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¿Realidad o montaje? Microsoft confirma la existencia de los cartuchos de E.T.

De todos es sabido que Microsoft quiere dotar a Xbox One de una serie de contenido televisivo exclusivo y entre ellos, habrá documentales. Desde hace meses se ha hablado del rodaje del documental E.T., ese extraterrestre tan entrañable que con su casa y su teléfono, tanto dio que hablar en aquella película de 1982 pero que en el terreno de los videojuegos, removió todavía más tinta si cabe. Y es que el cartucho de Atari fue una auténtica aberración de la que ya hablamos largo y tendido en este amplio reportaje, y que grupos como Wintergreen ya parodiaron hace años. Pues bien, resulta que los Redmond llevan tiempo hablando del asunto y este fin de semana, han emplazado a los estadounidenses «al mayor descubrimiento de la historia». Pero claro, poco ha tardado la polémica en llegar a raíz del siguiente twit del Mayor Nelson (Larry Hryb):

Y es que tal y como estáis viendo, los cartuchos de E.T. están saliendo intactos a pesar de no sólo las condiciones climáticas de un desierto (muchísimo calor durante el día y muchísimo frío durante la noche, proceso, que provoca que las piedras se vayan agrietando con el paso de los milenios y se descompongan en pequeños gránulos de arena), sino por el hecho que está demostrado que Atari «compactó» (es decir, aplastó), aquellos juegos de ET que no vendió con el fin de que ocupasen el menor número posible de camiones para llevarlos al vertedero (sea el desierto de Méjico como dice la leyenda u otro punto). Por no mencionar lo delicados que son los componentes electrónicos o que podrían recurrir a hablar con ex-directivos o empleados de la Atari original para arrojar algo de luz al misterio.

En cualquier caso, desde GameIt no vamos a entrar en si la información que está mostrando Microsoft es auténtica o sólo ciencia ficción, eso sí, una cosa es ver un ‘reality show’ tipo Gran Hermano (donde todo «se magnifica») y otra un documental de la 2 por lo que esperamos y estamos absolutamente convencidos, que Microsoft será honesta y dirá la real situación de los acontecimientos (documental, recreación, ciencia ficción, show…) si verdaderamente desea crear contenido de calidad para su tan ansiado «tivi», al que tanto recurrió en reiteradas ocasiones, el pasado E3 cuando presentó Xbox One.

Pero bueno, sea como fuere y al margen de toda esta polvareda (y nunca mejor dicho con tanta excavación y polémica juntas), os dejamos con la maravillosa canción de Wintergreen donde sus protagonistas, también «consiguieron» lo increíble: «demostrar» la leyenda de que Atari enterró millones de cartuchos de ET en el desierto de Méjico. ¡Disfrutadla!

 

Hubo un tiempo en que los antiguos soldados de la vieja escuela vagábamos sin rumbo entre los diferentes campos de batalla con el único objetivo de sobrevivir un día más, conscientes, que el único factor que separaba a camaradas de enemigos, era una mera cuestión de suerte. Así, nos curtimos en miles de batallas y en todas ellas aprendíamos algo nuevo incluso, cuando mirábamos las caras de terror que algunos cadáveres, postrados de cualquier manera, nos indicaban todo lo que habían perdido y lo que les hubiera gustado haber hecho si hubieran sobrevivido. Yo también soy uno de esos soldados, en particular el de un ejército que otrora fue uno de las más grandes, poderosos y por qué no decirlo, temible de la industria del videojuego. Sí, fui y sigo siendo un soldado del ejército imperial de SEGA, de hecho, todavía guardo con mucho orgullo, el informe azul y las condecoraciones. Todavía tengo grabada a fuego en mi memoria, todas y cada una de las barbaries que he visto o incluso he llegado a protagonizar en todas esas cruentas batallas, pero no tenía elección, sabía que cada soldado que cayese dejaba atrás a una familia pero también sabía que era absolutamente necesario para seguir con vida, de hecho, este mundillo es en realidad una encarnizada, constante y sangrienta guerra. Pero estoy aquí, y puedo contarlo, nadie puede reprocharme nada, soy un sobreviviente y por supuesto, pienso seguir dando guerra por mucho tiempo, al fin y al cabo, aunque los camaradas y los enemigos cambien, hay algo que nunca cambiará, y ese algo son los colores de la tierra que me vio nacer, ese azul intenso lleno de loopings que me lo ha dado todo y al que obviamente, se lo debo todo. Así que, seguiré jurando a mi gloriosa bandera AZUL mientras me quede un hálito de vida, seguiré luchando en otros mil campos de batalla más si hace falta y sobre todo, seguiré luciendo ese brillante uniforme azul que me lo ha dado todo y del que me siento muy orgulloso hasta el fin de mis días. Lo único que lamentaré si algún día, en alguno de esos campos de muerte dejo este mundo, será teñir mi amado uniforme azul de rojo.