Conocido por su maestría en la creación de mecánicas jugables envolventes más que por el tejido de narrativas profundas, Team Ninja se enfrenta a un nuevo desafío con el lanzamiento de Rise of the Ronin. Nuestro cometido esta vez es abordar sin reservas todo lo que nos ofrece el nuevo título del estudio para descubrir si logra sostenerse al lado de monumentos anteriores del estudio, tales como la celebrada bilogía de la saga Nioh.
A lo largo de nuestra experiencia, Rise of the Ronin nos ofrece una ventana al arte de entrelazar política y lealtad, una práctica ya casi tradicional en los juegos provenientes del Oriente. La decisión de alinearse con uno de los dos bandos en conflicto se presenta como un punto de inflexión en la aventura, influenciando el desarrollo de la trama hasta cierto grado significativo. Sin embargo, donde el juego brilla con luz propia es en su jugabilidad, consolidándose como el pilar más robusto y satisfactorio de la experiencia.
La pregunta que nos hacemos es: ¿Ha logrado Team Ninja superarse una vez más, elevando el listón con Rise of the Ronin? A continuación, desgranamos nuestro veredicto, sin reservas ni eufemismos.
Un Ronin y politiqueo y viceversa
En Rise of the Ronin, nos encontramos en un Japón al borde del cambio, navegando por las aguas turbulentas de la mitad del siglo XIX. Esta época, marcada por el fin del periodo Edo y el comienzo de la era Meiji, es un crisol de conflicto y transformación. La historia nos sumerge en la lucha interna de un país que se debate entre mantenerse fiel a sus tradiciones seculares y abrirse a las influencias extranjeras que amenazan con alterar su tejido social y político.
A través de los ojos de un ronin, un samurái sin señor, el jugador experimenta la complejidad de esta era. Nuestro protagonista, desligado de los lazos feudales que atan a los samuráis a sus señores, se encuentra en una posición única para explorar las distintas facetas de la sociedad japonesa de la época. La trama se desenvuelve en medio de la incertidumbre y la tensión que preceden a la Restauración Meiji, un periodo en el que Japón se ve forzado a salir de su aislamiento para enfrentarse a la realidad de un mundo que avanza hacia la modernidad.
El juego teje su narrativa alrededor de figuras históricas reales y eventos significativos, permitiéndonos a los jugadores no solo ser testigos sino también participantes activos en los momentos cruciales que definieron el futuro de Japón. Esta aproximación histórica enriquece la experiencia de juego con un contexto profundo y significativo, ofreciendo una ventana al pasado que es tanto educativa como entretenida.
En Rise of the Ronin nadie debe lealtad
Sin embargo, más allá de su marco histórico, Rise of the Ronin es una historia sobre la identidad, la lealtad y la búsqueda personal. En su corazón, yace la interrogante de qué significa ser leal en tiempos de cambio radical. ¿A quién o qué se debe un ronin su lealtad cuando las antiguas estructuras se derrumban y surgen nuevas? Esta pregunta filosófica subyace a las aventuras del jugador, invitándolo a reflexionar sobre su propio camino a medida que avanza en el juego.
Seremos francos: Team Ninja no ha brillado históricamente por su habilidad para tejer tramas complejas o emocionantes en sus juegos, optando en su lugar por priorizar la mecánica de juego y la acción adictiva. Este enfoque queda evidente una vez más en Rise of the Ronin, cuya trama nos ha parecido tediosa y saturada de clichés, avanzando a través de eventos predecibles sin ofrecer giros argumentales que nos sorprendan o mantengan al borde del asiento.
En comparación, la narrativa de este título se sitúa en un nivel similar al de juegos como Valkyrie Elysium o Forspoken, caracterizados por historias superficiales que difícilmente dejan una marca duradera en el jugador. Aunque nuestro análisis pueda parecer severo, es importante recalcar que nuestro enfoque crítico busca ser constructivo, señalando áreas de mejora potencial en un apartado tan crucial como lo es la narrativa en los videojuegos contemporáneos.
Gráficos de la pasada generación
En Rise of the Ronin, la ilusión inicial de unos gráficos impresionantes puede desvanecerse rápidamente al profundizar en el juego. Tras unas pocas horas de juego y superado el hype inicial, detectamos que a pesar de ser un título de la generación actual, varios elementos visuales, como las texturas y los modelos de los personajes, pueden parecer anticuados, recordando más a la era de PlayStation 4 o Xbox One. Este efecto se debe, en parte, a la decisión de Team Ninja de continuar utilizando el mismo motor gráfico de años anteriores.
Además, hay ciertas zonas donde la reutilización de escenarios de Nioh, una práctica que, aunque no universalmente criticada, nos ha generado cierta decepción y pesar. Esta estrategia de reciclaje podría interpretarse como una falta de innovación o esfuerzo por parte del estudio para crear una experiencia completamente nueva y única para Rise of the Ronin.
La inmersión en el mundo de Rise of the Ronin se ve comprometida por ciertos aspectos del diseño de misiones y la exploración del mundo abierto. Las misiones secundarias, aunque numerosas, suelen carecer de profundidad y relevancia, aportando poco a la trama principal y ofreciendo escaso incentivo para explorar más allá de lo esencial. Esto puede llevar a que el juego se sienta más tedioso y menos atractivo.
Por otro lado, el vasto mundo abierto, a pesar de su extensión, no parece haber sido diseñado con el mismo nivel de detalle e intención que caracteriza a otros títulos contemporáneos destacados, como The Legend of Zelda: Breath of the Wild, Elden Ring y Horizon Forbidden West. Al compararlo con estos referentes, se hace evidente que Team Ninja ha dejado pasar una valiosa oportunidad para explotar al máximo las posibilidades que ofrece un entorno abierto, tanto en términos de exploración como de integración narrativa.
La jugabilidad, su punto fuerte
La jugabilidad de Rise of the Ronin destaca como el pilar más fuerte del juego, ofreciendo una experiencia que es simultáneamente adictiva y repleta de profundidad táctica. Este equilibrio entre dinamismo y estrategia se materializa principalmente a través del sistema de parries, que marcan la diferencia entre jugar con estrategia y jugar a lo loco. Esto da mucho sentido al un meme popular que ronda en las redes sociales «Parry of the Ronin», cobrando el sentido que no tenia con la falta de contexto.
La variabilidad y adaptabilidad en los estilos de combate aumentan aún más la experiencia, permitiendo a los jugadores alternar entre distintas posturas dependiendo del tipo de enemigo al que se enfrenten. Cada enemigo posee puntos débiles específicos a ciertas posturas, lo que obliga a los jugadores a explorar y dominar una amplia gama de técnicas de combate.
El dominio de las posturas es la clave
El proceso de desbloquear nuevas posturas y técnicas de combate se presenta como una tarea gratificante, ofreciendo a los jugadores un sentido tangible de progreso y desarrollo de habilidades. Rise of the Ronin logra, por tanto, capturar la esencia de lo que hace a los juegos de acción ser emocionantes y gratificantes, proporcionando un amplio espectro de estilos de lucha que se adaptan a una diversidad de preferencias y estrategias de juego.
El juego ofrece un inmenso arsenal de armamento que se extiende desde armas cuerpo a cuerpo, cada una con sus propias posturas y ataques especiales, hasta armas a distancia que añaden una capa táctica adicional al combate. Esta diversidad garantiza que los jugadores puedan encontrar un estilo de lucha que se adapte a su preferencia personal y a las necesidades de cada enfrentamiento.
Perfeccionando la técnica del desvío
El juego introduce también la mecánica del desvío, una táctica defensiva diseñada para mermar la resistencia del oponente. Aunque crucial, esta mecánica no alcanza el nivel de importancia que tiene en Sekiro: Shadows Die Twice, un título que evidentemente inspira varios aspectos de Rise of the Ronin. En Sekiro, el dominio del desvío es prácticamente indispensable para avanzar, mientras que en Rise of the Ronin se balancea con otras estrategias y habilidades disponibles para el jugador.
Sin duda el juego no solo toma inspiración de Sekiro en la mecánica de combate, sino también en elementos estructurales y narrativos como la penalización por muerte a través de una «barra de karma», puntos de reabastecimiento similares a las hogueras, y la estructura de misiones que combina el mundo abierto con zonas delimitadas que favorecen el sigilo o el combate directo. Estas influencias se tejen en la tela del juego, ofreciendo una experiencia que es tanto familiar y al mismo tiempo fresca para los que somos aficionados del género.
Un aspecto destacado es la posibilidad de participar en misiones de infiltración, donde los jugadores podemos optar por recibir ayuda de otros jugadores en línea, ya sean amigos o desconocidos, mediante un sistema de acceso por contraseña. Esto fomenta una sensación de comunidad y cooperación, y además también añade un punto de rejugabilidad y soporte mutuo a la experiencia general del juego.
Una gran variedad en su gameplay
En Rise of the Ronin, el desarrollo y la personalización del personaje tiene un papel muy importante en la experiencia de juego a través de los árboles de habilidades. Estos árboles permiten a los jugadores adaptar a su personaje en función de diversos atributos como la Inteligencia o la Fuerza, entre otros. La extensión y variedad de estas habilidades invitan a los jugadores a explorar profundamente para hallar un estilo que se ajuste a sus preferencias, no solo en términos de armamento sino también en las habilidades específicas que elijan desarrollar. La selección de habilidades no solo influye en la forma de jugar, sino que también mejora los atributos asociados, reforzando la importancia de una elección estratégica en el desarrollo del personaje.
El sistema de armas complementa este enfoque en la personalización y estrategia. Con una amplia gama de armas disponibles, cada encuentro con los enemigos promete ser una oportunidad para adquirir nuevo equipo. Sin embargo, lo notable es que el valor de este equipo no se mide solo por su capacidad para aumentar el daño, sino también por las habilidades pasivas que proporciona. Estas habilidades pueden influir significativamente en la estrategia de combate, sugiriendo una aproximación más matizada al equipamiento que la simple mejora del ataque. La recomendación de priorizar habilidades pasivas sobre incrementos directos al ataque resalta la profundidad táctica del juego, animando a los jugadores a considerar cómo cada elemento de su arsenal puede complementar su estilo de juego y estrategia global.
Conclusiones de Rise of the Ronin
Rise of the Ronin, pese a no haber logrado plenamente capturar el potencial de su mundo abierto, que ha resultado algo monótono y menos gratificante de lo esperado, sigue siendo una recomendación válida para los aficionados a la acción y a la estrategia en profundidad. El juego brilla especialmente en su sistema de combate y la personalización del personaje, elementos que Team Ninja ha pulido a la perfección.
Para aquellos que valoran la inmersión en entornos históricos y el disfrute de un combate meticulosamente diseñado, Rise of the Ronin ofrece suficiente contenido para justificar una exploración profunda. Aunque el juego pueda no alcanzar la excelencia en todos los frentes, las áreas en las que destaca son suficientemente robustas para recomendarlo y que proporcionará muchas horas de entretenimiento y desafío.
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Conclusiones
Rise of the Ronin
Rise of the Ronin es la nueva obra de Team Ninja que ha intentado conquistar los corazones de los fanáticos de Nioh y Nioh 2.
PROS
- La jugabilidad que engancha
- Los árboles de habilidades están muy trabajados
- La variedad de armas y posturas que permiten un abanico amplio de estrategias
CONTRAS
- La historia no alcanza a ser tan interesante como debería
- Las misiones secundarias son aburridas
- El mundo abierto no aporta nada nuevo
Rise of the Ronin Precios
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