meridiem Games.

Los sanguinarios lobos de Midgard

Como siempre comenzamos hablando de la historia, aunque en este caso es lo de menos y es que, como suele pasar en el género, sí, tenemos una historia de trasfondo, pero la mayor parte de las veces es algo insulsa y a la que no le prestaremos demasiada atención. En ella se relata el intento de venganza de los Jotun, quienes quieren acabar con los dioses nórdicos. Ahí entraremos en juego nosotros, los llamados Lobos de Midgard, quienes tendremos que proteger al mundo de estos monstruos.

Como decíamos esta sección es la que menos peso tiene en el juego y es que estamos ante un género en el que no se suele prestar mucha atención a la historia, y eso que es un RPG. Games Farm, estudio al cargo de Vikings Wolves of Midgard, han optado por contarnos la historia mediante imágenes con texto, ahorrándose el trabajo de realizar cinemáticas, algo muy habitual en los estudios pequeños. Además, hay que reconocer que vemos ciertos problemas en seguir la historia no por su complejidad, sino por una traducción que a veces parece sacada de Google Translate. Es en parte un problema, pero debemos reconocer el esfuerzo del estudio por llegar hasta el español, con un resultado algo mejorable sí, pero ya mucho es.

Un action RPG con varias novedades

Cuando uno ve por primera vez Vikings Wolves of Midgard no puede evitar pensar que estamos ante un clon más de títulos como Diablo, que se han hecho un hueco en nuestros corazones y en gran parte del género. El título de Games Farm explota esta fórmula como ya ha hecho otras compañías, sin embargo aportando algunas novedades que lo hacen único en cierto sentido. Vamos a hablar primero del juego en sus diferentes facetas más habituales.

Vikings Wolves of Midgard nos permitirá al principio del todo escoger un personaje, hombre o mujer, que dependiendo del dios al que rece utilizará unas armas u otras, variando también sus habilidades. Así podemos ir con armas a dos manos, arma y escudo, arco, báculo y dos armas. La variedad de armas no esta mal, ya que podremos utilizar martillos, hachas, espadas… sin embargo las diferencias entre las categorías se nos han quedado un poco cortas y explicamos por qué. Ante nosotros tenemos una lista de habilidades activas (cinco exactamente) y pasivas (un buen número más). Cuando vayamos subiendo de nivel tendremos la posibilidad de ir repartiendo puntos, los cuales serán más que suficientes para poner todas las habilidades al máximo lo que hace que todos los personajes sean exactamente iguales. Por si esto no fuera poco, las diferencias entre las categorías son mínimas, haciendo que con el botón 1 peguemos a justo lo que tengamos delante, con el 2 lancemos algo a larga distancia que atraviesa, con el 3 algo en abanico… Hay diferencias sí, pero son mínimas.

Por último tenemos la posibilidad de presionar la X y cambiar al instante de arma, pudiendo repartir puntos en otra familia de armas. Podría parecer una ventaja pero no lo es tanto, ya que si tenemos una habilidad en cooldown, esta también lo estará al cambiar de arma en su equivalente numérico (si la habilidad tres está en cooldown utilizando el bastón, también lo estará utilizando el arco).

Una vez salvadas las distancias en cuanto a la jugabilidad genérica, común a casi todos los títulos de este género, Vikings Wolves of Midgard nos propone algunas cosas interesantes como es por ejemplo el efecto del clima. En determinados momentos tendremos que luchar contra un clima adverso, ya sea una zona congelada o un lugar donde el aire es veneno para nuestros pulmones. Esto implica que tengamos que estar buscando cada cierto tiempo un lugar donde descansar unos segundos y calentarnos al calor del fuego o en una cueva donde el aire es más puro. Esto le da una vida muy distinta por su efecto en la jugabilidad, dándole un toque de distinción.

Otro de los puntos a tener en cuenta son las distintas misiones que tendremos dentro de cada escenario. Comenzaremos salvando la aldea que será nuestro cuartel general y que poco a poco vamos poblando de personajes que nos ayudarán de una u otra manera, así como mejorando los edificios. En cada misión en la que entremos podremos cumplir tres objetivos distintos, que suelen ser conseguir tres calaveras de hierro (ocultas en cofres repartidos por los escenarios), destruir algún tipo de objeto de valor para nuestros enemigos y derrotar un número determinado de un monstruo en concreto. Esta exploración nos recompensará con distintos materiales que podremos utilizar para mejorar nuestra base de operaciones. Estos materiales también podremos encontrarlos por los escenarios, ya que hay un gran número de objetos que podremos destruir como barriles, árboles, construcciones básicas, piedras grandes… lo que nos dará oro, hierro, madera y Jotun. Estos objetos no estarán marcados al pasar el ratón por encima, por lo que deberemos tener un ojo bien abierto e ir probando. Al acabar cada escenario nos encontraremos con un enemigo final, el cual tendremos que derrotar a veces de una manera en concreto, nada demasiado complicado.

Cómo ganamos experiencia es otro rasgo característico de Vikings Wolves of Midgard y es que no será de la manera habitual. De hecho ni siquiera habrá experiencia que recolectar sino sangre. Cada vez que derrotemos a un enemigo este dejará una pequeña bola roja que tendremos que recoger y, una vez tengamos suficiente para subir de nivel, deberemos ofrecerla en sacrificio a nuestro dios, subiendo así por fin. Para ello deberemos visitar un altar el cual podremos encontrar en la ciudad y también veremos dispersos por los mapas. Hay una manera de ganar sangre extra y es conseguir matar varios enemigos de un mismo golpe (que no tiene que ser de uno solo), teniendo mucha importancia ya que puede suponer mucha sangre si lo hacemos bien.

La forma de movernos nos ha recordado mucho a una jugabilidad pensada para consola y es que podremos tirarnos al suelo y rodar pulsando el botón derecho del ratón (o el espacio), esquivando los posibles golpes que se nos vengan encima o incluso como manera de correr, ya que nos dará un pequeño impulso. Esto nos consumirá un poco de la barra de aliento, al igual que hacen en mayor o menor medida las habilidades que utilicemos. Aquí tenemos otro punto a tener en cuenta por las estrategias de combate y es que quedarnos sin aliento en medio de una pelea puede ser muy mala idea, aunque lo recuperaremos muy rápidamente.

A los que os gusta jugar en compañía estáis de enhorabuena y es que Games Farm nos ofrece la posibilidad de jugar en modo cooperativo tanto de manera online como en LAN, algo a lo que ya no estamos acostumbrados de ver. Sin embargo nos gustaría destacar un punto bastante negativo en este aspecto y es que no podremos intercambiar objetos con nuestro aliado, por lo que nos veremos muchas veces en la situación de que le ha tocado un arma que a nosotros nos vendría de perlas pero no podemos hacer nada más que destruirlo para obtener materiales. Por lo demás, y como suele ser habitual en el género, en compañía se disfruta más.

Por último nos gustaría hablar de otra de las novedades en cuanto a jugabilidad y es que podremos realizar pruebas de los dioses, que consistirán en superar cuatro oleadas distintas de enemigos, a cada cual más difícil, y que nos otorgarán recompensas dependiendo de cuantas superemos. Si llegamos a completar las cuatro nos otorgará además un punto de habilidad para repartir, pudiendo acumular hasta cinco por cada prueba divina.

El reino de Midgard y sus inquilinos

Como decíamos antes, Vikings Wolves of Midgard ha sido desarrollado por un estudio pequeño, algo que acaba teniendo siempre cierto impacto en el apartado técnico. Sin embargo no tanto como pudiéramos esperar y es que el título goza de una buena salud en su aspecto gráfico. Tenemos unos escenarios que sí pueden parecer algo repetitivos y que no tienen los detalles de producciones AAA, sin embargo hay varios puntos a destacar como la iluminación, las texturas del suelo, el impacto de nuestros movimientos en la nieve, las animaciones de los enemigos o las partículas de nuestras habilidades que son dignas de mención.

Si prestamos atención a los monstruos veremos cierta variedad en cuanto a los tipos de enemigos, aunque lo que más destaca será el tamaño de los mismos con algunos gigantescos que nos darán en todo momento sensación de peligrosidad. Lo cierto es que estos monstruos gigantes nos han encantado, haciendo que la mecánica de rodar para esquivar cobre todo el sentido también en la versión de PC.

A veces nos hemos sentido un poco torpes ya que el personaje se engancha a menudo con el escenario, impidiendo que nos movamos, pero nada a lo que no podamos acostumbrarnos con horas de práctica (tampoco es algo que pase en todos los escenarios, solo en los más escarpados como las montañas). En el resto mencionar la traducción al castellano con construcciones muy extrañas, y un doblaje al inglés un poco insulso. En cuanto a la banda sonora lo cierto es que tampoco destaca demasiado, aportando acompañamiento y poco más.

Conclusiones de Vikings Wolves of Midgard

Games Farm nos trae su propia propuesta al género de los Action RPG, con un contenido inicial que bien puede aportarnos grandes horas de diversión, llegando hasta las 20 la campaña la cual podemos disfrutar además en compañía de un aliado. Si bien hay algunos aspectos en su jugabilidad que puede necesitar un mayor pulido, lo cierto es que aporta suficientes novedades al género como para que sea un título que deberíamos probar si somos amantes del género. Si a esto le añadimos que Meridiem Games nos permite hacernos con él de manera física, el plan para el fin de semana se hace solo.

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