Crítica: La Oveja Shaun

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En 2007 nace en la televisión británica una serie de animación sobre una simpática, muy lista y algo traviesa oveja de raza inglesa llamada Shaun. Shaun forma parte de un rebaño que vive en la granja de Mossy Botton donde, junto a los otros animales, están vigiladas por el perro pastor Bitzer, un supervisor algo buenazo. En cada episodio la ovejita se verá envuelta en conflictos y situaciones divertidas que se deberán resolver a base de osadía e ingenio.

Con estas premisas, las aventuras de Shaun y demás animales de la granja pronto se convirtieron en un éxito, por lo que la serie de tv se ha ido renovando en varias temporadas que se han exportado a muchos países y hoy puede disfrutarse en las televisiones de medio mundo.

El origen de este personaje lo encontramos en un corto de Wallace y Gromit, uno de los grandes éxitos de la factoría Aardman, productora de la película. Los estudios Aardman constituyen toda una industria de películas de animación basadas fundamentalmente en la técnica del stopmotion en cuyo haber se encuentran filmes como Chiken Run: Evasión en la Granja, Ratónpolis, Arthur Christmas, ¡Piratas! o las películas y cortos basados en los mencionados personajes: Wallace y Gromit.

Desde el primer momento los productores fueron conscientes de la popularidad del personaje de la oveja Shaun y de sus posibilidades de explotación comercial, por lo que hoy día existe todo un merchandising en base a la imagen del simpático animalito. Y un paso más en este proceso es la aparición del largometraje que nos ocupa y que llega a España de la mano de Universal Pictures.

En esta ocasión veremos como, a pesar de los esfuerzos de Shaun, la vida en la granja termina siendo bastante aburrida, y para salir de esa monotonía a nuestra ovejita se le ocurre un plan para tener un día libre. Lógicamente la cosa se complica, involucrando en todo ello al despistadísimo y muy dormilón granjero, de manera que la oveja y su pandilla terminarán en el caos de la gran ciudad y tendrán que apañárselas para volver todos juntos a la tranquilidad de su añorada granja.

La película sigue fiel al esquema del slapstick o de comedia silenciosa o sin diálogos que tiene sus fuentes en el cine mudo, en los mediometrajes de situación de El Gordo y el Flaco o más modernamente en los skechts de Míster Bean. Este estilo de comedia está aderezado además por las impecables técnicas de animación que utiliza la factoría Aardman. Los personajes no hablan, ni siquiera el granjero, y la comicidad resulta de las situaciones en que se ven envueltos y sus gestos. De esta forma podemos decir que la película es apta no sólo para el público infantil sino que también hará las delicias de un buen número de adultos. Se trata de un filme familiar, y los productores y distribuidores son conscientes de ello ya que en ningún momento se anuncia como un filme infantil o para niños.

Aunque la idea de un animalito y sus amiguetes perdidos en la gran ciudad no es muy original, el guión logra mantener nuestra atención y preocupación por las vicisitudes con las que se van encontrando las ovejitas para retornar junto al granjero a la tranquilidad del hogar dando lugar a situaciones un tanto forzadas pero que son necesarias para mantener la comicidad de la historia. Debe destacarse también que la película nos ofrece una visión inclusiva, amable y multiétnica de la gran ciudad que se agradece, pues a lo largo del filme iremos encontrando tipos de toda raza y condición huyendo de los estereotipos en los personajes que habitualmente pueblan muchas series de dibujos animados

Todo este envoltorio nos da oportunidad de disfrutar de divertidos gags, algunos muy británicos, aderezados por una estupenda banda sonora que es fundamental en la línea dramática con algún tema pop central en el desarrollo del guión, y hasta con rap y música clásica. Muy divertidos son también algunos guiños cinéfilos a conocidísimas películas como Taxi Driver, el Silencio de los Corderos, o Cadena Perpetua, que al espectador adulto le será muy fácil reconocer.

Y un último consejo: no abandonar la sala hasta el último momento pues, como suele ser ya habitual en estos filmes, tras el final de los títulos de crédito siempre hay alguna pequeña sorpresa extra.

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Conclusión de La Oveja Shaun

La película tiene elementos para hacer las delicias de adultos y pequeños, por lo que es ideal para disfrutar en familia. Con impecables técnicas de animación y una estupenda selección musical, destaca por un humor socarrón, blanco y amable.

NOTA: 7/10

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