Guard Duty. Análisis de su versión para Nintendo Switch

La ópera prima de un estudio, es una carta de presentación al mundo. En este caso, Sick Chicken Studios han elegido el género de las aventuras gráficas como su primer título al mundo, y Guard Duty como su origen.

Este género, también conocido como aventuras point and click, ha sido muy utilizado a lo largo de la historia de los videojuegos, así que se podría denominar un océano rojo. Este término es utilizado para indicar que es un mercado con mucha oferta, pero por suerte, este género dispone de un gran nicho de seguidores.

¿Estará Guard Duty a la altura del gran linaje que hereda de las aventuras gráficas?

Una buena Historia pero algo corta

Al comenzar, Guard Duty nos introduce en escena con una historia futurista bastante interesante, que contiene una carga de tensión muy alta. Lo que suponemos que puede ser un agente especial, intenta detener a un monstruo que intenta la aniquilación de la humanidad. Lamentablemente nuestro agente no consigue detenerlo…

Seguido de este suceso, el juego nos llevara tiempo atrás, unos 1.000 años atrás. La historia vuelve a comenzar en el Reino de Wrinklewood. Aquí conoceremos a Tondbert, un torpe, deprimente, bocazas y borracho guardián del reino. Tondbert va a cometer el gran error al permitir la entrada a un misterioso forastero al reino porque… bueno, ya hemos mencionado que es un torpe.

Así, sin más, la aventura comienza. En lo alto de una torre del castillo de Wrinklewood, nuestro audaz guardián Tondbert despierta con una resaca espantosa. No recuerda que ha sucedido durante la noche anterior, y aún no sabe que le espera un día muy complicado, el preludio de un rescate.

A lo largo de toda la historia, la comedia nos acompañará todo el camino. Nuestro protagonista encaja muy bien en la comedia, y sus creadores le han aportado una historia llena de momentos memorables.

En cada zona nos encontraremos todo tipo de personajes, y nos ayudarán dando pistas o bien nos darán conversaciones banales. En cualquier caso, son muy divertidas, con mucho humor. Todas las conversaciones dispondremos de la posibilidad de elegir qué decir, de esta forma intentar obtener información valiosa.

El único pero que se le puede achacar es que la duración de Guard Duty es algo corta, el juego puede acabarse entre 3 y 7 horas, todo depende de la experiencia de la que dispongas en aventuras gráficas.

Las mecánicas clásicas nunca mueren

Guard Duty nos ofrece lo que todo juego de este género nos puede ofrecer y le añade nostalgia, homenajes, y muchas risas en un mundo de fantasía.

Su sistema bebe de las grandes aventuras gráficas, y se nota tanto en sus homenajes, en su humor, y un sinfín de detalles. Han hecho un gran esfuerzo por mantener la esencia simple de sus mecánicas, permitiendo al jugador que le sea muy fácil aprender a jugar.

Para quien no conozca este estilo de juegos, todas las acciones se basan en pulsar encima de los objetos. Al pulsar sobre ellos, podremos observarlos, o bien utilizarlos sobre otros. Para realizar estas pulsaciones, tenemos dos opciones: El uso de la pantalla táctil y el uso del stick junto los botones.

Lo natural es el uso del táctil pero, en ocasiones, nos costará seleccionar el objeto deseado, debido a su tamaño. Para movernos o bien seleccionar, haremos touch con un solo dedo. Para explorar objetos en nuestro inventario, haremos touch usando dos dedos.

Hay un pero bastante grande, y es que no todo es táctil como es el caso de los menús. Entrar en la partida, guardar, restaurar, opciones, etc. No dejan más opción que el uso del stick y el botón A o B. Es una lastima que no adaptasen todo el juego.

En todo momento Tondbert dispondrá de una bolsa. En ella dispondrás de un inventario de los objetos que vas encontrando y que has recogido. Es importante como en toda aventura, observar y pulsar sobre todo objeto interesante, por si más delante lo necesitamos.

Uno de los objetos más importantes del inventario, es la lista de tareas. Gracias a ella en todo momento sabremos cuál es nuestro objetivo. En el caso de los jugadores más despistados o que suelen jugar con poca frecuencia, será de gran ayuda para retomar la aventura donde la habías dejado.

Un mundo pensado para el modo portátil

Al igual que sus mecánicas e historia, el apartado gráfico cuenta con un estilo propio de las aventuras gráficas originales. Pinceladas de clásicos como Loom, Monkey Island, Legend of Kyrandia y muchos otros se reflejan en cada uno de los píxeles de la aventura.

El juego luce muy bien en modo portátil. La resolución y el tamaño de la pantalla de Nintendo Switch se ajusta a lo que el juego necesita.

En cambio el modo Televisión es otro cantar. El pixel art queda totalmente emborronado, tirando abajo todo el trabajo realizado por el estudio.

El juego está en aspecto ratio 4:3 y para no dejar bandas negras laterales, el estudio se ha decantado por unos marcos de madera laterales. Es una pena no disponer de marcos personalizados con temática del juego al estilo a los clásicos arcades.

Una banda sonora que no pasa inadvertida

La calidad de la música es fantástica y no se limita a ser solo música de fondo. Cada acto, zona y situación tiene su propia música, y todas mantienen estilo acorde. Tanto las músicas medievales como las futuristas, saben dar un toque importante de acompañamiento, y ayudan a ponerte en situación y enriquecer la aventura.

Las voces son bastante buenas, se entienden perfectamente, pero solo están disponibles en inglés. La configuración de idiomas solo afecta a los textos de pantalla y diálogos. Se nota que no son dobladores profesionales, pero aun así su trabajo es muy meritorio.

Conclusiones de Guard Duty

Guard Duty no pretende marcar un antes y un después en el género de aventuras gráficas. Tampoco pretende ser un gran desafió para los mas expertos. Aun así, el juego cumple con creces para pasar muy buenos momentos, que harán recordar el porqué te gustan las aventuras gráficas.

Nota: 7

Lo mejor:

  • Aventura pixelada con sabor a grandes clásicos del género.
  • Música y voces que te introducen en la aventura.
  • Una buena historia con humor por todos lados.

Lo peor:

  • Duración corta.
  • Poca dificultad a ojos expertos del género.
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