[Análisis] Roguebook. Un desafío al que le fallan los detalles. PC

Posiblemente 2021 sea el año al que más ha afectado la pandemia en lo relacionado con los videojuegos. Multitud de desarrollos han visto como su fecha de lanzamiento no llegaba. Pero entre las novedades que si estamos pudiendo disfrutar, destaca un género, el roguelike. 2021 arrancaba con Loop Hero como sorpresa inesperada, el mes pasado llegó el poderoso Returnal a Playstation 5 y esta misma semana se estrenará Roguebook, lo nuevo de Abrakam y Nacon.

Una mezcla de ideas propias y ajenas

Abrakam se dio a conocer en el año 2016 con la llegada de la fase de acceso anticipado a Steam de su primera obra Faeria. Por aquel entonces optaron por darle una vuelta a los juegos de carta que triunfaban con el auge de Hearthstone. En esta ocasión, no han abandonado las cartas, pero han decidido fusionarlos con el género del roguelike. Así surge Roguebook, un desafío de cartas para un jugador que recupera las fortalezas de Faeria.

Tras darnos una pincelada de una historia muy básica que solo sirve como trasfondo para aplicar las mecánicas del juego, nos encontramos en un escenario a medio construir. Desde el primer momento tenemos un acceso más o menos directo al jefe de cada una de las fases, pero esta se extiende más allá. Para poder hacer frente a los bosses tendremos que buscar cartas que añadir a nuestro mazo, oro para comprar objetos que nos hagan más poderosos. Para hacer esto tendremos una especie de pincel que nos permitirá crear el escenario colindante a las zonas que ya están accesibles. El uso de este pincel será muy limitado por lo que tendremos que elegir bien nuestros movimientos para alcanzar ciertos objetivos antes de avanzar al combate final.

El mapa será diferente en cada run y avanzar hacia una zona u otra puede ser la diferencia entre el triunfo o volver al comienzo de Roguebook. Si nos centramos en el combate nos recuerda irremediablemente a Slay the Spire. En cada uno de nuestros turnos sabremos que van a hacer los enemigos para poder preparar nuestra defensa. Tendremos la opción de atacar, sumar bloqueo para evitar el daño enemigo o infligir estados alterados. La principal diferencia la encontramos en que en Roguebook siempre llevaremos a más de un personaje. Estos personajes pueden permutar su posición durante el combate, lo que tiene una importancia capital, ya que solo el que se posicione al frente podrá frenar los ataques enemigos.

En resumen, si hablamos de la jugabilidad de este Roguebook, tanto en el escenario como en el combate nos ofrece demasiadas cosas que hemos visto. El juego de Abrakam cuenta con algunas innovaciones que dan un aire nuevo, pero casi todas sus mecánicas nos hacen pensar en otros juegos. A pesar de todo, las dinámicas son entretenidas y exigentes, lo que nos ayuda a entrar en el juego y centrarnos rápidamente en lograr nuestro objetivo.

Un diseño reciclado

De la misma manera que sucede con las mecánicas jugables, el apartado visual también nos es muy familiar de Roguebook nos es muy familiar desde el minuto 1. Esto se debe a que casi todo lo que vemos es igual que lo que podíamos ver en Faeria con algunos retoques. Los escenarios tienen el mismo estilo, las cartas encajarían totalmente en el juego anterior sin levantar suspicacias… En este sentido quizá Roguebook podría haber sido una expansión de Faeria. Es el apartado sonoro el que mejores sensaciones nos ha dejado con una ambientación que si ha logrado meternos dentro de esta historia de fantasia que es Roguebook.

Más problemas menores

Queremos terminar este análisis comentando algunos problemas que hemos encontrado jugando a Roguebook. Estos son menores, creemos que se podrán solucionar de manera sencilla con un parche, quizá incluso antes del lanzamiento, pero que han lastrado un poco más nuestra experiencia.

El primero de estos fallos lo encontramos en los textos. Aunque el juego está traducido al castellano en su “totalidad” no han sido pocos los momentos en los que nos hemos encontrado con cartas, objetos o diálogos que mezclaban el español y el inglés. Otro problema lo hemos encontrado a nivel de diseño. Imaginamos que se debe a la traducción, pero hemos encontrado muchos textos que no encajan en los botones creados para ellos, algo que resulta muy incómodo a la vista.

Por último, el tema de los tiempos de carga. Aunque en ningún momento son excesivos, nos ha llamado la atención que el tiempo de carga para comenzar dos batallas similares pueda ser tan diferente. En algunos casos el combate ha cargado en apenas cinco segundos, mientras que, en otras ocasiones, para cargar una situación muy similar hemos tenido que esperar casi un minuto.

Conclusiones de Roguebook

Mientras que el primer trabajo de Abrakam nos pareció un soplo de aire fresco dentro de género gracias a una propuesta muy original, Roguebook se nota mucho más artificial. Es cierto que jugarlo es entretenido y no presenta problemas serios.

Su gran problema es la acumulación de pequeñas pegas. El hecho de que todo en Roguebook nos recuerde a otros juegos y que acumule algunos problemas superficiales lastrean mucho una experiencia de la que esperábamos más tras el primer trabajo del equipo belga.

Nota: 6,5

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