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Max: The Curse of Brotherhood. Tráiler de lanzamiento

Ya tenemos disponible el tráiler de lanzamiento de Max: The Curse of Brotherhood, un nuevo juego para Xbox One desarrollado por Press Play que nos transporta a un mundo de fantasía donde los peligros acechan y tendremos que, con bastante perspicacia y un subrayador mágico, resolver todos los puzzles que nos iremos encontrando por el camino para avanzar por los niveles.

Podemos decir que Max: The Curse of Brotherhood es un plataformas en 2.5 D que innova bastante dentro de su género, algo dejado de lado en los últimos tiempos, pero gracias a títulos como este podemos decir que las plataformas siguen en forma. Os dejamos con el tráiler.

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Max ha deseado que el pesado de su hermano Félix desaparezca muy lejos. Su sorpresa llega cuando descubre que su deseo se ha hecho realidad y ha sido llevado lejos por fuerzas de un mal desconocido. Por lo que no duda en restablecer el mal causado y armado sólo con un subrayador mágico se lanza a la aventura en un peligroso viaje a través de desiertos, pantanos, templos antiguos y exuberantes bosques para recuperar a su hermano. Gracias al poder del subrayador podremos manipular el entorno a nuestro antojo para ir avanzando ante los obstáculos.

Tal y como comentan sus creadores, Max: La maldición de la Hermandad, mezcla la narración tradicional escandinava con un juego de plataformas en 2.5D, donde rebosa el colorido y la fantasía.

Estamos deseando poder jugarlo para saber más de este estupendo plataformas.

Cuando mis ojos tempraneros vieron moverse ese pequeño pixelado por la pantalla de tubo algo llamó poderosamente mi atención. Aún no sé si fueron esos colores, la música, ver a ese personaje saltar de un lado para otro… pero lo que más me fascinó es que en aquella aventura yo era el protagonista de la historia. Desde aquél momento pude embarcarme en hazañas insólitas para un chaval cualquiera, de un pueblo cualquiera, que vivía en un país cualquiera. Ahora acerco y comparto esas historias a todo el mundo para que de un modo u otro puedan sentir lo que ese niño de 8 años llegó a percibir aquella vez delante de ese viejo televisor.