Crítica: Trash, ladrones de esperanza

He de reconocer que cuando me senté en la butaca de la sala dispuesto a ver «Trash, ladrones de esperanza» no esperaba salir con una impresión tan buena de la misma, y es que Richard Curtis (Caballo de Batalla) y Stephen Daldry (Billy Elliot) han conseguido trasladar a la gran pantalla la novela de Andy Mulligan de una forma que quedaremos enganchados desde el primer fotograma.

Antes de empezar a hablar de la cinta podéis leer la sinopsis oficial así como ver el tráiler, un vídeo que, dicho sea de paso, nos animará a ver la película.

Dos niños de las favelas de Río encuentran una cartera en el basurero donde buscan a diario, pero no se imaginan que este descubrimiento cambiará sus vidas para siempre. Cuando la policía local aparece para ofrecerles una generosa recompensa por la cartera, los dos chicos, Rafael (Rickson Tevez) y Gardo (Luis Eduardo), comprenden que han encontrado algo importante. Deciden recurrir a su amigo Rato (Gabriel Weinstein), y los tres se lanzan a una extraordinaria aventura para intentar quedarse con la cartera y descubrir el secreto que esconde.

En el camino, deberán distinguir entre amigos y enemigos, juntar las piezas del rompecabezas para entender la historia de José Angelo (Wagner Moura), el dueño de la cartera, y aprender a no fiarse de la policía, especialmente del peligroso Federico (Selton Mello). Dos misioneros estadounidenses que trabajan en la favela, el decepcionado padre Julliard (Martin Sheen) y su joven asistente Olivia (Rooney Mara), quizá tengan la clave para encontrar la solución.

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La típica historia

Brasil, pobreza, corrupción,… son los ingredientes de una cinta hollywoodense que, bien mezclados, pueden ser sinónimo de éxito. Sin embargo, éste no siempre se consigue. En el caso de «Trash, ladrones de esperanza» podemos decir que la mezcla es buena, las casi dos horas que dura se nos pasarán volando.

La corrupción, el tema sobre el que gira la película, no recibe tanta importancia como podríamos pensar. La historia se centra siempre en la amistad existente entre los protagonistas y su lucha, tanto por la supervivencia como por sacar la verdad a la luz.

«Los buenos y los malos»

Nada más empezar, y durante más o menos los cinco primeros minutos, seremos testigos de la serie de acontecimientos que llevan a la cartera de la que se habla en la sinopsis al basurero donde nuestros protagonistas trabajan y la encuentran. Los tres niños de 14 años; Rafael (Rickson Tevez), Gardo (Luis Eduardo) y Rato (Gabriel Weinstein); bailarán con la muerte, y con la policía (representada, principalmente, por Selton Mello), en numerosas ocasiones por, como habréis podido ver en el tráiler, «hacer lo correcto».

Tras su primera aparición nos encariñaremos con ellos, incluido con Rato, quién no veremos al principio y, tras encontrar Rafael y Gardo la cartera, conoceremos en las cloacas, donde vive marginado por culpa de su aspecto físico. Desde el primer momento notamos cómo han querido ser directos, mostrándonos quiénes son los buenos y los malos haciendo que empaticemos fácilmente con nuestros fortuitos héroes.

Durante toda la película llama la atención el contraste que podemos ver entre la inocencia y el querer hacer bien las cosas del grupo de niños de 14 años y la corrupción de un aspirante a alcalde y toda la mierda que lo rodea.

No podemos terminar sin comentar que tanto Martin Sheen, (con una larga lista de papeles a sus espaldas, «Apocalypse Now», entre otros) como Rooney Mara («Her») cumplen en sus papeles teniendo varias apariciones memorables y determinantes para el la historia.

Un claro recuerdo a Slumdog Millionaire

En lo primero que se piensa al saber de esta Trash, ladrones de esperanza es en «Slumdog Millionaire» (2008), aquella película británica que arrasó en los Oscar. Esta referencia estará presente en cada escena y, sobre todo, en cada plano. Uno de los que más llama la atención es al principio, cuando vemos el poblado donde viven.

«Trash, ladrones de esperanza» podría ser una digna sucesora de la película de Danny Boyle. Este drama, con toques de comedia, nos conseguirá emocionar. Como ya se ha dicho, es curioso, a la vez que acertado, cómo se trata a la corrupción, el principal tema de la película, dejándola a un lado y centrándonos en la lucha de un grupo de niños por querer hacer lo correcto. Por último, nos queda decir que ésta es una película que se deja ver y es pesada, nos hará pasar un buen rato.

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