Werewolf: The Apocalypse – Earthblood. Análisis PS5

Durante los años 80 y 90 los juegos de rol gozaron de gran popularidad entre los jóvenes. La posibilidad de formar parte de una historia sobrenatural y la gran cantidad de opciones que ofrecen estos juegos calaron en la juventud. De este género surgieron historias que sobrepasaron el juego de mesa y se convirtieron en auténticos fenómenos transmedia. Werewolf: The Apocalypse se basa en una de estas conocidas historias que se han hecho más grandes con el paso del tiempo.

Si sois más de ver que de leer, os dejamos a continuación nuestro vídeo análisis de Werewolf The Apocalypse Earthblood.

https://youtu.be/2-lIKng70Gk

Licántropos ecoterroristas

Werewolf: The Apocalypse nos pone en la piel de un licántropo que ve como el ser humano está acabando con la naturaleza. Su tribu cada vez está más mermada y tienen un gran enemigo, Endron, una megacorporación que está explotando los recursos naturales. Seguro que aquellos que no conocieseis el juego de rol esta historia os resulta familiar.

Los Garou, nombre autoimpuesto por estas tribus de licántropos, cuentan con el apoyo de Gaia, la deidad que representa a la naturaleza y a los seres vivos que habitan la tierra. El enemigo final se personifica en el Wyrm, una fuerza superior que antaño se encargaba de mantener el equilibrio pero que ahora se dedica exclusivamente a la destrucción.

Todo este contexto nos lo cuenta el juego de Nacon de una manera bastante superficial y que nos obliga a estar atentos a todos los detalles y textos del título para conocer en profundidad el universo en el que nos adentramos.

Con una base tan sólida es relativamente sencillo hacer de la parte narrativa el punto fuerte de este proyecto. Pero aquí es donde encontramos uno de los grandes problemas de Werewolf: The Apocalypse, que a pesar de apoyarse en un mundo muy trabajado durante años nos cuenta una historia en la que parece tener prisa por pasar a la acción dejando el apartado narrativo en un segundo plano. Sin entrar en spoilers, en las primeras horas de juego sucede el clásico detonante que da motivación al protagonista para continuar su lucha contra esta megacorporación y este momento apenas les da profundidad a los personajes.

Es cierto que en algunos puntos de la historia se hace un esfuerzo por mostrar las motivaciones de los personajes y explicar sus costumbres y a que se deben sus acciones, pero en la práctica todo queda como una excusa para que los Garou se conviertan en lobos y acaben con todo lo que se ponga en su camino.

Un protagonista, múltiples formas

Como no podía ser de otra manera, en Werewolf: The Apocalypse, manejamos a un licántropo y la posibilidad de convertir a nuestro protagonista en una bestia no es algo que la jugabilidad fuese a dejar pasar. Como hemos comentado en la sección anterior, la acción tiene un peso muy importante en este juego y por ello el combate se convierte en el eje principal sobre el que baila toda la experiencia.

Aunque podremos optar por el sigilo, lo cierto es que el juego nos invita constantemente a combatir. El combate empieza cuando accionamos la transformación de hombre a bestia y que hace que automáticamente los enemigos nos detecten si estábamos escondidos. Una vez en esta fase podemos elegir entre una forma más ágil que nos permite movernos con mayor facilidad por los escenarios o una de mayor tamaño que nos restará velocidad, pero aplicará mayor contundencia a nuestros golpes. A esto se le suma un estado de frenesí temporal que nos ayudará a combatir a los enemigos más poderosos.

En cuanto a las posibilidades de movimientos con los que cuenta el protagonista de Werewolf: The Apocalypse hay que reconocer que son bastante limitadas ya que podemos ejecutar un golpe sencillo, una especie de golpe cargado, un movimiento de evasión y un bloqueo. Esto hace que los combates sean excesivamente simples en la mayoría de los escenarios.

Entre combate y combate hay ciertas secciones de puzles pero que no destacan debido a que son extremadamente sencillas y no tienen otra función más allá de ser el impasse entre combate y combate.

Hombres-lobo del pasado

Cerramos este análisis centrándonos en la parte técnica de Werewolf: The Apocalypse. A pesar de que ya hemos comentado que en el resto de apartados el juego muestra luces y sombras es quizá aquí donde más desfasado nos parece el trabajo de Cyanide Studios.

En la versión de Playstation 5 que hemos jugado no hemos notado bajadas destacables en el framerate, tampoco esperábamos que esto sucediese en las consolas de nueva generación. El problema aparece en lo relacionado con la parte más visual. Tanto a niveles como a personajes se nota que le falta mimo a la hora de su diseño, las animaciones de cambio de forma de los licántropos no tienen demasiado detalle y los escenarios son clónicos en su mayoría. Pero no todo es malo ya que nos ha sorprendido la variedad de enemigos que podemos encontrar a lo largo de la historia.

Conclusiones de Werewolf: The Apocalypse

Cyanide tenía en esta licencia una gran base sobre la que construir un juego potente con una narrativa llamativa. En su lugar nos han dejado un hack and slash que puede ser entretenido si lo que queremos es aporrear botones sin pensar demasiado.

La poca profundidad de su historia, la falta de trabajo en lo técnico y la sencillez de sus combates deslucen demasiado el conjunto y nos hacen agradecer que su duración no se extienda demasiado. En definitiva, solo podemos recomendártelo si eres amante de Werewolf y no te importa demasiado que no te ofrezca novedades narrativas.

Nota: 6

Lo mejor

  • Un hack and slash sin complicaciones
  • La variedad de enemigos

Lo peor

  • El apartado visual chirría en PS5
  • No aprovecha demasiado la licencia
  • Poca profundidad narrativa
Salir de la versión móvil