Ramificación en la octava generación

Siete generaciones de consolas de videojuegos llevamos ya pasadas, y estamos empezando a entrar en la octava. Siete generaciones en las que la superación ha venido siempre acompañada de una mejora tanto gráfica como tecnológica, con las que hemos podido ver auténticas obras maestras y videojuegos inimaginables, creando prácticamente una nueva rama de arte. Pero también siete generaciones en las que hemos podido ver cómo el acercar el videojuego al gran público está causando una monotonía en títulos y poca innovación que está empezando a apoderarse del mercado.

El videojuego no debe reñir la calidad con la tecnología. Tampoco unos gráficos espléndidos deben ser sinónimo de Juego del año. Desde la industria se está maleducando a una generación de jóvenes que, a pesar de la evolución que ésta ha dado, ven los videojuegos como un simple pasarratos. Aunque en realidad no sea más que esto, poner ojeras para que no vean a otros lados más que lo que te interesa vender no ayuda nada.

Existen videojuegos “mata-mata”, de “pegar patadas a una pelota”, de “correr a mil por hora”, y de todos estos hay auténticas obras de arte que difícilmente sean repetibles, pero caer en la monotonía de tener que desarrollar siempre el mismo género año tras año, entrega tras entrega, es lo que está matando la calidad en pro de acostumbrar a los compradores.

La octava generación ya ha empezado la ramificación entre calidad y cantidad. Solo tenemos que ver las plataformas que surgen para la misma y lo que se está empezando a desarrollar. El sector se ha partido en dos: los que apuestan por la cantidad y calidad gráfica, y los que apuestan por la innovación.

Y uno de los factores que ha influenciado mucho esto ha sido el sector independiente, un sector que al no tener el mismo presupuesto que las grandes compañías de desarrollo, ha tenido que buscar la forma de atraer al público a través de la innovación.

En la generación de las PlayStation 3 y Xbox 360 ya se creó un canal específico para este tipo de juegos, y en esta nueva generación se están creando directamente plataformas. En la octava generación destacan 4 grandes: PlayStation 4, Xbox 720 (o como se llame), Wii U y la afamada OUYA. De las cuatro, las tres primeras están enfocadas al gran público, aquel que duerme con ojeras, y la tendencia la marca OUYA, dirigida al público indie que busca la innovación a un precio bajo.

¿Será ésta, la octava generación de videoconsolas, la que marque un antes y un después en la industria? ¿Triunfarán las plataformas específicas para el sector independiente? Habrá que ver cómo se mueve el mercado y si de verdad desaparecen las ojeras.

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