Final Fantasy XIII-2, minianálisis PS3

Esta semana hemos podido por fín tener una demo de Final Fantasy XIII-2. Como viene siendo habitual (y debería ser casi obligatorio desde mi punto de vista) unas semanas antes de la salida al mercado del título tenemos una demo descargable de forma gratuita para poder asegurarnos de qué producto pensamos comprar.
Como seguidor de la saga Final Fantasy y por muy desencantado que esté desde que nació Square Enix de una fusión que yo nunca hubiera aprobado lo cierto es que esta secuela de la decimotercera entrega de la saga de JRPG me tiene intrigado. Square Enix se ha empeñado es desgranar en vídeos e imágenes cada detalle del juego y llegó un momento en el que ya no miraba los nuevos vídeos por miedo al spoiler descarado. Lo poco que sí llegué a ver y a leer parecía estar centrado en hacernos creer que este título remendaría supuestos errores del anterior agregando algunos de esos detalles que hacían de los anteriores títulos de la compañía todo un éxito.

Tras echarle un buen ojo a la demo, podemos decir que no estamos ante una simple continuación de la historia de FFXIII, es un nuevo juego, un mundo nuevo, con reglas nuevas y lleno de detalles que gustarán a propios y puede que también a extraños.

El apartado técnico y gráfico, por lo que nos deja ver este adelanto, es impecable, tanto como lo era en la anterior entrega o puede que más porque los efectos climatológicos y la variedad de escenarios se hace patente en pocos minutos y nos deja claro que han intentado combatir esa carencia que tenía la precuela.

La lucha contra enemigos gigantes y las batallas poco comunes en este tipo de juegos parece que serán una marca de identidad del título. La demo empieza con una batalla contra un gigante casi invisible que ya vimos en el primer tráiler del juego pero en el vídeo que podemos disfrutar al terminar el avance podemos ver batallas aéreas, contra grandes números de enemigos o en persecución.

Tras esa batalla con sus Quick Time Events incluidos podemos empezar a vagar por una pequeña ciudad en ruinas con gente a la que hablar, tiendas y una lluvia casi torrencial técnicamente impecable.
Este era otro de los aspectos que le faltaban al FFXIII: No había tiendas físicas, sino digitales, sin tenderos con los que hablar ni edificios en los que entrar. Pero claro, no había ciudades ni personas con las que conversar así que, era lógico.
Tras un paseillo por el asentamiento llega el momento de seguir tu camino, tu objetivo es acabar con el gigante mecánico y para ello tienes que caminar y luchar con los enemigos que te van saliendo al paso.

Puedes elegir si entrar en combate o no e incluso si empezarás con ventaja o no. La mecánica del combate es muy parecida a la de su anterior entrega con las salvedades lógicas.
La demo te da la oportunidad de probar cosas como el desarrollo de los personajes mediante el Cristalium. No es el mismo que en el anterior pero bastante parecido, la mayor novedad es que hay moemntos en los que puedes elegir si la mejora la haces en un aspecto o en otro del personaje, dándote un poco de control y personalización del tipo de guerrero que usas.

El control de bestias, una de las habilidades de Serah, hace que el tercer personaje de tu grupo sea un monstruo bajo tu control. Puedes elegir entre distintos tipos de monstruo que vas desbloqueando, tienen sus propias habilidades, ataques y desarrollo de personaje, estad atentos.

En el avance podemos ver también esas fases puzzle que también pudimos ver en los vídeos distribuidos por la compañía para la promoción del juego.

Tras hacer una ilusoria elección de camino, luchar contra unos cuantos enemigos menores y encontrar gracias a Moguri un par de cofres y objetos ocultos llega el gran momento de luchar con el gigante mecánico Atlas por segunda vez. Esta vez hasta el final.
Al terminal el combate se caba la demo y empieza un vídeo centrado en Lighting y en las “novedades” que diferencian a este de su anterior entrega: Carreras de chocobos, combates aéreos y en persecución, Moguri y un lugar parecido a Gold Saucer con máquinas tragaperras.

En conclusión. Se trata de un título que lucha al máximo por distanciarse de su anterior entrega, de la que Square Enix parece estar casi avergonzada. Tiene pinta de ser un título mucho más abierto, con más opciones de personalización y una mayor variedad de escenarios y situaciones. Parece que los “minijuegos” vuelven a tener presencia y atención. Un servidor añade que la presencia de las carreras de chocobos marcan un punto muy a favor del título por la nostalgia y los dulces recuerdos de FFVII. Parece que Final Fantasy vuelve a acordarse de lo que un día fue, le ha costado, pero puede que este se parezca a los títulos que hicieron de esta una saga exitosa con millones en ventas. Esata demo no ha hecho más que reafirmarme en mi creencia de que este juego me va a gustar.

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