CRÍTICA: CÓMO SOBREVIVIR A UNA DESPEDIDA

Este viernes 24 de abril se estrena en España Cómo sobrevivir a una despedida, primer largometraje de la murciana Manuela Moreno, autora de diversos cortos como Pipas, por el que recibió una nominación a los Goya en 2014. Os contamos aquí qué nos ha parecido su debut en la gran pantalla.

El subgénero cómico de las despedidas de soltero/a está de moda, no es ningún secreto. O al menos lo ha estado los últimos años, desde que diera la campanada allá por 2009 Resacón en Las Vegas. Desde entonces, se sucedieron los títulos que trataban de aprovechar ese tirón, muchos adaptándolo con un reparto femenino. Sirvieron, entre otras cosas, para que el gran público conociera a ciertos actores cuya carrera se ha visto disparada a partir de los mismos: Zach Galifianakis y Ed Helms en Resacón, el portento cómico de Kristen Wiig en Bridesmaids..

De estos títulos bebe sin duda ni disimulo Cómo Sobrevivir a una Despedida. Demasiado como para salir ilesa de una inevitable comparativa.

Sinopsis

Gisela es la primera de sus amigas que se va a casar y, para celebrarlo, el grupo monta por sorpresa un viaje a Gran Canaria para celebrar su despedida de soltera. Sin embargo, la mala organización, los infortunios y los excesos de la noche de Maspalomas harán que este viaje sea inolvidable de una forma diferente a la planeada.

Resulta oportuno dividir la cinta en dos partes. Durante la primera mitad, se nos presenta a los personajes, y el grupo inicia su viaje y posterior aventura una vez llegadas a su destino. Tenemos un humor que quiere ser fresco y transgresor, aunque demasiadas veces se quede en el intento. Úrsula Corberó es Marta, la «loba» del grupo, y para que quede bien claro ponen en su boca todo un repertorio de comentarios sobre sexo. Brays Efe es el chico gay de la panda, y la verdad es que su personaje peca de una sosería alarmante. Completan el reparto principal las hermanas Natalia y Celia de Molina, como Nora y Gisela respectivamente, y María Hervás como Tania, subiendo el nivel y conduciendo la película que, con sus luces y sus sombras, va avanzando sin aburrir pero sin tampoco deslumbrar.

Sin embargo, hacia la mitad ocurre algo desconcertante: El «aire» a Resacón en Las Vegas pasa a ser algo más. Momento «droga en el colacao» y amnesia matutina, para pasar el resto del viaje intentado desvelar los sucesos de la noche anterior. Imitar tanto a la cinta americana es una apuesta arriesgada, salvo que tengas mucha confianza en acercarte a su nivel. La cinta renuncia a su propia personalidad, faltando sólo que aparezca un lince ibérico en el baño del hotel. El guión se pega un tiro en el pie y anda cojeando hasta el final, tratando de pisar allí donde ya habían pisado más hondo Galifianakis y compañía. Decepcionante falta de ambición y de personalidad, aunque nunca llegue a aburrir demasiado.

Entre tanto, los canarios reconocerán algún cameo como el del humorista Manolo Vieira, y hay también un homenaje a la generación de las Spice Girls (¿recuerdan el momento Back Street Boys en Primos? Ejem..).

Lo mejor de la película, Natalia de Molina (Vivir es fácil con los ojos cerrados). Aunque protagoniza una subtrama amorosa tampoco muy inspirada, convence y mantiene a flote la cinta con bastante encanto, además de ser la narradora de la historia, introduciéndola, presentando a los personajes y poniendo fin a la misma.

Conclusión

Si no has tenido contacto con las mencionadas cintas del género, puede que estés de suerte y veas en Cómo Sobrevivir a una Despedida algo nuevo. De lo contrario, este primer largometraje de Manuela Moreno deja una molesta sensación de engaño y de dejà vú, porque no hacía falta una imitación tan descarada.

Nota: 4/10

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