The Inner Friend es un juego indie, corto y maravilloso

Existen los juegos en los que es mejor lanzarte desde el primer minuto sin saber nada en absoluto, como con Doki doki literature club, y otros como The Inner Friend en los que es necesario cierto contexto previo.

The Inner Friend es un precioso juego acerca de las pesadillas y el alma

The Inner Friend nos introduce en un mundo que parece salido de un mal sueño entre el director artístico de la primera temporada de Stranger Things y el encargado de arte de Limbo. Con un toque a terror, nos introducirá en la mente de un ser turbado sobre un cama que se retuerce de miedo y de dolor.

Inmediatamente después nos transportarán a una habitación completamente vacía donde controlamos a una pequeña figura con cuerpo de niño que tendrá que introducirse por su agujero en la pared para conseguir profundizar en el interior de la mente de su “yo” verdadero.

Primeros minutos y sensaciones jugando a The Inner Friend

The Inner Friend es un juego complejo y al mismo tiempo realmente sencillo. Los primeros minutos de juego en los que encarnas la figura en blanco de un niño te hacen preguntarte si realmente es un símbolo y una manifestación del alma del joven al que encarnas o si es simplemente una personificación de otra cosa.

Es fácil que acabes confundido al principio de los niveles ya que el juego no provee de tutoriales ni de ningún tipo de explicación sobre lo que debes hacer. En vez de eso, va guiando al jugador con luces, sonidos y cambios musicales que tienen la poderosa virtud de hacer que el jugador se sienta en un continuo estado de exploración.

Nada más atravesar la pared por primera vez, nuestro personaje cae en una especie de universo lleno de casitas que se recolocan una y otra vez conforme caemos. Esa es nuestra primera pista de que deberíamos conseguir aterrizar en el interior de una de las casitas y dejarnos caer por una puerta de luz para llegar al siguiente nivel.

A partir de entonces el jugador tendrá que ir ajustándose a las diferentes mecánicas y puzles que irán apareciendo, nivel tras nivel, en cada uno de este sencillo juego con tintes trascendentales y con un final simplemente sorprendente.

La jugabilidad de The Inner Friend

A pesar de la sencillez con la que está programado The Inner Friend, era un auténtico placer jugarlo por los diferentes escenarios. La sombra del protagonista se movía de forma ligera y coherente con el entorno y el escenario y las mecánicas y los puzles, aunque no eran demasiado complejos, respondían a una coherente lógica que chocaba de forma frontal con el mundo de pesadillas que se ha creado.

The Inner Friend tiene una estructura cíclica y repetitiva: primero empezamos como sombra en el interior de la habitación de nuestro humano, atravesamos un túnel en la pared con reminiscencias a ser en realidad nuestra propia psique en la que nos adentramos y después volamos hasta dejarnos caer en el interior de una puerta luminosa blanca.

Cada uno de los sueños de The Inner Friend es un nivel completamente diferente en el que tendremos que aprender por la fuerza cómo sobrevivir ante los puzles que se nos muestran. En el primero de ellos caminaremos por un instituto de pesadilla donde hay televisiones que emiten un rayo rojo mortal que se alimenta de la inocencia de nuestros compañeros y el reto consistirá en mover los libros por diferentes mesas o casillas para conseguir pasar; el segundo puzle nos obligará a coordinar nuestros movimientos con las luces de una cámara de seguridad en un museo para que no nos atrape; en el tercero viajaremos al backstage de un teatro donde debemos viajar como Alicia a través de los espejos antes de que una monstruosa mujer nos agarre, etc.

Cada sueño tiene unas mecánicas básicas de lógica y plataformas que van variando en cortos niveles y que nos permitirán adentrarnos en el interior de la psique de nuestro protagonista. Al final de cada uno de estos niveles recobraremos un ítem especial que contribuya a devolverle la calidez y la sensación de hogar al cuarto que conforma nuestro punto de partida.

El juego se presta a múltiples interpretaciones. Al estilo de Limbo o The Inside, nos invita a realizar reflexiones sobre qué ocurrió en el pasado de este chico y por qué razón somos nosotros, o esa pequeña sombra, los encargados de recuperar la conciencia del protagonista. Así, el monstruoso bicho del primer nivel puede representar fácilmente a un profesor que aterrorizase a los niños de pequeños; la mujer que lo persigue una insistente maestra que le fuerce a quedarse en el club de teatro y el momento con el coche el trágico divorcio de sus padres que provocó / debido a la enfermedad del pequeño.

La música y los efectos de sonido

Los efectos de sonido de los jadeos y de los pasos de nuestro protagonista están soberbiamente conseguidos. En función de la superficie por la que se mueva la sombra, generará ruido de pasos metálicos o sobre cemento y acompañará los instantes de terror y criss con fuertes jadeos proferidos desde la boca de un niño.

La música es simplemente de lo mejor del juego, lanzándose en momentos clave para provocar introspección, para meternos en ese estado anímico tan personal y único o para generar un clima de terror al más puro estilo de Stephen King donde te hundes en minas subterráneas con un monstruo escalofriante persiguiéndote, recorres un colegio tenebroso o simplemente te paseas por el interior de un luminoso y aparentemente inocente museo.

Los escenarios están maravillosamente logrados

Aunque la música de The Inner Friend es realmente genial, lo que de verdad atrapa en The Inner Friend es el increíble desarrollo de las texturas y de el precioso renderizado de las luces que generan espacios y escenarios con una personalidad única.

Podemos ver que uno de los fuertes de este pequeño equipo de desarrollo es la iluminación directamente desde la base de nuestro protagonista, cuyo cuerpo va mostrando grandes agujeros de un punto a otro que se restauran y se vuelven a abrir, con los bordes iluminados (y que tiene un significado en la historia que no os pienso desvelar). También emplearán sus conocimientos sobre luces para embellecer una ciudad en ruinas con paseos de luciérnagas sobre el cielo o incluso por el reflejo de las viejas televisiones analógicas continuamente encendidas.  

Los espacios en The Inner Friend son simplemente maravillosos. Desde la construcción de un hospital en ruinas hasta la creación de la habitación del protagonista, cada uno de ellos guardan una sensaciones y tiene una personalidad realmente única. Los niveles de tipo puzle son más abiertos, sencillos y con texturas y mapas de bump cuidados pero que no destacan en el espacio abierto; pero otras como puede ser las minas o el colegio son capaces de ponerte los pelos de punta con pequeños detalles y elementos perceptibles solo a los ojos de los jugadores más detallistas.

Poco puedo hablar del final, pero merece la pena

Sí, es un juego un poco scripteado en el que al principio puede parecer sencillo de programar, pero tiene un encanto propio. Un encanto único que hace que conforme lo juegues y vayas avanzando le cojas cariño a las almas perdidas, a los objetos olvidados y a todo ese paisaje único que envuelve a The Inner Friend.

¿Y lo mejor? Que nada es una casualidad. Al final del juego descubriremos quién es esa sombra, por qué recoges los objetos del niño y qué oculta el monstruo que intenta matarte. Espero que os emocione como a mí, aunque, honestamente, se me quedó el cuerpo con ganas de más. Es muy cortito, prácticamente completable en 3 horas. Pero que te dejará huella al menos un par de meses.

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