F1 2018. Análisis del híbrido entre simulador y arcade en Xbox One

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Si de algo pueden presumir ciertos estudios como EA Sports o Konami es que año tras años están sacando revisiones de sus videojuegos deportivos, los cuales temporada tras temporada van mejorando poco a poco. Puede resultar algo cansino pero os podemos asegurar de que esto no es nada sencillo de hacer, y mucho menos cuando consiguen que los espectadores y jugadores no se cansen de su producto ya que es sumamente sencillo estancarse. Codemasters tiene un difícil reto por delante con su franquicia estrella, así que vamos a ver de qué es capaz con este F1 2018, la nueva temporada de la categoría reina del motor.

El modo carrera, una vez más protagonista indiscutible

Desde hace unas cuantas entregas que Codemasters lo ha apostado todo por volver a implementar el modo carrera en su franquicia, y lo cierto es que la jugada no ha podido salirle mejor ya que es una de las opciones que más se pueden disfrutar en este F1 2018. A pesar de que no ha sufrido demasiados cambios con respecto al F1 2017, sí que hemos notado algunas cosas que le dan más control al jugador sobre su personaje y es algo muy de agradecer.

Como siempre, podremos crear nuestro piloto desde cero y escoger la escudería en la que queremos comenzar nuestra carrera, debiendo ir subiendo escalafones y atrayendo la atención del público, otras escuderías, medios… y es que sí, volvemos a tener a la prensa en nuestra cara y ser los focos de atención. Una de las novedades es un curioso sistema por el que el juego nos catalogará de Showman o jugador de equipo, dependiendo de lo fanfarrones que seamos o, si por el contrario, agradecemos al equipo su justo trabajo y no nos tiramos todos los laureles por encima.

Este nuevo sistema nos otorgará distintas ventajas y desventajas y es que si apostamos por el equipo nuestros ingenieros trabajarán mejor y habrá menos posibilidades de que ocurran fallos durante el desarrollo y en las carreras, mientras que si por el contrario siempre nos vemos como el foco de atención y todo es gracias a nosotros, la moral de los ingenieros bajará, pero atraeremos la mirada de otras escuderías y, al final, ofertas de trabajo, las cuales incluso podremos aceptar en medio de la temporada, otra novedad del F1 2018.

Esto es lo más reseñable en cuanto a cambios y es que el resto de opciones seguirán ahí como la temporada pasada, con la posibilidad de disputar las distintas pruebas de entrenamiento, la calificación y la carrera, modificar el coche a nuestro gusto, un árbol de habilidades en las que mejorar (y que en esta ocasión serán exclusivas de cada escudería)… Un sinfín de opciones con las que forjarnos una carrera y labrarnos una reputación en el mundo de la F1.

A esto debemos añadirles los modos más clásicos como el contrarreloj o el modo online con 20 jugadores, así como el modo superlicencia donde deberemos ser lo más justos y legales posibles.

¿Simulación o arcade? Un poco de ambos

Una de las principales quejas que esgrimen los puristas de la F1 con respecto a la franquicia de Codemasters es que no estamos ante un juego de simulador puro, sino que más bien estamos ante un arcade que permite que cualquiera puede disfrutar del Gran Circo. Lo cierto es que para nosotros es una mezcla bastante equilibrada de ambos, y es que las carreras son divertidas de jugar y no necesitaremos un gran dominio de la técnica para poder ganar.

El mayor aspecto de simulación lo vemos en las opciones que tendremos para configurar nuestro coche, poniéndole más o menos carga aerodinámica lo cual repercutirá directamente en el control que tengamos sobre él en pista. Una vez a los mandos de nuestro coche, para lo que recomendamos encarecidamente utilicéis un volante, la experiencia es realmente única así, veremos que el realismo ha sido llevado a un punto en el que no necesitamos ser capaces de conducir un coche de verdad para poder disfrutarlo, algo que ayuda a que nuevas generaciones de jugadores se interesen por él y puedan usarlo como plataforma a algo más serio.

Una vez con el volante en las manos vemos que la IA de los coches ha cambiado un poco, y es que si bien es cierto que reaccionarán ante nosotros con mayor realismo, buscando la zona para poder adelantarnos limpiamente, echándose a un lado o incluso teniendo problemas mecánicos o chocando entre ellos, seguimos teniendo ciertos momentos en los que no se entiende demasiado qué es lo que hacen y acabará por frustrarnos. Esto se ve claramente cuando son ellos los que provocan un accidente y la culpa nos la llevamos nosotros, algo habitual cuando hay un choque.

La parte jugable en carrera donde se puede ver la mayor novedad es que por fin tendremos el ERS a nuestra disposición, lo cual abre un abanico enorme en cuanto a estrategias de carrera. Con este dispositivo bajo nuestro mando, escogeremos cuándo cargarlo y cuando utilizarlo para ganar  un extra de potencia y poder atacar, o incluso defendernos y así evitar que nos adelanten. La sensación de conducción también ha visto varias mejores que ayudan a aumentar el realismo, como por ejemplo en la suspensión de los bólidos y la introducción de más elementos físicos (mención especial para la recreación del chasis). Sin embargo seguimos viendo que hay algunos aspectos que se siguen descuidando como las colisiones, que siguen siendo poco realistas y que nos quitan algo de inmersión en el juego.

Para que el F1 2018 sea un reto justo a nuestra medida, podremos configurar la dificultad exactamente como queramos y es que ante nosotros tenemos un abanico enorme que nos permitirá disfrutarlo como a nosotros nos dé la gana.

Técnicamente sigue luciendo bien pero…

Cuando se crea  una franquicia continuista como esta uno de los aspectos más fáciles de descuidar es el apartado gráfico, salvo cuando hay grandes saltos tecnológicos por el medio. En F1 2018 vemos que en este apartado se ha innovado poco, aunque sigue siendo más que suficiente para poder disfrutar con realismo e inmersión un título de estas características. Los circuitos están perfectamente recreados así como el paisaje y lo que en ello nos encontramos, dándonos la sensación no obstante de que tampoco se ha tocado demasiado con respecto al año pasado.

Una de las novedades más interesantes la encontramos dentro de los coches y es que ahora tendremos que lidiar con el halo si queremos conducir desde dentro del F1, algo que puede ser un problema porque nos restará bastante visibilidad, aunque para eso siempre están las distintas cámaras del coche. Donde sí hemos visto una mejora cuantificable es en la iluminación dinámica, que cada vez luce mejor y aporta mucho realismo al juego, y a los efectos metereológicos, con la lluvia y los circuitos nocturnos como principales protagonistas.

Si nos fijamos en su modo televisión lo cierto es que también se han realizado diversos cambios a mejor, aunque vemos algunas animaciones de los personajes que pueblan el padock y las entrevistas que podrían haberse mejorado.

El aspecto sonoro sigue siendo bastante bueno, con una recreación de los motores realista. F1 2018 ha sido doblado y traducido al castellano por completo y, aunque seguimos viendo algunas conversaciones con boxes con comentarios que no vienen mucho al caso, la verdad es que se ha mejorado también bastante con respecto al F1 2017, dándonos más opciones y teniendo bastante más dinamismo en general.

Conclusiones de F1 2018

Si bien es cierto que en algunos aspectos el juego es un poco continuista con respecto al año pasado, no podemos negar que esta nueva entrega se merece un puesto en nuestra librería de juegos, ya que cualquier amante de la F1 debería probar y saber lo que se siente al conducir un F1, aunque sea de manera virtual. Con algunas novedades centradas en el aspecto jugable y las posibilidades de gestión de nuestro piloto, F1 2018 es un juego muy a tener en cuenta y que nos ha dado, y nos dará, muchas horas de diversión. Como dijimos, recomendamos vivir la experiencia con un volante que nos permita disfrutar de él al máximo, nosotros lo hemos jugado con el Thrustmaster TMX Pro y no se puede pedir más.

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