Otro estudio más sobre videojuegos viene a poner en entredicho el estilo de vida gamer. En este caso ha sido la Keele University del Reino Unido la que se ha molestado en realizar un estudio para determinar si la violencia de los videojuegos puede alterar nuestra percepción de la realidad o no. Las conclusiones son significativas.
Al parecer los usuarios que juegan a títulos de índole violenta tienden a tolerar de manera más sencilla sensaciones como la agresión y el dolor, o tal y como recoge el Daily Mail, «los resultados confirman nuestras predicciones. Jugar a videojuegos incrementa los sentimientos de tolerancia a la agresión y al dolor».
Si entramos en detalles técnicos del estudio sabemos que los sujetos que jugaban a títulos violentos tenían un ritmo cardíaco y umbral del dolor por encima de “lo normal”. (Ahora es cuando me viene a la cabeza la película de soldado universal. Los gamers que jugamos a juegos violentos somos súper-soldados). Pero ahora es cuando llegamos a la parte que rompe una lanza a favor de esta clase de juegos, y es que si se dilata el umbral del dolor, podrían atenuarse problemas de dolor o estrés en pacientes que así lo requiriesen. Al final, los juegos son la panacea.
[Vía: 3DJuegos]