Batman: Arkham Origins. Análisis PC

Por si dudábais de nosotros, os traemos de una vez por todas el análisis de Batman: Arkham Origins, título que cierra una trilogía insuperable que ya figura como la mejor saga basada en un cómic jamás hecha. Aunque esta vez se han producido cambios relevantes a nivel de desarrollo: Rocksteady ha cedido el testigo a Warner Bros para hacer Origins, suponemos que para poner el punto de mira en la next-gen. Ahora, ¿es Origins una simple entrega de transición? Definitivamente no, a pesar de lo que muchos temiéramos.

Origins es, de hecho, el que mejor agrupa las ideas adoptadas por Rocksteady desde Asylum y el que ofrece un marco jugable y argumental más completo y profundo. Aunque tenemos una pequeña pega, y es que estamos ante un título continuista al menos al 80% en lo jugable. Como muchos ya han aclarado, todos disfrutaremos igual del título, si bien los aficionados sentirán que a nivel de jugabilidad no se han introducido demasiados cambios, el que se sumerja por primera vez en la saga flipará colorines (como todo el que lo hace por primera vez).

Muchas veces se ha utilizado con algunos títulos aquello de «¿por qué cambiar lo que sale bien?». Rocksteady ha hecho historia elaborando una jugabilidad tan deliciosa y a la vez compleja que encandila a todo aficionado viviente. Es, sin duda, el apartado más redondo e indiscutiblemente más interesante de nuestra aventura embozados en el traje del murciélago. Origins se ha limitado a mantener lo ya visto, pero sin bajar el nivel ni un ápice. No es excusa, tampoco, para achacarle algo así como «temor» a hacer más cambios de la cuenta. El mismo director del equipo lo dejó claro días antes del lanzamiento, sosteniendo que no querían ser los que bajaron en dos puntos la nota media total de la saga. Quizás, y solo quizás, la inclusión de un modo multijugador entretenido y original ha dejado un poco de lado el trabajo hecho a nivel de campaña. Aún así, repetimos, no hay nada que temer, pues Origins mantiene excelentemente el nivel, si bien sus mejoras se deben mayoritariamente a los apartados visual y argumental.

Porque es en el guión donde de verdad triunfa Origins y abofetea vilmente a los títulos de Rocksteady. Este nuevo Batman nos lleva, como bien su nombre indica, a los inicios de nuestro héroe enmascarado. Bebiendo de los más triunfantes Miller o Moore (Año Uno, The Killing Joke) Warner nos propone la visión más humana del Caballero Oscuro, un hombre cuya decisión e intenciones son tan fuertes como siempre pero que a su vez no es conocedor de las maldades que le albergan, de la crueldad del mundo criminal al que pretende hacer frente.

One night to kill the bat

El exitoso empresario Roman Sionis, alias Máscara Negra, ofrece la friolera de 50 millones de dólares a quien atrape a

Batman: un justiciero enmascarado que se está conviertiendo en el temor de las decenas de matones a los que ya ha enviado a la cárcel, y en un nuevo objetivo para las fuerzas de la ley, corrompidas hasta la raíz. Afortunadamente, el CPGC ha recibido (no con los brazos abiertos) a James Gordon,

nuevo comisario que se muestra incrédulo ante este envilecimiento y llega dispuesto a cambiar las cosas. No hay que decir que pronto se convertirá en uno de los principales aliados en la cruzada de nuestro protagonista, si bien durante el grueso de la aventura desconfía de Bruce Wayne al igual que la policía al completo.

Jugabilidad

El hilo argumental se desarrolla, como es tradición, a lo largo de una noche, del 24 al 25 de diciembre. Y es en la elección de personajes donde reside una de las principales bondades de Origins. El tercer título de la saga por fin comienza a dejar de lado el «apelotonamiento» de secundarios para poder profundizar más en ellos a costa de reducir el plantel. Asylum y City parecían una pasarela de villanos y un festival de cameos inútiles, y Origins consigue, por fin, dejar de lado esta costumbre. El resultado se traduce en una trama menos ramificada, pero mucho más interesante e intensa, elaborada magistralmente mediante CGIs que incrementan la inmersión y hacen de este Batman el más peliculero.

Es en el apartado jugable donde reside, como comentábamos antes, una de las principales pegas de Origins. No podemos encontrar una sola mejora relevante en ninguna de las ramas del gameplay. Es una sensación de deja vu que a los seguidores nos perseguirá las 8 horas que dura la campaña. Tampoco ayuda el hecho de que la ciudad de Gotham siga pareciendo una cárcel, solo con presos en las calles (se ha impuesto el toque de queda, por lo que tiene sentido al fin y al cabo) y con más de media ciudad a modo de copy-paste de City (la zona vieja). Abundan las misiones secundarias, bastante entretenidas y bien relacionadas con el hilo principal. Las batallas contra los jefes finales son, eso sí, un ejercicio de buen hacer: no demasiado difíciles, pero montadas de forma original y exigiendo paciencia del jugador (podéis conocer el tema en más profundidad aquí).

Sin embargo, la fórmula sigue funcionando y haciendo las delicias de todos nosotros. La innovación ha sido reducida, pero el nivel se mantiene tan alto como antes. Los combates «a mano abierta», la jugabilidad sigilosa, desplazarnos a toda velocidad cual sombra por los tejados de la ciudad… sigue siendo lo mejor de lo mejor en su género.

Gráficos

Estéticamente Origins no ha perdido ni un ápice de su encanto original: cada diseño se muestra obsesivamente fiel a los cómics (en este incluso más que en sus predecesores). La ciudad y sus alredededores, Batman, los villanos… y es que esta vez la balanza juega a favor de la Warner. Rocksteady es un duro rival a batir, pero el nuevo equipo ha sabido aunar más esa combinación de realismo con una estética más «colorida» (es navidad, al fin y al cabo). Resulta increíble que el motor de Unreal Tournament 3 siga dando guerra a estas alturas, y es que el resultado sigue sin dar signos de obsolescencia. Sin embargo, no entendemos por qué en PC se ha impuesto un límite de 30fps, propiciando las bajadas frecuentes.

Y es que la versión de compatibles puede ser la peor optimizada de todas, desde a nivel de rendimiento, como hemos comentado, hasta si hablamos de bugs (ese p*** conducto de ventilación de Enigma). WB ya está trabajando en un parche para solucionar estos errores, pero esa barrera de 30FPS no nos la va a quitar nadie.

Sonido

Christopher Drake sustituye a la pareja Fish-Arundel que lleva deleitándonos toda la saga con sus épicas partituras, y de nuevo estamos ante una BSO excelente, al nivel del Rocksteady, del personaje y hasta del mismo Zimmer de El Caballero Oscuro. En cuanto al doblaje, encabezado por el gran Claudio Serrano, solo podemos hablar maravillas. El realizado durante toda la saga se trata, sin lugar a dudas, de uno de los mejores trabajos de localización hechos en esta generación. Volvemos a preguntarnos cómo se puede conceder puntuaciones tan elevadas a títulos cuyos creadores (forrados hasta las cejas) no se molestan en traducir. Bravo.

Multijugador (review de L0SnuMbEr0nE para GameIt)

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Nananananananananana… (conclusión)

Arkham Origins aporta a la vez mucho y poco. Lo nuevo de WB es un WTC (Why To Change) en toda regla, pero a su vez han sabido manipular la saga con cuidado, y el producto final, si bien jugablemente sigue siendo prácticamente igual (sobresaliente, al fin y al cabo) y no se han aportado muchas novedades lejos del multijugador, acaba siendo el más redondo de la saga. Además de lo dicho, WB ha cubierto eficazmente algunas carencias de Rocksteady, que se limitan prácticamente al hilo argumental.

En definitiva, Origins sigue siendo un producto imprescindible para los fans a pesar de que su falta de innovación le reste algunos enteros. Y, aún con eso, nuestra nota no baja demasiado. Porque la saga creada por Rocksteady no tiene rival, un homenaje al mundo del cómic, en especial a un personaje que lleva décadas dando guerra como Batman. Temblad villanos.

 

 

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