Wolfenstein 2 The New Colossus. Análisis Xbox One

Wolfenstein II The New Colossus Game It

Hablar de Wolfenstein es hacerlo de una de las IP’s con más solera de la historia de los videojuegos, uno de los padres del género que conocemos hoy como shooter. Y es que si nos vamos a wikipedia, podemos ver que el primeros de sus juegos, Castle Wolfenstein data del 1981, yo no había nacido y seguramente muchos de vosotros tampoco.

Avanzando un poco en el tiempo, directamente a la “era moderna” de los videojuegos, vemos que en 2009 la franquicia, algo olvidada por aquella época, reaparecía de la mano de Raven Software, con un juego de acción, como era habitual pero con toques paranormales y de ocultismo. El medallón de Thule aportaba al protagonista habilidades paranormales y daba variedad a los tiroteos, pero en general el juego no pasaba de divertido. La poca atención mostrada por los usuarios tenía su razón en un modesto apartado técnico, de diseño y del juego en general. Con todo esto, id Software dejó la IP criogenizada…

No sería hasta 2014 con MachineGames en la producción y Bethesda softworks como «publisher», cuando volviéramos a ver a Wolfenstein en nuestras tiendas.

El nuevo Wolfenstein se subtituló The New order y reinventó la historia de la franquicia con un futuro alternativo donde los nazis ganarían la segunda guerra mundial. El juego fue sorprendentemente exitoso y los jugadores «old school» estaban de enhorabuena con este reinicio, que tenía lo mejor del shooter clásico que muchos añoraban pero con una historia actualizada y un apartado técnico que si bien no era rompedor, pues estaba a caballo entre dos generaciones, sí cumplía excelentemente.

Para mí fue una de las últimas joyitas que tuve en mis manos de la generación de Playstation 3 y Xbox 360. Viendo la buena acogida, los de MachineGames estiraron algo más la fórmula que tanto había gustado en una contenida precuela, Wolfenstein The Old Blood era un juego “stand alone”, independiente a The New Order que funcionaba como una expansión de éste. Gustó, pero siempre teniendo en cuenta lo limitada de la propuesta; menos horas y una historia poco elaborada. Pero eso sí, salía a precio reducido, todo hay que decirlo. Así pues, en estas llegamos a Wolfenstein 2 The New Colossus…

La buena continuidad

Esta segunda parte, en la que repite por supuesto MachineGames, se puede catalogar como continuista, pero en el buen sentido. Continúa lo bueno visto en The New Order y en The Old Blood, o sea tenemos un shooter de disparos intensos con un gunplay muy ‘oldschool’ y una dificultad exigente, pero también aderezado con detalles originales tanto dentro del juego como en la historia; aún más electrizante, irónica y rompedora. La buena continuidad de The New Colossus es todavía más admirable, pues el escenario de la industria de los videojuegos es ahora mucho más apocalíptico que por aquel entonces (el primer Wolfenstein The New Order).

El nuevo juego de B.J. Blazkowicz se centra, como ya hicieran los recientes, en la historia como hilo conductor. Olvidaos del dichoso mundo abierto, es cierto que varios escenarios son más amplios e intrincados, pero básicamente iremos de tiroteo en tiroteo saltando sabiamente entre fases donde deberemos priorizar la muerte de los comandantes, quienes serán los que tendrán la capacidad de alertar de nuestra presencia y con ello de lanzarnos numerosos nazis en busca de nuestra muerte. Es cierto que el sigilo es sólo una opción pero a no ser que lo juguéis en los modos más fáciles,  prácticamente será vuestra única salida. Lo bueno de todo esto es que estas secciones me han resultado mejor ideadas y más satisfactorias que en sus anteriores juegos, ¿Os hace un poco de Sam Fisher/Snake?

Si bien no tenemos mundo abierto, casi obligatorio estos días, sí que hay algo de rpg y progresión/personalización de nuestro B.J Blazkowicz particular. Pero todo esto hecho muy acertadamente, a mi entender, porque hablamos de un rpg para “dummies”, y es que serán nuestras acciones las que irán completando y desbloqueando nuestro árbol de habilidades. A ver, para que nos entendamos, cuanto más matemos con el hacha de manera sigilosa, más bonificaciones obtendremos en este “arte”. Así, voluntaria o involuntariamente haremos al ‘matanazis’ más óptimo y ajustado a nuestro estilo. La verdad, me ha encantado esto.

En cambio, las armas sí requerirán de poner algo de nuestra parte y esto significa encontrar los kits de mejoras. Una de las claves del juego aunque obvia es la exploración, y es que en este título, la exploración como también el sigilo, están muy bien recompensadas. No soy de los que gustan de los coleccionables ni un cazador de logros, si me desvío de mi foco principal (matar nazis) quiero que sea para algo importante y este nuevo juego sabe de lo que hablo. Aquí explorar significa un botiquín, significa algo más de armadura, munición o alguna mejora de armas, o sea explorar nos da la vida. Gracias MachineGames.

Para la vieja escuela

Sin multijugador, sin lore que descifrar ni ver en tráiler animados de Youtube, aquí la historia es la que es y se nos cuenta con cinemáticas. Por cierto, el trabajo de estas resulta palpable, si bien ya nos tenían acostumbrados a unas secuencias de vídeo entretenidas y con sustancia, desde luego aquí se ha llevado a un nuevo nivel dentro de la saga. La coreografía, la cámara y en general cómo está planeada la escena es algo a destacar. Por supuesto, las cinemáticas están apoyadas en un guión ingenioso, con momentos álgidos y a recordar. Nuestro protagonista ahondará en su pasado y futuro, y su némesis; Frau Engel, será tan odiosa como cumplidora. Wolfenstein 2 tiene una historia profunda, a menudo disfrazada de gags y coñas pero que deja entrever algo más allá, si bien toca varios palos, evidentemente se centra en la desigualdad sociopolítica y las revoluciones, pero como digo hay mucho más.

No es sólo por centrarse en la campaña, algo que gustará a los jugadores de la vieja escuela, sino que también el juego está lleno de detalles para los más talluditos, como los botiquines o poder echar una partidita al mismísimo Wolfenstein 3D del 92.

Se ha hablado negativamente sobre la dificultad del juego, y de los picos de ésta, si bien es cierto que existen y que en momentos puntuales la exigencia será máxima, es igualmente cierto que hay un selector de dificultades con más opciones de lo normal y que además el nivel puede ser ajustado en cualquier momento de la partida. Por si fuera poco, también podemos valernos del guardado manual para no tener que repetir una y otra vez las partes que ya hemos superado con el sudor de nuestra frente. No es que esté en contra o a favor de que suban la dificultad de los juegos actuales, al estilo Dark Souls o el reciente Cuphead, es que no veo que en este caso llegue a ser un problema, sino todo lo contrario; pica y engancha aún más.

Por último, lo que hay dentro del juego no es lo único que parece inspirarse en otra época, también su modelo de negocio, pues MachineGames y Bethesda Softworks han dejado de lado los micropagos varios o los cofres recompensa que tan de moda están y aunque sí tiene un pase de temporada (The Freedom Chronicles), este se desarrolla completamente al margen de la historia de nuestro protagonista (J.B. Blazkovicz), y resulta realmente opcional. De nuevo gracias.

 

Conclusiones de Wolfenstein 2 The New Colossus

Por si no os habéis dado cuenta por el resto del texto, el juego me ha encantado. No es sólo un gran título, una continuación que ejecuta sin problemas el más y mejor, sino que además esta segunda parte es una obra a reivindicar, un orgullo para los jugadores de la vieja escuela; por su dificultad, por tener un pase temporada completamente aislado de la aventura principal, por los botiquines y por creer en las aventuras «singleplayer» sin mundo abierto. Igualmente por traer una historia bien hilvanada, con una duración digna (18/20 horas dependiendo de la dificultad elegida), además de unas misiones secundarias al margen de ésta que amplían la experiencia enormemente (los códigos enigma). Vaya, todo un orgullo para el buen jugón… Un juego excelente a mi entender que solo algunos detalles mínimos lo alejan de la perfección.

J. B. Blazkowicz ha vuelto para quedarse y los nazis están muertos de miedo.

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