Análisis Just Cause 2 (Xbox 360) en Eslaultima.com

Just Cause 2 es una de las revelaciones de éste año 2010 en el mundo de los videojuegos, y sino al tiempo. Nadie daba un duro por un juego el cual su predecesor fue un auténtico fracaso en ventas a pesar de la enorme repercusión mediática de que gozó, y quizá por eso, en ésta secuela, ha entrado un poco más de tapado, pero sin duda cabe que se ha llevado un enorme trozo del pastel de ventas en el primer trimestre de año.

Just Cause 2 es la culminación de un gran proyecto, donde se introducen nuevos factores a la ecuación de EIDOS, quien al ser absorvida por Square Enix, ha dado un cambio radical de imagen y sobre todo de calidad. Por ello no sabíamos cómo iba a ser finalmente el producto, quizá por desconfianza o quizá por no querer ver chocobos en medio de Panau, pero había una espinita ahí que nos decía que no nos fiáramos. Pues bien, después de horas y horas de juego, puedo decir que esa espina desaparece y en el agujero que deja comienzan a crecer flores, ya que el estupendo sabor de boca que deja Just Cause 2 tras jugarlo eclipsa todo lo demás.

Gran Theft Auto aparte…

Just Cause VS Grand Theft Auto IV, Prototype VS Infamous… atrás dejamos los momentos en los que nos gustaba comparar todos los sandbox que se nos plantaban por delante, fuera esas frases de que Just Cause tiene el mapa más grande que GTA solamente para intentar arañar más… Just Cause 2 se ha convertido en único referente marcando estilo propio, or ello, de aquí en adelante, olvidamos comparaciones.

La vuelta a Panau en 80 días

Vienes de la calle, cansado de la ciudad, de la distancia del trabajo a casa, del caos… y entras en casa, te apetece echar una partida a la consola para descargar… ¿imaginas poder reventar el mundo que tienes fuera pero sin hacer daño a nadie? Solo tienes que meter el disco de Just Cause 2 en tu consola y podrás empezar a disfrutar creando el caos en medio del pais. No penséis que exagero, no. Panau, el pais donde nos situamos con nuestro protagonista Rico Rodríguez, mide más de 1000 km2, intercalando terrenos de todas clases, desde desiertos a montañas heladas, pasando por bosques profundos e islas malditas. Entre tanto mundo, existen numerosos asentamientos, los cuales hemos de ir descubriendo, y una gran ciudad, la capital del país, Panau City. Prepárate a buscar y localizar rápido los aeropuertos porque los vas a necesitar bastante.

Un punto fuerte, las condiciones meteorológicas. Panau, al ser tan enorme, tiene hasta 5 tipos distintos de tierra. Cada una de ellas afecta a la meteorología de una forma. Por ejemplo, en el desierto, el sol no se despega de Rico y su ropa se llena de polvo, o en las islas tropicales, tan pronto hace buen tiempo como que te cae una tormenta eléctrica encima y su ropa se mojará. Todo está regido de forma arbitraria.

¿Y las putas? ¿Dónde están las putas?

Rico Rodríguez no es un putero de la vida, es un mercenario al servicio de los Estados Unidos. Rico trabaja para una agencia que quiere desenmascarar a Panai Hijo, el hijo del ex-presidente de Panau, ya que la corrupción reina sobre el país. No, no hay putas en el juego, no hay necesidad, hay tanto cabrón suelto, tanto mafioso, tanto traficante, tanto asesino… que se nos olvidan las mujeres.

Nuestra misión es acabar con el régimen de Panai Hijo, pero para ello tenemos que hacernos amigos de las facciones gerrilleras que se encuentran repartidas por todo el mapa. Para ganarnos su apoyo, tendremos que ir haciendo todo lo que nos pidan, desde asesinar a mandatarios hasta tomar bases militares y posiciones estratégicas del gobierno para el control de la guerrilla. Panau se va convirtiendo poco a poco en territorio de bandas donde todas conviven entre sí para derrocar al régimen.

El juego se va haciendo interesante conforme vamos ganando territorios, ayudando a las facciones a comerse un pastel enorme y poco a poco hacerse con el control casi completo del país. Además, conforme vamos haciendo misiones de las facciones, vamos recopilando datos, que nos sirven para la misión real, las misiones de la agencia, y éstas son las que van haciendo que la historia avance.

La primera vez que la agencia se pone en contacto contigo, te da una serie de balizas, las cuales podrás usar para llamar al helicóptero del mercado negro. Su piloto te ayudará en lo que necesites, desde comprar armas, evolucionar las que ya tienes, al igual que vehículos, o simplemente trasladarte a un lugar en concreto, haciéndote perder menos tiempo del que realmente necesitas.

A lo largo del mapa van apareciendo unas cajas brillantes. Unas pueden contener dinero, pero la mayoría contienen piezas para armas y vehículos. Todas ellas nos valen para evolucionar nuestro armamento durante el juego, ya que no es lo mismo disparar con una uzi que con un colt. El dinero también podemos ir recogiéndolo en las misiones que hagamos, a más misiones más dinero, y éste canjearlo para comprar armas y vehículos al mercado negro.

Aprovechando el Next Gen

Pocos, muy pocos juegos de esta generación de consolas, han conseguido un apartado gráfico tan conseguido como el que nos encontramos en Just Cause 2. Si bien la calidad de las texturas de los personajes no es la mejor del mundo, gráficamente a nivel del mundo no vemos popping, no vemos relentizaciones, lo que no vemos a lo lejos no aparece de repente, simplemente no lo vemos porque no está. Los escenarios van cargando conforme nos vamos acercando a ellos, pero en ningún momento nos da sensación de lentitud, un 10 para Square en éste punto.

Soy el mejor conductor… de coches, motos, barcos, helicopteros, jumbos, cazas…

Rico Rodríguez parece que ha hecho cursos acelerados a lo Matrix para aprender a pilotar, ya que puede montarse y pilotar todo lo que se le ponga por delante. Si llevar un coche es fácil, el helicóptero también, y ya no digo nada de los aviones a reacción. Quizá ésta sea la forma más rápida de moverte por el mapa.

Pero claro, no es un camino de amapolas, sino que tendremos al gobierno de Panau pisándonos siempre los talones e intentando derribarnos, y si lo consiguen… también dispondremos de paracaidas. El paracaidas es muy útil, de hecho, creo que se abusa demasiado de él durante el juego, ya que puede ser incluso más rápido desplazarse sobrevolando con él que en un coche o una moto. Además, el gancho de Rico actúa como honda si lo usamos bien, haciendo que vayamos aún más rápido.

Hey, pasame ese fusil

Las armas que usamos durante el juego van siendo desbloqueadas en el mercado negro, donde como dije antes, podemos evolucionarlas. Quizá un par de puntos no tan buenos los encuentro aquí. Por un lado, las armas del mercado son caras, aunque no debemos ni siquiera necesitar comprarlas ya que las hay repartidas por todo el juego, pero es bueno tener ese recurso. Y por otro lado, como hagas un par de misiones seguidas sin tener cuidado de las balas, puede llegar el momento que te veas en la necesidad de pegar ostias porque es lo único que te queda, ya que los cargadores por defecto son muy pequeños, y no tendremos muchas recargas.

Explosiones por doquier

Para conseguir derrocar el gobierno, ¿qué mejor que sabotear sus instalaciones? Aparte de las misiones que nos proponen las distintas facciones, podemos «sembrar el caos», hacer que el gobierno se ponga más en contra nuestra (de hecho, casi al final del juego, esto es un requisito para continuar), y ¿cómo?, destruyendo toda propiedad u objeto que tenga el símbolo del régimen (la estrella blanca sobre el fondo rojo), eso encabronará mucho al ejército. Además sembrar el caos te dará prestigio, desbloquearás nuevos vehículos y armas en el mercado negro, y conseguirás dinero por ello. ¿Qué más podemos pedir?

Apartado sonoro… decente

No hay mucho que comentar en cuanto a sonido, más que una cosa, el juego está doblado a un perfecto español, cosa que es muy de agradecer en éstos días. Por lo demás, bastante aceptable en cuanto a efectos sonoros y músicas.

En definitiva

Como dije en el primer párrafo, nos encontramos ante la joya de la corona de Square Enix, Just Cause 2 me parece el tapado del año, un juego que engancha, que no te deja con sabor a poco, y sobre todo que no se hace ni corto ni largo. Una compra segura para los amantes del género.

Lo mejor:

Lo peor:

Nota: 9

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